La prodigiosa explosión del cómic aragonés en los 80, revisada en el Paraninfo

En los 80, años de efervescencia de la cultura popular y ‘movida’ en toda España, hubo un territorio creativo, además del musical, en el que Aragón fue motivo de pasmo: el cómic. ‘Fanzines’, revistas, una eclosión de autores de los que algunos han desarrollado carreras que llegan hasta nuestros días, encuentros profesionales y otros abiertos a los aficionados, relevancia nacional e internacional, y hasta la segunda tesis universitaria de todo el país sobre la materia, firmada por un joven Antonio Altarriba en 1981, el guionista que 29 años después llegaría a recibir el Premio Nacional de Cómic.

Ese tiempo de tanta vitalidad, que se produjo entrada la Transición, es revisado en una exposición que este miércoles se inaugura en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza, en la sala África Ibarra. Se han reunido más de 150 piezas, correspondientes a más de 20 autores, entre originales y publicaciones. ‘Los 80 dibujados. Cómics de la movida aragonesa’ va a poder visitarse hasta el próximo 20 de enero.

Julio Gracia ejerce de comisario de la muestra y ha reunido préstamos procedentes de unas 15 colecciones, además de la suya propia y la de Altarriba como sustentos fundamentales. Con este material ha ideado un discurso cronológico y temático en diez ámbitos distintos, que se comprime en la sala. “Fue una década clave para entender todo el auge actual de cómic, porque aquí están las bases. La exposición traza una evolución a nivel narrativo y estético de lo que supuso”, ha dicho hoy en la presentación.

Fotos de la exposición 'Los 80 dibujados. Cómics de la movida aragonesa'

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En el acto le acompañaba la vicerrectora de Cultura y Proyección Social de la Universidad de Zaragoza, Yolanda Polo, y Samuel Aznar, quien ha diseñado la exposición y, además, está representado en ella como el autor de cómic que era en los 80, junto a otros que luego desarrollaron sustanciosas carreras ya sea en el noveno arte o en otros terrenos como la pintura, el diseño y hasta la interpretación teatral: Altarriba, Carlos Azagra, Alberto Calvo, Carlos Errazu (Kalitos), Manuel Estradera (Strader), Fernando de Felipe, Isidro Ferrer, Víctor Gomollón, María Pilar Herrero, Ricardo Joven, Víctor Lahuerta, Isabel Martínez, Manuel Mastral, Ignacio Mayayo, el recientemente desaparecido Eduardo Pelegrín (Calpurnio), Dionisio Platel, Luis Royo, Vicente Sánchez o Paco Simón.

"Nos decían que éramos los más modernos del país"

Están presentes en vitrinas y paredes del Paraninfo, por ejemplo, ‘El Pollo Urbano’, nacido en el 77 y todavía vivo hoy en formato digital, “donde la historieta se insertó de forma natural”, según relata Gracia; la revista ‘Zeta’ creada como anexo de aquel, “desde la que se aglutinará el colectivo de autores”, objeto de secuestro por las autoridades y reaparecida como ‘Bustrófedon’; otras igualmente consagradas al cómic como ‘El Japo’, ‘Balano’, ‘Kaspa de Rata’… Además de, claro, Cuttlas y Supermaño, entre otros personajes con trascendencia nacional; o de un trabajo de Labordeta como guionista junto a Isidro Ferrer y Azagra; o de muestras de cómo la historieta se ganó su espacio en la prensa generalista de la época y, asimismo, en la especializada en la cultura popular.

“Éramos un referente. Nos íbamos con las revistas a Barcelona, que era entonces una ciudad cosmopolita, y nos decían que éramos los más modernos del país -recordaba Samuel Aznar-. Ahora sigue habiendo aquí grandes ilustradores. Zaragoza es una ciudad que tiene buen potencial”.

Yolanda Polo explicitó la voluntad de la Universidad de Zaragoza de insistir en esta revisión del cómic aragonés con la organización en el Paraninfo de futuras exposiciones dedicadas a otros momentos históricos. La que este miércoles se abre (visitable de lunes a sábado de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 21.00) se acompaña de un catálogo con textos de Gracia y Altarriba. Este escribe: “Consecuencia de una prolongada opresión, llegó un momento, entre los últimos 70 y los primeros 80 del siglo pasado, en el que todo explotó de una manera colorida, intensa, ruidosa y multiforme. Estallaron ilusiones, esperanzas, sueños y deseos y se cubrió España de ritmo, color, un punto de delirio y una llamarada de liberación”.