ARTE E ILUSTRACIÓN. ARTES & LETRAS

Antonio Lorente: "Siempre he sido un fan de Edelvives y trabajar con ellos es un sueño"

El artista almeriense, autor de las ilustraciones de 'Peter Pan', 'Tom Sawyer', 'Genios' o 'Mujercitas', visita los talleres del sello zaragozano

Antonio Lorente, en los talleres de Edelvives, con su 'La leyenda de Sleepy Hollow'.
Antonio Lorente, en los talleres de Edelvives, con su 'La leyenda de Sleepy Hollow'.
A. C. /Heraldo.

No era fácil de creer: el artista Antonio Lorente (Almería, 1987), una de las nuevas figuras de la ilustración, jamás había estado en una imprenta. Hace unos día realizó esa inmersión y se quedó fascinado viendo el proceso de su próximo libro en talleres Edelvives. Quiso grabarlo todo, hablar con los operarios, preguntó, sacó algunos pliegos de las modernas máquinas y se llevó varios. «He trabajado lo mío, pero también he tenido golpes de suerte y buenos amigos: estaba en el lugar exacto en el momento oportuno».

La trayectoria de Antonio Lorente, que practica realismo mágico preñado de detalles, o lo que él denomina «un surrealismo situacional», ya tiene espléndidos títulos a sus espaldas: ‘Peter Pan’, ‘Tom Sawyer’, dos tomos de ‘Mujercitas’ y ‘Ana la de Tejas verdes’, entre otros. Y en prensa está ‘La leyenda de Sleepy Hollow’, de Washington Irving, que cuenta cómo las historias sobrenaturales condicionan y matizan la vida de un pueblo. «Hasta ahora he hecho una obra podíamos decir más optimista, más luminosa, rebosante de color, pero en este caso hay un cambio. Aquí he hecho un trabajo más fantástico, más oscuro, con otro dramatismo», dice mientras acaricia las hojas con texto e ilustración.

Aunque los artistas no nacen de la nada, en su caso parece haber irrumpido como un meteoro. O como un astronauta que abre los ojos y ve muchas imágenes y sueños y figuras y constelaciones, y todo le pertenece, o ha surgido de la incesante ebullición de su cabeza. «Nací en un barrio muy humilde y bonito de pescadores de Almería, Alquián, un lugar que es espectacular para el pescado. He vivido allí toda mi infancia. Mi inquietud artística es innata. Siempre me recuerdo con un lápiz en la mano», dice, y cuenta que lo pintaba todo: la paredes de su casa, su propio armario, papeles. 

«Mi madre al principio se enojaba porque veía mis trazos en sitios insospechados, pero luego decía, “coño, pero sí es que está bonito”». Añade Antonio que, por esa visible inclinación, algunos profesores les decían a sus padres que lo apoyasen, que no le permitiesen la distracción. «Incluso mi madre me dijo: “Tú a estudiar Bellas Artes”. Solo me dedicaba a eso, a dibujar. Y me fui fuera: primero a Alicante y luego a Valencia», confiesa.

Una de las imágenes de su próximo trabajo sobre Washington Irving.
Una de las imágenes de su próximo trabajo sobre Washington Irving.
Antonio Lorente/Edelvives.

Recuerda que quería emprender aventuras. «Ahí en Valencia empezó un poco mi búsqueda. Y me fui por el mundo a vivir: era inquieto. Primero me fui a Portugal de ‘Erasmus’. Y luego estuve cinco años en Inglaterra; partí con la maleta y con una mano delante y otra detrás. Quería aprender el idioma y tener experiencias por muchos sitios. Al principio trabajé en la trastienda, luego de cara al público, en cuanto empecé a dominar la lengua». Sobrevivía como podía y a la vez pintaba, dibujaba. Soñaba.

«En Inglaterra permanecí cinco años y tuve contactos con galerías; una de ellas se llamaba Galería 291 Est. Entonces quería ser pintor. Luego entendí que debía irme a Roma, qué maravilla, y estuve allí otro año. Regresé a Londres, tres meses, pero me harté del mundo de las galerías, del elitismo, del esnobismo. Sentí nostalgia de mi tierra y del mar, y decidí volver para casa. Un amigo me dijo que en el Matadero de Madrid daban una beca de ilustración. El plazo se acababa al día siguiente», cuenta Lorente.

Tuvo suerte y logró una beca de residencia para hacer un proyecto excepcional vinculado con la generación del 27: ‘Genios’, una obra que llamará la atención sobre su talento y sus técnicas –avanza: «uso muchas. Ahí me siento muy libre. Me gusta explorar, experimentar, hacer trabajos de pura artesanía, usar el ordenador»–. Revela: «Debo decir una cosa simpática: con mi hermana había hecho un álbum ilustrado, ‘La princesa aburrida’, solo para nosotros. Pero gustó mucho y ahora ha sido traducido a varias lenguas. Algo le debe también a que yo esté en Edelvives».

Antonio Lorente, de marrón, el segundo por la izquierda, con Maider Ross (coordinadora de producción), Alfonso Cuello (jefe de producción), Iván Aísa (de blanco, director de Producción y Logística), y con ellos un operario de las imprentas y otra compañera de trabajo. Fue un gran día para todos.
Antonio Lorente, de marrón, el segundo por la izquierda, con Maider Ross (coordinadora de producción), Alfonso Cuello (jefe de producción), Iván Aísa (de blanco, director de Producción y Logística), y con ellos un operario de las imprentas y otra compañera de trabajo. Fue un gran día para todos.
A. C. /Heraldo.

De ‘Genios’ a Irving

Cuando terminó ‘Genios’ lo mandó, con un e-mail un poco descuidado y lleno de interjecciones, y en la editorial zaragozana halló un cancerbero y experto ideal: Eduardo Chao, que se entusiasmó con su forma de trabajar, con su pureza, con su sentido clásico, con su inclinación constante al lenguaje de los objetos. «Yo siempre he sido un fan de Edelvives: Ana Juan, Rebecca Dautremer y otros. Trabajar con ellos es como un sueño. Nacho Chao me dijo que cuando pasase el verano me llamarían. La verdad es que no tenía esperanzas. Y sí me llamaron y me dieron un clásico: ‘Peter Pan’. ¡Menudo regalo! Eres un buen dibujante, claro que sí, dicho sin vanidad alguna, pero no es solo eso: hay que dibujar narrando, hay que saber transmitir acción. A mí me preocupa mucho asumir el espíritu del escritor y a la vez proponerle al lector una historia mía, complementaria, respetuosa con el texto».

Explica Antonio Lorente que para él la documentación es clave. Edelvives cuenta con especialistas que «me ayudan mucho y me corrigen anacronismos. Aprendo mucho con ellos. Con Peter Pan me emborraché de imágenes, lo vi todo y eso me lastró un poco. Con Tom Sawyer me veo más suelto. Y cuando me dieron ‘Ana la de tejas verdes’ casi me decepcioné hasta que mi hermana, que había leído el libro, me dijo que era una maravilla. Y desde entonces no he parado. Sigo».

Hace libros de arte, incomparables, libros-objeto. Es meticuloso, poético, dibuja como pocos el alma de sus personajes y es como si invitase al lector a entrar en su mundo a través de la mirada nítida de sus criaturas, algunas tan legendarias como Jo March.

Un impresionante dibujo de 'Tom Sawyer' de Mark Twain.
Un impresionante dibujo de 'Tom Sawyer' de Mark Twain.
Antonio Lorente/Edelvives.

«A mí me gusta conectar todos mis libros. Siempre tienen algo como una búsqueda del tesoro. Pongo detalles, guiños, homenajes, anacronismos, diálogos secretos entre mis obras, pero también las del autor al que ilustro. Y luego suelo inspirarme en personas que conozco, vecinos, amigos, actores para dar vida a mis criaturas, por ejemplo, Adrien Brody", confiesa. 

"Hay que dibujar narrando, hay que saber transmitir acción. A mí me preocupa mucho asumir el espíritu del escritor y a la vez proponerle al lector una historia mía, complementaria, respetuosa con el texto"

Por otra parte, explica el artista, "me gusta subrayar que en mi desproporción –porque mi dibujo es desproporcionado: mis cabezas son muy grandes, y los ojos, para que te cuenten un poco con las miradas– exagero todo pero en mi ‘proporción’ hay una belleza y hay una preocupación por proyectar un texto clásico al lenguaje visual contemporáneo. Soy un artista de mi tiempo. Lo he dicho varias veces: me gusta arriesgarme, buscar, y tengo un sueño que por ahora es imposible y quizá lo sea siempre: me gustaría ilustrar ‘La historia interminable’ de Michael Ende, pero él prohibió su adaptación”, dice Antonio Lorente y nos enseña el libro de dibujos que hizo a modo de 'story board' o de cuaderno de bocetos. Es una maravilla.

Antonio Lorente se ha sentado sobre el cuerpo del libro de Washington Irving, que acaba de ilustrar y está a punto de salir.
Antonio Lorente se ha sentado sobre el cuerpo del libro de Washington Irving, que acaba de ilustrar y está a punto de salir. Se quedó encantado con Edelvives.
A. C. /Heraldo.
Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión