ARTES PLÁSTICAS. OCIO Y CULTURA

Carolina Rojo: "Querría saber qué imaginan los niños cuando vienen a visitar la torre de DKV"

La coordinadora de exposiciones de la compañía de seguros, en el World Trade Center, explica la apuesta por la fotografía y el compromiso social 

Carolina Rojo (Zaragoza, 1976) ante la obra fascinante de libros imaginarios de Nicolas Grospierre, una caja con espejos.
Carolina Rojo (Zaragoza, 1976) ante la obra fascinante de libros imaginarios de Nicolas Grospierre, una caja con espejos.
A. C./Heraldo.

¿Cómo surgió en usted la pasión por el arte? Creo que procedía de un ambiente más bien deportivo o futbolístico.

Esto no es exactamente así; es cierto que mi familia es muy futbolera, e incluso tengo un tío que fue profesional del fútbol, pero yo diría que procedo de un ambiente de padres muy trabajadores, volcados en su negocio y bastante estrictos, de un ambiente quizás más empresarial.

Perdón. Había pensado en efecto en su tío Carlos Rojo y su onda expansiva, vinculada al Real Zaragoza.

El hecho de pertenecer a una familia donde el tema empresarial estaba tan presente hizo inevitable que la importancia de adquirir habilidades como los idiomas, la informática, la comunicación e incluso el deporte fuera mayor, pero sin duda esto provocó que, al entrar en contacto con el mundo artístico, ya finalizada mi formación en Derecho y varios postgrados, me enganchara de tal forma que acabé dedicándome profesionalmente a ello. Un buen amigo, fue el “culpable” de todo; durante los siete años que viví en Barcelona me metió tanto en el ambiente artístico de la ciudad que ya no he vuelto a salir. Después, los viajes, la vida en distintas partes del mundo y la plena dedicación fueron conformando mi trayectoria.

¿Cómo valora la experiencia de la galería Carolina Rojo, de qué se siente orgullosa?

Buff, esta es una pregunta compleja… y curiosamente mi respuesta habría sido muy diferente hace ocho años, cuando pensé que estaba “tirando la toalla”. Durante mucho tiempo he vivido la experiencia de la galería como un fracaso y me ha costado valorar todo de la forma adecuada -y en ese todo me incluyo a mí misma- y levantarme. Estaba convencida de que, con trabajo, constancia y un buen equipo de profesionales sacaría adelante un espacio artístico -expositivo y comercial- en una ciudad de la dimensión de Zaragoza. La verdad es que finales de 2009 era un momento terrible para la economía local y nacional; recuerdo a todos los conocidos y amigos que me decían: “¿Estás loca? ¿Una galería de arte en Zaragoza? ¡No lo hagas! Es imposible en esta ciudad…”.

"Me siento orgullosa de haber abierto una galería, de ponerlo en marcha, de arriesgar y de creer en mi proyecto, y me siento orgullosa también de haber sabido cuando era el momento de bajarse de él, no todo depende de nosotros"

Bueno, no les hizo demasiado caso. Se atrevió y expuso a muchos autores.

Sí, volviendo a la pregunta, me siento orgullosa de haberlo hecho, de ponerlo en marcha, de arriesgar y de creer en mi proyecto, y me siento orgullosa también de haber sabido cuando era el momento de bajarse de él, no todo depende de nosotros, pero al final, vivir la vida tiene mucho que ver con hacer aquello en lo que crees y yo lo hice.

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Una imagen de la exposición de Ofelia de Pablo y Javier Zurita, sobre fútbol modesto, que puede verse ahora. 
De Pablo/Zurita/DKV.

¿Qué le dio ese trabajo, sus apuestas en dibujo y pintura, pero también escultura? ¿Qué se aprende en una galería?

En una galería se aprende lo importante, y también difícil, que es comunicarse en términos de arte con el público, mediar y comprender a los artistas; y te haces consciente de lo fundamental que es la labor del galerista como transmisor del trabajo de todos ellos. En mi galería trabajábamos todas las disciplinas y tuve la oportunidad de conocer a artistas magníficos y diversos. No puedo dejar de recordar a Marcos Serrano y el momento en que descubrí su trabajo escultórico en fibra de vidrio, un trabajo prácticamente desconocido en el panorama artístico aragonés.

¿Cómo le tentó DKV, qué querían de usted?

Cuando DKV se trasladó al World Trade Center y rehabilitó una de sus Torres, con el fin de hacer un edificio sostenible, saludable y con arte, la compañía quería que su sede nacional tuviera un espacio expositivo y multidisciplinar abierto a la ciudadanía. DKV necesitaba asesoramiento para dar contenido a este espacio, me pareció un proyecto fantástico. No lo pensé dos veces.

"Con ‘Vidas Minadas’, DKV fue consciente del poder de las imágenes, de lo ‘directo’ del lenguaje fotográfico para denunciar y contar historias. El programa nació en 2008, con la idea del arte como humanizador y dinamizador de las terapias del Hospital de Denia"

¿Cómo definiría el proyecto? Creo que pasa del interés por el arte en general a la fotografía en concreto. ¿Por qué la fotografía, qué le encuentra, qué le encuentran los responsables de DKV?

