Picasso en busca de título

Una exposición en Madrid de obras de los últimos años del pintor permite a 50 artistas cuestionar sobre el presente al genio malagueño

La muestra 'Picasso: Sin título' ofrece la posibilidad de "crítica" al "reinterpretar y resignificar" 50 de sus obras
La muestra 'Picasso: Sin título' ofrece la posibilidad de "crítica" al "reinterpretar y resignificar" 50 de sus obras
EP

El Picasso tardío es el artista más famoso del mundo, un icono global antes de la globalización que domina la escena y que pinta como si cumpliera una misión, casi poseído. Entre marzo y octubre de 1968, con 86 años, realiza 347 grabados y ya nonagenario, entre septiembre de 1970 y junio de 1972, sus manos dan vida a 200 cuadros. «Pinta contra el tiempo», afirma el historiador del arte Werner Spies, en una especie de 'retrospectiva productiva' que en los últimos diez años de su vida le lleva a recuperar todos los Picassos que habían sido.

A esta etapa crepuscular y vibrante del artista malagueño se traslada ahora La Casa Encendida de Madrid, que reúne 50 obras de sus años finales (doce de ellas no se habían mostrado nunca y 23 se exhiben por primera vez en España) en la exposición 'Picasso: Sin Título', que hasta el 7 de enero de 2024 se unirá a los actos que conmemoran el medio siglo de su muerte.

La sala madrileña recupera 50 obras (cerámicas, cuadros de gran tamaño, dibujos), pero muchas de ellas sin título, un vacío que aprovechan medio centenar de artistas para dialogar con Picasso, interrogarlo y darle un nuevo significado. Traerlo, de hecho, a una contemporaneidad de la que sigue formando parte, pero que está en continua evolución, más feminista, más diversa, más preocupada por el medio ambiente y que afronta nuevos desafíos, como la inteligencia artificial.

"Picasso casi nunca puso nombre a sus obras. Sus amigos, agentes y comisarios lo hicieron por él", cuenta Bernard Ruiz-Picasso, creador de la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso (FABA), que proporciona las piezas de la muestra. «Picasso, como artista, se desnuda ante nosotros, nos dice todo de su vida y nos acompaña durante el siglo XX», agrega el nieto del artista.

"El último Picasso engloba casi todos los 'Picassos' a través de una búsqueda reduccionista y esencialista de su propio legado", subraya la comisaria, Eva Franch i Gilabert, y la exposición da una oportunidad para "criticarlo e incluso pelear con él". "Había que encontrar la manera de deconstruir el mito y ofrecer una nueva lectura de su obra acorde al momento actual y que, además, propusiese otras narrativas con las que enfrentar los retos actuales de nuestra sociedad", agrega la directora de La Casa Encendida, Lucía Casani.

La manera de hacerlo ha sido dando voz a 50 artistas, de variados orígenes, especialidades y contextos. Los elegidos, de Isabel Coixet a Niño de Elche, pasando por la argentina Mercedes Azpilicueta o la coreana-estadounidense Johanna Hedva, renombran los cuadros de Picasso y diseñan para ellos nuevas cartelas, algunas poéticas y otras políticas.

El feminismo, las cuestiones de poder, la sexualidad o la cancelación, candentes durante la conmemoración de los 50 años de su muerte, interpelan a Picasso, ya que los artistas han dispuesto de "toda la libertad" para cuestionar al genio "de forma plural e intensa", resalta Franch. Y todo ello ocurre en un lugar, La Casa Encendida, que entre las ofertas artísticas de Madrid tiene un carácter más flexible que otras instituciones tradicionales, como el Museo del Prado.

'Efecto espectador'

La conjunción de Picasso y los creadores contemporáneos ofrece un notable espacio para el pensamiento. Ante las obras del pintor la artista conceptual Asunción Molinos Gordo recuerda el nacimiento del 'efecto espectador'. "El 13 de marzo del 64, de madrugada y durante treinta largos minutos, Kitty Genovese fue apuñalada mortalmente en Kew Gardens, Nueva York, por su asaltante. Según la versión distorsionada de la prensa del momento, 38 personas presenciaron el asesinato de Genovese sin intervenir y sin llamar a la Policía. La forma en la que se narró la noticia dio origen al término 'efecto espectador', definido en psicología como la actitud pasiva/contemplativa con la que reaccionamos la gente en grupo ante una situación requerida de ayuda urgente", recuerda Molinos.

Los sociólogos estudiaron este comportamiento y concluyeron que, retoma la artista, "la mayoría delegamos la acción a los demás porque asumimos que siempre va a haber alguien más preparado que nosotros para tomar la decisión acertada, para ejecutar la acción perfecta, para llevar a cabo ese gesto que dé como resultado el mejor de los escenarios posibles". Y cara a cara con el macho alfa del arte del siglo XX, Molinos se pregunta: "¿Tenemos realmente conciencia de qué tipo de urgencias estamos siendo actualmente espectadores? ¿Qué tiene que ocurrir para sentirnos interpelados? ¿Podemos realmente delegar y mantenernos en la abstención?".

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