Rubén Vinagre: "'Juego de tronos' es como la Biblia, no se pasa de moda"

Aspira a un Oscar de la comunicación política por su blog, en el que analiza las tramas de series como 'Borgen', 'House of Cards' o 'Vota Juan'.

El consultor político Rubén Vinagre, en Logroño.
El consultor político Rubén Vinagre, en Logroño.
Juan Marín

Rubén Vinagre (Logroño, 1979) ve las series políticas con un boli y un cuaderno. Toma notas por si le toca trasladar los complicados guiones de la ficción a su trabajo diario como consultor político y también porque disecciona las tramas en una bitácora que le puede dar una gran alegría. 'El seriégrafo' (www.elseriegrafo.com) está nominado como mejor blog político del año en los Napolitan Victory Awards, los Oscar de la comunicación política que convoca The Washington Academy of Political Arts & Science. Además, Vinagre también será reconocido, junto con Cristina Peña, por la campaña del Gobierno de La Rioja 'Europa próxima'.

En la política del siglo XXI, ¿qué es primero: el huevo de la actualidad o la gallina de las series?

Las series son una versión con esteroides de la política para hacerlas más atractivas. Hay que diferenciar la realidad de la ficción, pero sabiendo también que, como decía Mark Twain, la realidad puede ser a veces más extraña que la ficción. ¿Quién esperaba una pandemia? ¿O un volcán? La actualidad es mejor que una serie de ficción. Lo estamos viendo en la negociación de la investidura, con intentos de acuerdo antinatura.

¿Y no se aburre ya de la comparación entre la política y 'Juego de tronos'?

'Juego de tronos' nunca se va a pasar de moda, es como decir que la Biblia se pasa de moda. Eso sí, en la vida real, la sangre no llega al río. Se discute con pasión, pero luego, como en el rugby, hay un tercer tiempo de cervezas. Las mejores ideas políticas nos las encontramos en las series, en 'El ala oeste', en 'House of Cards', en 'Borgen'. Un creador toma como punto de partida un Gobierno o una formación política y a partir de ahí, imagina situaciones que los consultores políticos analizamos para encontrar ideas que luego trasladamos a nuestro trabajo.

¿Cuál es la serie política más real?

Sin duda, la francesa 'Baron Noir' es la más realista y epidérmica. Habla de la política local, de la corrupción, de los egos. En general, cuando pensamos en series políticas, se nos vienen a la cabeza las más sesudas, pero recomendaría la saga 'Vota Juan'. No está tan alejada de la realidad como se presupone. Es una obra de arte que encima te hace reír.

¿Qué aspecto de la política muestran mejor las series?

La soledad del dirigente. Ya puedes ser un consejero de Agricultura, un ministro o el presidente del Gobierno que, al final, cuando hay que tomar una decisión compleja, el último teléfono que suena es el tuyo. Pueden ayudarte los asesores, pero si te caes por el precipicio, te caes tú. Y lo que vemos normalmente es que en las situaciones de crisis total, no se toma la mejor decisión, sino la menos mala. Como mucho, aspiras al cinco, a no equivocarte demasiado.

¿Hay sitio para los feos en la política real? No lo parece...

Un político guapo entra por los ojos, pero el que de verdad funciona es el que entra por los oídos, el político cercano, el que habla con el lenguaje de la calle, da igual que esté calvo o lleve gafas. Si yo, como votante, percibo que eres de los míos, te daré mi apoyo. El mensaje político se ha reducido mucho, ahora ni siquiera es un tuit, es un lema o una frase que tiene que mover las emociones, a veces, las más primarias.

¿Qué político español tiene una serie?

Pedro Sánchez. Está faltando tiempo para hacerla. Y ya tenemos hasta el título, 'Manual de resistencia'. También tiene una serie Isabel Díaz Ayuso, con un asesor áulico detrás, Miguel Ángel Rodríguez, que mueve todos los hilos. Y un personaje muy interesante para protagonizar otra podría ser Cuca Gamarra, que tiene la astucia de Frank Underwood ('House of Cards') y la visión de Birgitte Nyborg ('Borgen') para sobrevivir en cualquier escenario.

Perdone la impertinencia, pero los asesores políticos, como usted, tienen mala fama.

A mí me gustaría poner en valor este trabajo. Es cierto que sufre el manoseo y el desprecio, y que cuando un Gobierno habla de reducir gastos, lo primero que dice es que va a quitar asesores. Pero en un Gobierno local, autonómico o nacional, es una profesión muy necesaria, un trabajo en el que se gestionan riesgos continuamente y en el que se manejan situaciones que están siempre en cuestión y cambian de la noche a la mañana. Un cargo así es una prueba de estrés para la vida familiar y la salud mental. Y sí, hay asesores que no hacen nada, pero muchos otros tienen la más digna de las intenciones, mejorar el bienestar de la gente.

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