El proyecto artístico de DKV es muy completo. La fotografía ha estado presente en la identidad de la compañía desde los inicios hace ya 25 años. La primera acción social del grupo fue el apoyo al proyecto ‘Vidas Minadas’ de Gervasio Sánchez, un proyecto que también cumple sus 25 años y que precisamente puede visitarse hasta el 7 de enero en la Lonja de Zaragoza. Hay que entender que estamos hablando de una compañía que entró en esto cuando nadie hablaba de Responsabilidad Social Corporativa en España. Con ‘Vidas Minadas’, DKV fue consciente del poder de las imágenes, de lo ‘directo’ del lenguaje fotográfico para denunciar y contar historias. El programa nació en 2008, con la idea del arte como humanizador y dinamizador de las terapias del Hospital de Denia, con el convencimiento de que el arte mejora el bienestar y la salud de las personas. Y así empezó a gestarse el 'Programa Arteria'. La implicación de DKV en la fotografía quedó confirmada en el aniversario de los 20 años de RSC en DKV, celebrándolo con la exposición 'Creadores de Conciencia', que rinde homenaje a profesionales de la fotografía del Estado español que arriesgan su vida en conflictos bélicos, desastres naturales o regímenes autárquicos.

¿Qué diría para presentar el Centro de Fotografía con causa f/DKV y cómo definiría esa orientación, tan clara, por una producción vinculada a temas sociales, a compromisos con la salud y con la terapia?

Desde 2020 DKV ya no es solo una empresa promotora de hábitos de vida saludable, se ha convertido en una empresa activista de la salud. En esta nueva etapa se inició una reflexión acerca de la finalidad de la sala de exposiciones de la Torre DKV y, convencidos de la potencia comunicadora del lenguaje fotográfico y por tanto de su activismo intrínseco, decidimos convertir ese espacio en el Centro de Fotografía con Causa f/DKV. En la jerga fotográfica, la f hace referencia a la apertura del diafragma, que es lo que permite que entre más o menos luz a la cámara; y esa es precisamente la intención de DKV en su centro, aportar luz a proyectos con causa, utilizando la fotografía como medio e instrumento. 

Lleva aquí más de cinco años ya…

Ya llevo siete.

Bonita enmienda. ¿De qué está especialmente satisfecha?

Estoy satisfecha de haber ayudado a un gran número de artistas a realizar sus proyectos, recibir apoyo y acompañamiento es imprescindible en el mundo del arte; y, sin duda, me siento muy satisfecha de haber sido parte de la creación de un espacio en Zaragoza para la fotografía tanto documental como artística, un espacio que ya empieza a ser un referente no sólo en Aragón sino en toda España.

Carolina Rojo ante una de las impactantes imágenes.
Carolina Rojo ante una de las impactantes imágenes de Ofelia de Pablo y Javier Zurita
A. C./Heraldo.

Recuérdenos algunas exposiciones que haya montado y que expliquen la orientación de la sala y la apuesta por un arte comprometido y solidario.

Voy a tratar de resumir -¡en DKV ya llevo más de 30 exposiciones! - y no será nada fácil. La exposición con la que DKV inauguró el Centro de Fotografía en fue ‘PhotoCovidDiares’, en septiembre de 2020, saliendo de la pandemia; un proyecto en el que ocho fotógrafos, hombres y mujeres, documentaron la pandemia en diferentes ciudades de España, desde distintos ámbitos y perspectivas. Pensemos en ese momento, septiembre de 2020, aún no se había visto nada así, una documentación fotográfica de tal calado, fue muy impactante. DKV invirtió muchísimos recursos para mostrar esta realidad y no dudó en apoyar el proyecto ‘Archivo Covid’ del aula de fotografía de la Universidad de Alcalá de Henares en el que participaron 390 fotógrafos españoles. ‘Cómo me presento’, exposición del fotógrafo gallego Esteban de la Iglesia; fue un retrato colectivo de encuentros fotográficos entre personas “famosas” y personas invisibilizadas por su diferencia: el TEA (Trastornos del Espectro Autista). Exposiciones como ‘Fueras Paraíso’, de Jonás Bel y Rafael Trapiello o ‘Antropoceno’, de Fernando Moleres en el que los autores reflexionan sobre el cambio climático, la escasez del agua, la transformación territorial y sus consecuencias económicas.

"Estoy satisfecha de haber ayudado a un gran número de artistas a realizar sus proyectos, recibir apoyo y acompañamiento es imprescindible en el mundo del arte; y, sin duda, me siento muy satisfecha de haber sido parte de la creación de un espacio en Zaragoza para la fotografía tanto documental como artística"

Siempre están ahí, con el arte al pie del combate.

Ja ja ja. Recuerdo con muchísimo cariño la exposición que trabajé con Tino Soriano, ‘Curarte’ sobre sus 40 años trabajando en la medicina española; exposición que inauguramos en el centro en 2021 y que todavía sigue viajando por España. La itinerancia de nuestras exposiciones es algo que nos interesa especialmente; siempre tratamos de conseguir acuerdos con otros centros o espacios para que el proyecto pueda verse en otras partes de España.

