Suiza reivindica sus vínculos con Sissi en el 125 aniversario de su asesinato en Ginebra

Suiza fue el lugar donde Sissi buscó refugio para una vida de lujo en la que no era feliz.

Retrato de la emperatriz Sissi en 1864 de Franz Xaver Winterhalter.
Retrato de la emperatriz Sissi en 1864 de Franz Xaver Winterhalter.
Sisi Museum-Hofburg Wien

El asesinato en Ginebra de la emperatriz Isabel de Baviera, más conocida como "Sissi", fue un hecho que conmocionó a Europa hace ahora 125 años, y que Suiza conmemora estos días con distintos acontecimientos, entre ellos la publicación de un monográfico que ahonda en su íntima relación con el país.

El 10 de septiembre de 1898 la ciudad ginebrina se convirtió en escenario de un crimen político cuando, mientras realizaba un viaje de incógnito entre Ginebra y Montreux, Sissi, reina de Hungría y emperatriz de Austria, fue asesinada por el anarquista italiano Luigi Lucheni con un fino estilete que atravesó su corazón.

Tras la agresión Sissi, que cayó al suelo, consiguió levantarse y embarcar hacia su destino a pesar de una pequeña molestia en el pecho, pero pasados unos instantes se desplomó de nuevo en el barco, siendo trasladada de urgencia a su hotel en Ginebra, donde moriría dos horas más tarde.

Lucheni, un exsoldado huérfano, fue detenido por las autoridades y acusado de formar parte de una conspiración anarquista contra la princesa, motivo por el cual se realizaron varias detenciones en ciudades suizas como Lausana y Zúrich, aunque más tarde todos los sospechosos fueron liberados por falta de pruebas.

La muerte de la emperatriz en territorio suizo despertó un gran malestar internacional hacia el Gobierno helvético, que vio puesta en tela de juicio su ley de asilo, pues había permitido a muchos anarquistas encontrar refugio dentro de sus fronteras, lo que le convirtió en el epicentro de una oleada de violencia terrorista a finales del siglo XIX.

Suiza, país donde Sissi murió y vivió

Pero Suiza busca en este aniversario no sólo recordar que fue el país donde murió violentamente la emperatriz -cuya fama aumentó cuando la también austriaca Romy Schneider la encarnó en el cine-, sino también reivindicarse como el lugar donde Sissi buscó siempre refugio para una vida de lujo en la que no era feliz.

Sissi, que nunca había deseado ser reina y que vivía aislada de la vida pública desde la muerte de su hijo Rodolfo, había elegido el país helvético como su lugar de retiro tras descubrir Territet, una pequeña localidad a orillas del lago Lemán, donde se refugiaba en la naturaleza y en la escritura para superar la depresión.

Gran seguidora del poeta romántico Heinrich Heine, la emperatriz usaba el seudónimo de Titania, el personaje de la obra de Shakespeare "El sueño de una noche de verano", para firmar sus composiciones poéticas.

Esos poemas serían confiados al Estado suizo 60 años después de la muerte de Sissi, quien pensó que un país tradicionalmente neutral y democrático era el lugar perfecto para atesorar sus escritos, según cuenta estos días el extenso dossier que la revista de historia "Passé Simple" publica con ocasión del aniversario.

El Gobierno federal recibió en julio de 1951 un total de tres cuadernos de la emperatriz con sus pensamientos más personales, en los que se mostraba convencida del declive próximo de las monarquías europeas, y se confesaba abiertamente "republicana, anticlerical y pacifista", tal y como recoge la revista.

La gaviota libre

Debido al miedo de que fueran destruidos, la monarca austríaca se aseguró de pedir a un tipógrafo vienés que hiciera varias copias de sus poemas para posteriormente guardarlos en una caja de hierro cerrada con su sello personal, una gaviota.

"Sissi se consideraba una gaviota porque le gustaba viajar por Europa, por lo que para ella este ave simbolizaba la libertad", asegura la historiadora y periodista suiza Sylvie Savary, responsable del reportaje especial dedicado a la figura de la princesa bávara.

El legado de la emperatriz de Austria incomodó a las autoridades helvéticas de posguerra, en un delicado contexto político con Austria ocupada por las potencias vencedoras en 1945 y coincidiendo con la creación de la Segunda República de Austria, por lo que Suiza evitó publicar estos escritos.

No sería hasta diciembre de 1980 cuando los poemas de Sissi vieron la luz, gracias a los esfuerzos de la historiadora austríaca Brigitte Hamann, quien solicitó al Gobierno suizo el acceso a los documentos para su estudio y su posterior publicación.

"Sus poemas dejaron clara la infelicidad que sufría, pero sobre todo cambiaron la imagen en torno al mito de Sissi y provocaron que se publicaran nuevas biografías sobre ella", concluyó Savary.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión