Fernando Lalana: "No se trataba de hablar otra vez del Quijote, sino de Cervantes"

Fernando Lalana y Chus Castejón recibieron ayer en Pedrola el XX Premio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil.

Chus Castejón y Fernando Lalana, ayer, en el palacio de los duques de Villahermosa
Chus Castejón y Fernando Lalana, ayer, en el palacio de los duques de Villahermosa
Javier Cebollada/EFE

El palacio de los duques de Villahermosa, en Pedrola, acogió ayer la entrega del XX Premio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil a los autores zaragozanos Fernando Lalana y Chus Castejón por ‘El manuscrito Sancho Panza’. Lalana y Castejón abordan en este libro una historia llena de aventuras con Cervantes, Alonso de Quijano y Sancho como protagonistas. Y que mejor lugar para recibir este reconocimiento, puesto que Miguel de Cervantes ubicó buena parte del Quijote en la Ribera Alta del Ebro, concretamente en las posesiones de los duques de Villahermosa en Pedrola y en la ínsula Barataria de Alcalá de Ebro.

La idea de este volumen escrito a cuatro manos partió de Chus Castejón. Fernando Lalana comentaba ayer que «lo que más lo gustó de la propuesta que me hizo Chus en su día fue que no se trataba de hablar otra vez del Quijote, que yo creo que ya se ha dicho todo y se ha hecho todo lo que se puede hacer (versiones, ballets, obras de teatro, óperas, musicales…), sino hablar de Cervantes, que es una figura muchísimo menos conocida que la de su personaje y que merece mucho más la pena en estos momentos».

El escritor, autor de más de 150 títulos y galardonado con los principales premios literarios españoles en el ámbito de la literatura infantil y juvenil, entre ellos el Premio Nacional y el Cervantes Chico, explicó que el planteamiento del libro «empezaba con dos personajes adolescentes, que en el siglo XVI serían prácticamente adultos a su edad. De alguna manera intuíamos que le iban a servir a Cervantes como inspiración para escribir o por lo menos para diseñar los personajes principales del Quijote. Pero una vez metidos en harina decidimos inventarnos una inspiración para Dulcinea».

Lalana y Castejón narran en ‘El manuscrito Sancho Panza’ la historia de «la verdadera» Dulcinea, princesa de la Berbería. «En esa época misteriosa, o al menos llena todavía de muchos agujeros, de los cinco años que Cervantes pasó cautivo en Argel, decidimos que nos encajaba bien, que podíamos inventar una ficción y por tanto algo que pudo ser. Para mí, Dulcinea es un personaje que me gusta mucho.

Sobre las claves para seguir captando la atención de los lectores en la actualidad, Lalana comentó que sigue haciendo «lo mismo que hace 30 o 40 años, en el caso de mis primeros libros, que es intentar servir un poquito de escalón o de puente entre lo que se lee en los años de primaria y la literatura definitiva, la de las grandes obras literarias, utilizando lo que llamamos la novela juvenil, reproduciendo los géneros habituales en la narrativa. En este caso es una novela de ficción histórica»

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