La colaboración con PhotoEspaña también es algo muy enriquecedor. La última exposición de Greta Alfaro, ‘Presentimiento’, fue un auténtico regalo para mí.

¿Qué tiene de especial la muestra de fútbol que exhibís ahora, qué le llamó la atención? ¿Por qué le sedujo?

Me apasiona el trabajo de Ofelia de Pablo y Javier Zurita, hace año que los sigo. El proyecto ‘Fútbol para la esperanza’, que conocí en la Casa Árabe de Madrid integra muchos aspectos y valores en los que trabaja DKV: igualdad, integración social, deporte… Pensé que sería muy interesante, sobre todo para los jóvenes jugadores de fútbol, tanto para los más afortunados como para los que no lo son tanto.

La verdad es que esta exposición me ha hecho reconciliarme de alguna forma con el fútbol, este es un proyecto universal que, aunque en este caso esté documentado en clubes de Madrid y Barcelona, es algo que vivimos en todas las ciudades.

¿Qué se busca con el premio DKV?

Buscamos proyectos fotográficos de calidad, centrados en la salud y relacionados con las causas que apoya la compañía: mujer, inclusión, alimentación saludable y medioambiente; proyectos relacionados con la cultura de la salud. Los proyectores ganadores hasta la fecha: ‘Armonía’ de Ana Palacios, ‘Unlimited Youth’ de Susana Girón y Únicas de Cris Nuñez Baquedano representan perfectamente lo que DKV busca con este premio. Le anuncio en esta entrevista la inauguración de ‘Únicas’ el próximo 18 de enero.

Detalle de una de las obras de Ana Palacio, ganadora del premio DKV de fotografía.
Detalle de una de las obras de Ana Palacio, ganadora del premio DKV de fotografía.
Ana Palacios/DKV.

Aquí suelen exponer a los fotógrafos galardonados o seleccionados y becados en Albarracín por Gervasio Sánchez y su equipo. ¿Está contenta con la experiencia?

Uno de los proyectos del ‘Programa Arteria’ es el programa de becas para artistas. DKV lleva seis ediciones en colaboración con Gervasio y la Fundación Santa María de Albarracín, entregando una beca de 8.000€ al mejor proyecto presentado durante el seminario, de los que 4.000€ son para el autor y 4.000€ para la producción de su exposición. La inauguración de esta exposición es en el Centro de Fotografía de DKV, y después viaja a otros centros de España. Albarracín es cada año toda una experiencia, aprendo muchísimo y siempre descubro a grandes profesionales y personas. ‘Acompañando a Rosa’, la última exposición que inauguramos el pasado mes de septiembre de la beca DKV Albarracín (2022), es un proyecto de fotografía documental en el que su autora, Gisela Pretel, trata de entender a través de la historia de su protagonista, Rosa, los pormenores de padecer obesidad mórbida y la relación de todo esto con la salud mental.

"Me fascina que Nicolas Grospierre, consiga prolongar la biblioteca hasta el infinito simplemente con un par de fotografías y unos espejos. Es una auténtica maravilla, el sueño de cualquier lector"

DKV es un espacio lleno de arte, humanizado por las emociones derivadas de las artes plásticas. ¿Qué le gusta especialmente de la colección de artes?

Me gusta su coherencia con la marca y su amplitud, sus piezas abarcan una generación de artistas contemporáneos con los que me siento muy identificada. Hablamos de casi 900 obras adquiridas en estos años, de las que especialmente me gustan las que se encargaron a diferentes artistas para determinados espacios de la Torre, un auténtico museo. La escultura digital de Daniel Canogar en la que participan todos los empleados de DKV, la instalación de golondrinas de Pamen Pereira de la recepción y la lona de Boa Mistura de 23 metros de altura que esconde un patio de luces aportando auténtica alegría al entorno.

¿Qué nos podría decir de la caja de libros, la instalación con espejos de la biblioteca de Nicolas Grospierre, por qué es su debilidad?

Sí, es probablemente mi pieza favorita de la colección. Me fascina que Nicolas, consiga prolongar la biblioteca hasta el infinito simplemente con un par de fotografías y unos espejos. Es una auténtica maravilla, el sueño de cualquier lector.

¿Cómo se ven Zaragoza y el arte de Aragón desde la altura de esta Torre de DKV?

La ciudad se ve preciosa, sin duda estar rodeados de tantas obras de arte ayuda a ver la ciudad con optimismo y sensación de libertad. Me encanta cuando vienen a visitar la Torre colegios y los niños se quedan pegados a la ventana en silencio un buen rato. Me gustaría saber qué imaginan… ¿El arte de Aragón desde la Torre? Lo veo con algo de vértigo, la verdad.

Carolina Rojo ante uno de los cuadros de la torre DKV.
Carolina Rojo ante uno de los cuadros de la torre DKV.
A. C./Heraldo.
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