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La ruta de Estopa y Jordi Évole por Zaragoza y Huesca en hoteles y restaurantes de carretera

El estreno de la cuarta temporada de ‘Lo de Évole’ congregó el domingo a más de un millón y medio de espectadores.

Jordi Évole y José Muñoz, en un restaurante de Candasnos.
Jordi Évole y José Muñoz, en un restaurante de Candasnos.
La Sexta

Más de un millón y medio de espectadores vieron en directo en la noche del pasado domingo el estreno de la cuarta temporada de ‘Lo de Évole’ en La Sexta. Un capítulo inaugural con más vocación cinematográfica que televisiva que juntaba a Estopa y a Jordi Évole en un Ford Escort (en un guiño al primer éxito del dúo de Cornellá, ‘La raja de tu falda’: “Cuando vi la raja de tu falda/Que un Seat Panda se me cruzó/Y se comió el parachoques de mi Ford Escort”). Una ‘road movie’ rodada el pasado diciembre en Aragón en la que los hermanos David y José Muñoz compartieron con el presentador unos días de convivencia que dieron lugar a charlas y confidencias.

La Comunidad tuvo un papel determinante en la grabación ya que fue el escenario elegido, desde carreteras secundarias de Los Monegros hasta un hotel de Villafranca de Ebro, un pub de de Zaragoza o un restaurante de Candasnos. Allí es donde se desarrollaron todas esas confesiones

La primera parada fue en el hotel-restaurante La Cruzanzana de Candasnos (Huesca), donde en pantalla David Muñoz devora un arroz a la cubana con dos huevos fritos y José pide un trozo de pastel de chocolate de postre. También dieron buena cuenta de tres platos de carne con ensalada. Cristóbal Abarca, responsable del establecimiento, relata la intrahistoria. “Se lo comieron todo, dos platos y postre. Se notaba que tenían hambre. De hecho, almorzaron y merendaron y descansaron un ratito en la habitación. Fueron muy amables”, rememora. Por espacio de unas horas, el local fue ‘invadido’ por el muy numeroso equipo técnico que hizo posible esta obra audiovisual. “Se notaba que eran grandes profesionales. Vinieron más de 30 técnicos y trabajaron grabando por espacio de unas tres horas, desde tomas de las habitaciones hasta entrevistas o imágenes de recurso del hotel-restaurante. Fue una experiencia maravillosa, muy interesante para todas. Además, la gente del pueblo estuvo muy pendiente y lo vivieron intensamente”, concluye Abarca.

Muy amables

El siguiente punto en el itinerario fue el hotel Pepa, situado en el kilómetro 347 la carretera de la Nacional 2, en la entrada de Villafranca de Ebro. Un establecimiento con más de medio siglo de existencia que en 1968 ya apareció en la película ‘Las Vegas, 500 millones’. Estopa y Évole pernoctaron en una habitación triple, aunque su estancia allí fue mucho más amplia. “Comieron, cenaron, durmieron y desayunaron a mediados del pasado diciembre. Fueron muy amables y estuvieron muy a gusto y así nos lo transmitieron. De hecho, en los agradecimientos del programa aparecen varios camareros que les atendieron”, comparte el responsable del lugar.

Una de las escenas más importantes se produjo en la barra del bar en el desayuno, donde los hermanos Muñoz reconocieron que apenas se dicen “te quiero” a pesar de su profundo amor fraternal. “Nos pidieron que no se armara mucha bulla para poder grabar la conversación en condiciones. Y la colaboración de todas las partes fue muy especial, tanto por parte nuestra como de ellos y de nuestros clientes. El despliegue de cables era espectacular pero no nos causó ninguna gran alteración. Nos pusieron las cosas muy fáciles y nosotros también tratamos de hacer lo mismo. “, asevera.

El pasado domingo, a las 21.30, no fue un día más para la familia del Hotel Pepa. A la hora de la cena, los empleados y los comensales estuvieron muy pendientes de la televisión. El resultado fue muy satisfactorio. “Estamos muy contentos y agradecidos por haber formado parte de un proyecto tan bien hecho e interesante. Fue una experiencia maravillosa que a todos nos ha hecho felices”, remacha.

Finalmente, la acción también se trasladó a Zaragoza, en concreto a la calle Pilar Lorengar 18, la sede del pub Trilogy, y a la del bar Utopía en la calle Luis del Valle 19. Allí el trío protagonista brindó con tres jarras de cerveza y Jordi Évole dio el susto al desplomarse y tener que ser auxiliado por su equipo ya que David Muñoz pensaba que se trataba de una broma del periodista.

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