Dani Escolano: “Cuando creas vínculos emocionales, todo suena mejor”

Nacido en Estadilla en 1979, es cofundador y director de Jazz For Kids, proyecto que cumple ahora 10 años, y lleva casi dos décadas como docente y músico profesional

El músico y docente Dani Escolano, la semana pasada, en Zaragoza.
El músico y docente Dani Escolano, la semana pasada, en Zaragoza.
Guillermo Mestre

Ya son diez años de Jazz For Kids. El acrónimo suena presidencial y aeroportuario, pero hay un fin más edificante.

JFK, claro –ríe–­ bueno, la idea era dar una alternativa a los jóvenes que como los tres profesores de música que empezamos, amantes del jazz, quisieran saber más de esta vía de expresión. Ahora hay más alternativas, pero entonces… poco o nada en Aragón. Nosotros estudiamos en Navarra y Cataluña, de hecho. Empezamos con 11 alumnos y han pasado más de 200 por el proyecto.

La iniciativa ha llegado lejos cuidando el trato cercano.

Sí, es verdad. Hemos tocado en los mejores teatros de Aragón; llevamos años en el esfuerzo de creación de nuevos públicos dentro del Festival de Jazz de Zaragoza y hacemos ocho conciertos al año, dos con la banda de niños y otros seis didácticos de profes y exalumnos en los colegios de Zaragoza, provincia de Huesca y Huesca... pero también hemos tocado en el extranjero: Holanda, Puerto Rico y Estados Unidos.

¿Cómo piensan celebrar la efeméride de los diez años?

Ya hemos empezado: estuvimos en octubre en el Fémina Jazz de Madrid, fuimos a Almerijazz en noviembre y ahora preparamos todo lo que viene. En verano iremos a Getxo y al festival Tocando el Cielo en Panticosa, donde haremos un encuentro de medio centenar de alumnos y exalumnos; se montará repertorio, habrá ‘masterclass’ con invitados de fuera y no faltarán los conciertos.

El valle del Alto Ara suena cada vez más afinado.

¡Así parece! La sede la tenemos en Huesca, pero yo tengo mi base en Fiscal, y van pasando cosas. De hecho, estamos a expensas de una ayuda europea para crear un espacio cultural allá; hacemos nuestro Festival Artistico Infantil de Fiscal (FAIF) a finales de junio, para el público más jovencito, con circo, teatro, música… también quiero hacer residencias artísticas enfocadas a la mujer y el arte creado por mujeres, lo planeamos para noviembre, así como un seminario de jazz en el valle: será en Broto o en Fiscal.

Se estableció usted en Fiscal por amor, y ahora ama usted a Fiscal.

Vengo de Estadilla, muy parecido en tamaño, y me gusta mucho. Vivir aquí es un lujo, no veo peros; hay cosas por hacer, claro, pero lo tomo como aliciente todo positivo. Aquí la gente se vuelca, desde los vecinos al Ayuntamiento;hay interés por la música, la cultura… por mi parte, viajo cuando tengo que viajar, está bien comunicado. A mi compañera Verónica y a mí nos han llegado dos peques, Nicolás de tres años y Oliver de nueve meses; Nicolás ya toca la batería y trompeta en la Ara River Band, y Oliver ya abre mucho los ojos con cada ensayo.

Esa banda de peques tocando rock clásico es una barbaridad.

La Ara River Band comenzó como un proyecto junto a Leo Susana en la pandemia, y ha ido caminando; siguen entrando niños del valle, probando y disfrutando. Quiero que sea la base de una futura escuela de música moderna en la zona. En abril nos han invitado a un concierto en el Retiro madrileño, y viene alguna gala por ahí.

Usted se mete en muchos berenjenales. ¿Cómo estira las horas?

Pedí una excedencia en la Escuela Municipàl de Barbastro, para conciliar con la paternidad; ahora en incursionado en mover bandas aragonesas de jazz y festivales. Colaboro en la Trobada de Jazz de Fonz, Huesca es Jazz, el Festival Internacional de Jazz de Barbastro, la Muestra Gastronómica del Somontano; dirijo la comisión de creación de nuevos públicos en la Plataforma Jazz España, y como músico me ciño ahora a acompañar a dos cantantes que me encantan, Pato Badián y Marina Quiroga, ambas argentinas.

Jazz For Kids es un vertebrador del territorio, de la ‘v’ a la ‘r’.

Hay alumnos de Huesca ciudad, la provincia de Huesca y Zaragoza. La sede está en Huesca y hacemos un encuentro didáctico una vez al mes en Zaragoza; la idea es ir dos veces al mes el próximo curso. Vienen alumnos de 25 localidades, por eso hay que buscar puntos de encuentro para trabajar. La convivencia es clave para nosotros; cuando creas vínculos emocionales, todo suena mejor.

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