LITERATURA

Joaquín Berges: “La belleza provoca el deseo y el deseo es el origen de la vida”

El autor publica en Tusquets su décima novela, 'Ganas de vivir', donde cuenta la historia de las relaciones entre dos familias que sucede en Zaragoza.

Joaquín Berges mezcla muchas cosas en su novela: el arte de seducir, el cine, la muerte y los equívocos amorosos.
Joaquín Berges mezcla muchas cosas en su novela: el arte de seducir, el cine, la muerte y los equívocos amorosos.
Raquel Labodía/Heraldo.

Joaquín Berges (Zaragoza, 1965) es una caso de extraordinaria fidelidad a sí mismo y a una editorial, en este caso de las mejores, Tusquets. Publica ‘Ganas de vivir’, un título casi paródico o irónico porque cuenta la historia de una familia -Cosme es el abuelo; Matías, el hijo; Tristán, el nieto- que posee una funeraria en Zaragoza. Es, sin duda, su novela más zaragozana.

¿Cómo nacen sus novelas: a partir de los personajes, de una profesión, de una atmósfera?

Cada novela tiene su propio punto de ignición. Esta nació de la idea de la infelicidad, de cómo superarla y de cómo recuperar las ganas de vivir en caso de perderlas.

Todas sus novelas son distintas. ¿Surge esa constatación de una afán de diferencia, de originalidad, de un deseo de no repetirse?

De todo eso y de la curiosidad por descubrir nuevas tramas narrativas y nuevos personajes. No quiero repetirme ni aburrir a nadie, ni siquiera a mí mismo, que soy mi primer lector.

¿Por qué una funeraria como elemento que lo une todo? En este caso se trata de una auténtica saga.

Los Llorente son los propietarios de una funeraria zaragozana, así es, y eso les otorga una forma de ver y valorar la vida desde una perspectiva única y trascendente, porque no hay nada más trascendente que la muerte.

¿Es más importante para usted el humor o esa sensación de extrañamiento general en las relaciones?

Quizá el humor es solo una sensación de extrañamiento y está pensado para compensarla. El humor es una forma de deformar la realidad para perderle el miedo y reírnos de ella.

¿Cómo fue el trabajo de documentación? ¿Qué sabía del cuidado de los muertos, de esos dolores, del tratamiento de los que se van como si fueran vivos?

Todo lo que sé de los muertos se basa en el recuerdo de mis abuelos, mis padres, mis tíos y algunos amigos. Residen en mi memoria, cumplen años y siguen envejeciendo, como si estuvieran vivos.

"No quiero repetirme ni aburrir a nadie, ni siquiera a mí mismo, que soy mi primer lector"

Una vez más la novela, tocada de cierto nivel de excentricidad, parece un retrato de la condición humana. ¿Lo tenía así de claro o se fue imponiendo poco a poco ese desarrollo?

Me seduce la idea de hacer un retrato de la condición humana, a la escala que sea, poniendo mi granito de arena para narrar lo que somos, quizá porque solo sucede lo que contamos, una vez que los hechos pasan por los filtros de la conciencia y la memoria. Lo que no se cuenta es simple realidad destinada al olvido.

Si la familia y sus complejas relaciones es uno de los temas de la novela, no lo es menos Zaragoza. ¿Tenía claro que la ciudad era un protagonista fundamental?

Lo es, por fin. Me ha costado mucho ubicar una novela entera en mi ciudad natal. Es un tema de pudor y de querer separar los dos ámbitos en que me muevo, la realidad y la ficción, pero inevitablemente se están acercando. No sé si algún día yo mismo no me convertiré en un personaje de novela.

Vayamos con algunos personajes. ¿Cómo explica la relación de Tristán y Gracia? ¿Por qué ese juego constante con la veneración amorosa y la huella de Tarzán, el buen salvaje?

Tristán se enamora de Gracia porque esta se parece a Maureen O’Sullivan, la actriz que interpretó a Jane en las películas de Tarzán. En su relación hay algo de veneración al mito inasequible. Ella es la cumbre de la sensualidad y la belleza y él aspira a ser el rey de la jungla, a la vez apuesto y salvaje, para tratar de seducirla.

