El Goya más zaragozano habla con el público en la Lonja
Una exposición que puede visitarse hasta el 25 de junio presenta obras originales junto a una holografía parlante del pintor
"Mi corazón, Zaragoza". El mismo Francisco de Goya que escribió estas palabras, años más tarde diría que acordándose de la ciudad y de pintura se quemaba "vivo". Pero en la balanza de afectos del pintor de Fuendetodos la ciudad en la que vivió durante su infancia y juventud fue siempre su patria sentimental. Explorar qué aportó la ciudad al artista, y el artista a la capital aragonesa, es el objetivo de la exposición que se inaugura este jueves en la Lonja zaragozana. 'Yo soy Goya. La Zaragoza que viví, 1746-1775', puede visitarse hasta el 25 de junio y tiene un marcado acento didáctico. La muestra reúne obras originales y copias de calidad, junto a elementos como cronogramas, audiovisuales, fotografías, documentos, objetos y una holografía en la que el visitante puede conversar con el pintor.
"Es una exposición de apoteosis de Zaragoza a través de un aragonés vinculado con los rasgos más notables de la identidad aragonesa", señalaba este jueves Domingo Buesa, historiador, presidente de la Academia de San Luis y comisario de la muestra.
A estas alturas del siglo XXI, Goya es uno de los artistas con mayor crédito en la cartelera de exposiciones. No solo en Aragón (en abril del año pasado se clausuró la última muestra monográfica que se le dedicaba), también en el resto de España y en el extranjero. Raro es el año en el que no se le presta atención desde alguna prestigiosa institución foránea. En este 2023, por ejemplo, se sabe ya que habrá una gran muestra en Milán a cargo de Víctor Nieto Alcaide, director del Museo de la Academia de San Fernando.
El contenido de la exposición, el final de la legislatura municipal y las dificultades que se ha encontrado la concejalía de Cultura en su proyecto de convertir la Lonja en un centro de interpretación dedicado al artista hacen pensar inevitablemente que la muestra es, en todo o en parte, lo que se quería mostrar a los visitantes allí de modo permanente.
El apartado tecnológico ha recaído en la empresa zaragozana Music of Monuments. Se trata de un proyecto de reciente creación, liderado por Manuel Redondo y Augusto González, que trabaja en el terreno de la fusión del arte con las nuevas tecnologías. Suyo es el audiovisual envolvente que se proyecta en el ámbito central de la Lonja, donde el visitante se sienta al lado de Goya, al calor de la lumbre de su casa fuendetodina, escuchando cómo resume su vida. Y de Music of Monuments es también el holograma con el que prácticamente se cierra la exposición, y que presenta a un Goya a tamaño natural y con el que se puede 'conversar'. A título anecdótico, cabe destacar que quien da vida al pintor es Augusto González, uno de los componentes del grupo musical BVocal.
"Goya es un hombre de modernidad, por eso hemos apostado por las nuevas tecnologías -subrayaba Buesa-. Esta no es una exposición al uso, donde se colocan en la pared unas pinturas detrás de otras. Es una exposición eminentemente didáctica pero que cuenta también con grandes obras. Están, por ejemplo, las tras últimas obras que se han catalogado del pintor de Fuendetodos, y que nunca habían sido expuestas hasta ahora; el retrato de Josefa Bayeu y el autorretrato del Prado; y está, sobre todo la pintura que Goya realizó a la infanta María Teresa de Vallabriga y que se conserva en la galería de los Uffici. Es un cuadro que se expone por vez primera en Aragón, y que solo ha abandonado Florencia en dos ocasiones, para una muestra en la National Gallery de Londres y para otra en el Palacio Real de Madrid.
"Yo soy Goya. La Zaragoza que viví, 1746-1775' se articula en 9 espacios temáticos, dedicados a 'La infancia en la cocina de Fuendetodos', 'Los montes de juventud', 'La casa familiar de los Goya', 'La Zaragoza que vivió Goya', 'El estudio en casa', 'Las gentes de Goya', 'Los aragoneses vistos por Goya', 'La taberna de su juventud' y 'Habla con Goya'.
Entre las piezas expuestas hay numerosas curiosidades, como dos óleos que representan un vaso y un almirez y que pasan por ser las primeras obras conocidas de Goya; placas de cristal estereoscópicas que Aurelio Grasa tomó en la Corrida Goyesca de Zaragoza en 1927; una paleta de pintor atribuida a Goya, procedente de una colección particular zaragozana; la partida sacramental de matrimonio del pintor; un uniforme de campaña de capitán general de finales del siglo XVIII; una guitarra tiple de 1843; o un dibujo, de colección zaragozana, que representa 'Dos músicos, niño con tambor y músico quizás con cuerno de caza".
Aunque algunos aspectos eran conocidos, como las distintas casas de Goya, que sacó a la luz el historiador José Luis Ona en 1997, con el hilo narrativo conjunto el visitante adquiere una idea certera de cómo fueron los primeros años de vida del pintor y hasta qué punto amó la que siempre consideró su ciudad.
Según aseguraba la vicealcaldesa Sara Fernández, "Goya fue un zaragozano que siempre amó su ciudad. Con esta exposición vamos a redescubrir también la Zaragoza de la época. La muestra pone broche de oro a uno de nuestros principales empeños, el de unir la figura de Goya con Zaragoza".
La Fundación Ibercaja ha sido generosa con la exposición, que coorganiza y a la que ha prestado 13 obras, entre ellas dos de las joyas principales de su museo dedicado al artista, los retratos de Félix de Azara y de Marianito Goya. José Luis Rodrigo, director general de la Fundación Ibercaja, resumía la muestra así: "No va a defraudar a nadie, porque recorre los años en los que se formó como persona y como artista".
