LETRAS ESPAÑOLAS. OCIO Y CULTURA

Laura Fernández: "El Quijote' es una bomba atómica de la imaginación"

La escritora y periodista presentó en la librería Cálamo su libro de relatos 'Damas, caballeros y planetas', publicado por Literatura Random House

Laura Fernández se sitúa en un mundo absurdo, distópico, lleno de personajes insólitos, donde los objetos son capaces hasta de hablar.
Laura Fernández se sitúa en un mundo absurdo, distópico, lleno de personajes insólitos, donde los objetos son capaces hasta de hablar.
Francisco Jiménez.

Laura Fernández (Tarrasa, 1981) es escritora y periodista. Confiesa que el escritor que más le ha marcado ha sido Stephen King, pero también cita a Philip K. Dick y un montón de nombres. Incluso de novela negra. Es curiosa y brillante, muy lectora, se afirma una y otra vez en la cultura popular y el cómic, posee desparpajo y una gran capacidad de invención. Su literatura -que planea sobre la fabulación pura, el absurdo, el disparate y el juego- es un continuo guiño a la libre imaginación. En Cálamo presentó su libro de relatos, 'Damas, caballeros y planetas', donde explica las claves y las intenciones de su redacción, casi siempre por encargo. Le apasionan los periodistas, los detectives, los escritores, las mujeres más bien excéntricas, los objetos que hablan, un mundo cotidiano que está más allá de nuestros ojos, no se sabe en un séptimo cielo o en los subterráneos del misterio.

¿Usted siempre ha visto el mundo así, excéntrico, absurdo, donde hablan hasta los objetos, o se fuerza para ser original?

No, no. Yo lo veo así. Fragmentado, excéntrico, absurdo, apasionante. Lo que pasa es que me di cuenta que lo veía así cuando leí ‘Pregúntale al polvo’ de John Fante. Me di cuenta que yo siempre había visto el mundo de forma absurda y me había visto fuera del mundo; lo había visto como un tablero de juego en el que yo podía ocupar un teatro y jugar.

¿Qué le dio el escritor norteamericano John Fante, maestro de Charles Bukowski, al que cita?

Gracias a él pensé que, puestos a elegir entre una comedia o una tragedia, voy a elegir la comedia. Su héroe, Arturo Bandini, es un personaje fantástico, le pasan cosas más o menos tristes, más o menos trágicas, nunca tiene dinero pero está vivo. Cuando recibe un cheque del editor lo gasta todo en zapatos, cosas inútiles. En realidad, es como un niño pequeño. En esa línea, mis personajes son niños grandes porque supongo que yo también lo soy.

"Desde niña, en el patio del colegio, cuando se me rompían las bambas llevaba un trozo a alguna de las amigas y le decía: 'Guarda esto porque algún día valdrá mucho dinero. Voy a ser muy famosa, la mejor escritora'".

He leído que a los diez años ya escribía.

Sí, sí. Tenía una máquina de escribir porque hacía mecanografía en mi cole a mediodía. Nos la dejaban llevar a casa para que practicáramos y la teníamos que devolver al día siguiente. Era de esas pequeñitas que pesaban un montón. Empecé a escribir historias ahí ya. Escribía de todo.

¿Y qué tal?

Muy bien. Mis padres no me contaban cuentos pero ya lo hacía yo. Desde niña, en el patio del colegio, cuando se me rompían las bambas llevaba un trozo a alguna de las amigas y le decía: «Guarda esto porque algún día valdrá mucho dinero. Voy a ser muy famosa, la mejor escritora».

¿Por qué en sus cuentos siempre hay escritores y detectives?

Se parecen bastante. La idea de que no hay frontera entre el detective y el escritor me gusta mucho. El detective, en el fondo, hace un trabajo narrativo y en solitario como un escritor; él tiene un montón de pistas sueltas y construye una historia; además es alguien que trabaja solo como un escritor. Siempre son detectives solitarios, privados pero cómicos, no son atormentados y eso es algo que me interesa: es un trabajo apasionante intentar descubrir que hay detrás de la realidad de aquello que te presentan como real. Los dos están conectados a través del arte de la imaginación.

¿No le asusta abrir tanto el arco, irse fuera de la realidad?

No. No. Me gusta que la literatura sea amplia, ensancharlo todo e incorporar a la novela todos los géneros la novela. Ahora estoy haciendo una novela de piratas. Todos los géneros me han hecho la persona que soy, y quiero que en lo que hago quepan todos los géneros, y bien mezclados.

"Cervantes era un señor extremadamente moderno y rebelde. Inventó la novela, la postnovela y la ficción, y lo hizo a partir de un relato de género: los libros de caballería"

Es como si se fuera usted a los suburbios de la realidad.

Ja ja. Desde la periferia te están diciendo cosas mucho más importantes que desde el centro mismo porque en el centro no ves casi nada. Además, la ciencia ficción te lo permite decir todo. Una historia de las mías, en realidad, no deja de ser literatura porque la literatura debería permitirlo todo como pasaba con el ‘Quijote’, donde todo está permitido.

Desconcierta el amor al ‘Quijote’ de una chica gamberra y moderna como Laura Fernández.

Creo que Cervantes era un señor extremadamente moderno y rebelde. Inventó la novela, la postnovela y la ficción, y lo hizo a partir de un relato de género: los libros de caballería. Cervantes tenía tal libertad que concibió que los molinos pudiesen ser gigantes. ‘El Quijote’ es la bomba atómica de la imaginación.

Laura, ¿le debe algo al universo del oscense Javier Tomeo?

Me gusta mucho. Lo vi bastantes veces porque trabajaba en el periódico ‘El Mundo’. Me pareció siempre una persona encantadora, un niño grande con sus zapatones. Lo leí ya muy tarde, pero sí que le debo quizá la ilusión por creer que una literatura española podía ser así de tierna e imaginativa. Creo que es un escritor por descubrir o redescubrir.

¿Cuál es el lugar de la mujer en su obra?

Es central por completo. Mis cuentos y mis novelas están llenos de mujeres. No necesito que haya una multitud viniendo conmigo hacia algún lugar sino que veo las cosas posibles y las hago reales. Reivindico el «hazlo tú misma». Eso sí, estamos mejor.

Los fantasmas también andan por ahí todo el rato. ¿Existen?

Me gusta pensar que nada de esto se va a acabar. Intuyo que la muerte no es el fin sino otra cosa idéntica a la que tenemos en este lado pero en otra parte. Dicho eso, soy demasiado vital: me gusta mucho la vida y me da miedo la muerte evidentemente.

Laura Fernández es una escritora de éxito, con muchos lectores, por su ingenio, su humor, su sentido del sexo y la capacidad de fabulación.
Laura Fernández es una escritora de éxito, con muchos lectores, por su ingenio, su humor, su sentido del sexo y la capacidad de fabulación.
A. C./Heraldo.
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