Otra relación extraña es la de Matías Llorente y Rita Sanz. ¿Por qué nos dejamos ir, sobre todo cuando vemos que algo no funciona?

El de Matías y Rita es un matrimonio fallido. Uno de tantos que perdura por la inercia de la convivencia, la familia, la rutina e incluso el peso del patrimonio común, pero completamente ajeno al deseo, la pasión y las ganas de compartir la vida.

Hay en ‘Ganas de vivir’ un constante clima de sensualidad, un exaltación de la carne y de la belleza. ¿Es esta su novela más erótica?

Es Rita Sanz, la madre de Tristán, quien debería responder a esta pregunta. Ella sostiene que lo contrario de la muerte es la belleza, porque la belleza provoca el deseo y el deseo es el origen de la vida. Es posible que todos procedamos de la exaltación de la carne y la belleza. La humanidad es fruto de la sensualidad. O debería serlo.

Un retrato del escritor que busca siempre la originalidad y un peculiar sentido del humor.
Un retrato del escritor que busca siempre la originalidad y un peculiar sentido del humor.
Iván Giménez/Tusquets.

En el fondo, plantea un clima de insatisfacción permanente, de incapacidad para vivir el amor y la sexualidad con normalidad y con apetencia de plenitud. ¿Por qué?

Porque solo la infelicidad es perceptible. La felicidad no es más que un recuerdo, a veces muy vago. Pocas veces somos conscientes de que estamos siendo felices. Nos damos cuenta después, cuando recordamos algo y percibimos el regusto de la felicidad. Y sin embargo todos aspiramos a la felicidad futura, haciendo planes y creando proyectos, sin tener en cuenta que solo seremos felices cuando lo recordemos todo.

Hay un terapeuta en la novela con un papel importante. ¿En qué se parece a un novelista?

El terapeuta trata con pacientes que necesitan ayuda y el novelista con personajes infelices. Tienen mucho en común. También se parecen a un sacerdote, a un vidente, a un médium, a un camarero de bar de madrugada y a cualquiera que pueda dar consuelo y ánimo a un alma atribulada.

Se insiste mucho en que es una comedia. En cualquier caso, una comedia ácida. ¿La irrupción del amor es el auténtico motor del mundo y la dinamita que enciende un polvorín de emociones y de sentimientos incontrolables?

Así lo creo. El amor, el deseo, la pasión. Estos son los motores del mundo, en todas sus dimensiones y escalas humanas. Lo demás es simplemente inercia. Es todo una cuestión de física, como el funcionamiento del Sistema Solar.

También le ha interesado mucho analizar o contar a un puñado de seres que están en los márgenes. ¿Le ha marcado mucho o le han interesado los comedores de amparado, como el de la Virgen del Carmen?

Me interesan los márgenes de la sociedad, la gente con problemas, dificultades y hasta mala suerte, por eso mis personajes suelen ser inquietos, aturdidos, excéntricos, neuróticos y nostálgicos. Sobre los comedores sociales, paso frecuentemente por el de la Parroquia del Carmen, veo las colas que se forman a la hora de comer y pienso en la historia de infortunio y mala suerte que habrá detrás de cada una de las personas allí reunidas.

"El amor, el deseo, la pasión. Estos son los motores del mundo, en todas sus dimensiones y escalas humanas. Lo demás es simplemente inercia. Es todo una cuestión de física, como el funcionamiento del Sistema Solar", dice Berges

¿Cuál es la importancia en la novela de los secretos? Aquí hay unos cuantos: la historia de Román-Andrés, la muerte del padre del joven Lucas Pardo, aficionado a los videntes, una pasión inesperada que anda por ahí...

Así es la relación que se establece entre el que cuenta y el que lee o escucha. El primero sabe más que el segundo y dosifica la información con fines narrativos, como la princesa Sherezade, tratando de que el Sultán siga interesado por la historia para conservar la vida una noche más.

¿Estamos casi todos más cerca de lo que nos parece de la enfermedad mental?

Yo diría que estamos cerca de la inestabilidad mental. El cerebro humano carga con lo sensorial, lo emocional, lo espiritual y lo racional. Es demasiado. Deberíamos tener dos o tres cerebros separados. Y en distintas partes del cuerpo. El homo sapiens es claramente mejorable.

Esta novela me ha hecho pensar en su debut: ‘El club de los estrellados’ (Tusquets, 2009). ¿Qué quiere contar de los personajes y su intimidad? ¿Somos mucho más frágiles de lo que pensábamos?

Hay en ‘Ganas de Vivir’ personajes solitarios y estrellados como en aquella primera novela, es cierto. Son seres frágiles, frustrados, solitarios, como nos sentimos todos alguna vez. Yo no creo que haya seres más fuertes y más frágiles, sino momentos de la vida que nos pillan con más o menos ganas de vivir.

"Apenas leo en castellano cuando escribo. Soy muy permeable a los giros y la música de las palabras y me atemoriza repetir involuntariamente melodías ajenas. Como dijo Vila-Matas, la literatura debe aspirar a decir lo nunca dicho"

“Seducir a una mujer es el primer paso hacia la inmortalidad. No olvides que la humanidad entera se crea en el interior del cuerpo femenino”, dice el abuelo Cosme Llorente. ¿Quién habla aquí: la voz de la experiencia, el seductor fracasado o el novelista que ampara a todos sus personajes?

Sería el seductor racional, que entiende la existencia desde un punto de vista natural, como si fuera un biólogo o un antropólogo. Así es el abuelo Cosme, un hombre con ideas propias que va desarrollando a lo largo de toda la novela. Él considera que las mujeres son las diosas de la vida y que todos somos pequeños monstruos, como Frankenstein, creados con la mitad de nuestro padre y la mitad de nuestra madre en una noche de tormenta.

Joaquín Berges está en posesión del premio 'Artes & Letras' de Literatura.
Joaquín Berges está en posesión del premio 'Artes & Letras' de Literatura.
Raquel Labodía/Heraldo.

¿Qué estructura narrativa buscaba?

Una trenza coral con varias tramas argumentales que se fueran cruzando, protagonizadas por distintos personajes, pero con una sola voz que lo contara todo y diera cohesión al conjunto.

"Quería reflexionar sobre la vida y la muerte, sobre el deseo y la belleza, sobre el valor de los recuerdos, la consistencia del alma y la existencia del más allá"

Aunque el boxeo está presente y rinde homenaje a Perico Fernández, ¿por qué ha dividido la novela en cuatro asaltos o es una licencia con una leve justificación, por decirlo así?

Porque la vida es lucha y un ring de boxeo es un lugar perfecto para escenificarla. Hay dos personajes enfrentados, un mediador, cuatro laterales, dos diagonales, un centro cartesiano y una estructura temporal dividida en asaltos de tres minutos. ¿Qué más se puede pedir desde un punto de vista literario? Sobre Perico Fernández, es sin duda uno de los referentes deportivos de la ciudad. Lo vi boxear aquella tarde de julio de 1976 en que ganó el título europeo en 2 minutos y 15 segundos. Fue inolvidable. Fugaz, pero inolvidable.

¿Le ha acompañado algún escritor en concreto, alguna novela?

Apenas leo en castellano cuando escribo. Soy muy permeable a los giros y la música de las palabras, y me atemoriza repetir involuntariamente melodías ajenas. Como dijo Vila-Matas, la literatura debe aspirar a decir lo nunca dicho.

En un sentido abstracto, ¿qué perseguía, qué diálogo previo ha establecido con el hipotético lector?

Quería reflexionar sobre la vida y la muerte, sobre el deseo y la belleza, sobre el valor de los recuerdos, la consistencia del alma y la existencia del más allá. Quería hacer todo eso y al mismo tiempo contar con naturalidad y sentido del humor la historia de dos familias zaragozanas condenadas a encontrarse para recobrar las ganas de vivir.

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