NOVELA. OCIO Y CULTURA

Celia Santos: "Teresa, la chica exiliada en Rusia, me ha vuelto el corazón del revés"

La escritora publica la novela 'La niña de Rusia' (Ediciones B), inspirada en una mujer real, que vivió el bombardeo de Guernica y ahora tiene 97 años.

Celia Santos se han encontrado con la estremecedora historia de la niña de la guerra, Teresa.
Celia Santos se han encontrado con la estremecedora historia de la niña de la guerra, Teresa.
Tono Embid.

Celia Santos (Bergara, Guipúzcoa, 1972) reside en Barcelona y está muy vinculada con Aragón, y en particular con Zaragoza, donde se desplaza a menudo con su pareja Ángel Petisme, el poeta y cantante de origen bilbilitano. Es periodista cultural y escritora. Posee una amplia trayectoria en el campo de la literatura infantil y juvenil. Para adultos ha publicado ‘La maleta de Ana’ (Ediciones B), centrada en las mujeres españolas que emigraron a Alemania, y ‘Más rápida que la vida’ (Ediciones B), la historia de una mujer fascinante, la inglesa Dorothy Levitt, que fue piloto de coches, de motonáutica y de aviación, e inventora del espejo retrovisor. Ahora publica ‘La niña de Rusia’ (Ediciones B), una novela inspirada en un personaje real, Teresa Alonso, que presentó en Zaragoza, en la Fnac.

¿Cómo le llegó la historia de Teresa Alonso?

Fue una tarde de mayo de 2019 en Barcelona tras un homenaje a Lluís Martí Bielsa, un aragonés del pueblo ribereño de Gallur (Zaragoza) que entró en París en 1945 con La Nueve, cuando el presidente de la Asociación Catalana de Expresos Políticos del Franquismo me habló de Teresa y su vida. No dudé ni un momento, tenía que escribir esa historia.

¿Cómo fue el proceso de documentación? ¿Cómo ganó su confianza y que le abriera su corazón?

Resultó todo muy fácil. Era vecina a dos calles de la mía, ella quería contar todo por lo que había pasado, fui a conocerla y cuando le planteé que el libro fuese una biografía novelada, estuvo de acuerdo. Al principio parecía un poco suspicaz pero enseguida se ilusionó y me abrió su alma. Fueron meses de charlas grabadas (más de cien horas), anécdotas, recuerdos, risas y también lágrimas. Su mente estaba increíblemente lúcida y fue cómodo. Sólo tuvimos que seguir la cronología de su vida.

"Teresa enseguida se ilusionó y me abrió su alma. Fueron meses de charlas grabadas (más de cien horas), anécdotas, recuerdos, risas y también lágrimas. Su mente estaba increíblemente lúcida y fue cómodo. Sólo tuvimos que seguir la cronología de su vida", dice Celia Santos

Teresa nació en 1925, pero en cierto modo su nueva vida comienza en 1937 en Guernica. ¿Qué significó ese hecho, antes de hacerse mito, en su memoria y en sus emociones?

La guerra fue un cambio trágico para todo el país. Guernica es un símbolo en la historia, pero ella recuerda cómo su madre la envió con la vecina a comprar carne de caballo al mercado. Después, mucho humo y muchas llamas. Su mayor preocupación era no haber conseguido cumplir con el encargo de su madre. Al fin y al cabo, no era más que una niña.

Se va a Rusia empujada por el fascismo y la derrota. ¿Qué pasa en la cabeza y en el corazón de una niña?

Se marcha huyendo de la guerra, de las bombas en junio de 1937. A ellos, los más de tres mil niños enviados a la Unión Soviética y a sus padres, les dijeron que sería para unos meses. Eso, a aquellos chiquillos solos, sin sus progenitores, les proyectó el viaje como una aventura. Dos años más tarde, al terminar la guerra de España, fueron conscientes de su destino. No podían volver.

A pesar de que hay españoles y niños de la guerra, ¿cómo se adaptó Teresa a un país extremado también, que se preparaba para la II Guerra Mundial?

El gobierno soviético siempre procuró mantenerlos juntos y que no perdieran su cultura, a la vez que les brindaban una educación exquisita. Teresa tiene una capacidad de resiliencia increíble. Era una niña discreta que nunca dio problemas, aunque pensaba en sus padres y su hermana constantemente. Los tres primeros años fueron relativamente felices, hasta que llegó de nuevo otra guerra, la Segunda Guerra Mundial.

Celia Santos y Teresa Alonso, la protagonista de su novela.
Celia Santos y Teresa Alonso, la protagonista de su novela.
RANDOM HOUSE

La novela tiene oasis, instantes de felicidad y de amor, con la inevitable pérdida también. ¿Cómo se enfrenta la niña a la pasión, qué secuelas le deja?

Es en los momentos más aciagos cuando uno se esfuerza por encontrar esos oasis de éxtasis, y los disfruta mucho más. Teresa se enamoró con 12 años de Ignacio, un eibarrés que se hizo aviador. A día de hoy, 85 años después, sigue enamorada. Esa es su secuela.

No sé si ha estado en Rusia, si ha viajado para redactar su novela. ¿Cómo era la vida para un extraño como Teresa, qué le interesó, qué le perturba y qué le conmueve a usted?

El plan era viajar con Teresa a principios de 2020 pero la pandemia los hizo imposible. Este año lo intentamos de nuevo mi pareja y yo, sin Teresa ya porque a sus 97 años le flaquean las fuerzas, para conocer los escenarios y quizá a algún superviviente. Contacté con la Casa de España de Moscú y me ofrecieron todos los medios que tienen a su disposición. Pero a finales de febrero el viaje se hizo inviable con la invasión de Ucrania. Ojalá más pronto que tarde acabe esta devastación sanguinaria y pueda viajar al país. Teresa, como casi todos los niños españoles, se integró sin problema a la sociedad rusa. Ese choque cultural, esas diferencias es lo que más me interesó.

"Teresa vivió dos guerras, un cerco, y varias evacuaciones. Y una vez en España tampoco lo tuvo fácil: sufrió la vigilancia policial, interrogatorios por parte de la CÍA, rechazo social… Y aun así, ha sobrevivido. Es un ejemplo de vida y dignidad", dice Celia

Ha reflexionado sobre la vida de Teresa y otras mujeres exiliadas. ¿Qué paralelismos habría con Luisa Carnés, con María Teresa León, con la propia Pasionaria, por citar algunos nombres?

Todas ellas tienen en común que son doblemente olvidadas: por exiliadas y por mujeres. Ya sean intelectuales, políticas o perito electricista, como es el caso de Teresa. Pasionaria es la excepción, pero el resto han sido ignoradas por la historia y por el patriarcado.

¿Qué le dio la experiencia del destierro forzoso a Teresa?

Fortaleza y paz. Vivió dos guerras, un cerco, y varias evacuaciones. Y una vez en España tampoco lo tuvo fácil: sufrió la vigilancia policial, interrogatorios por parte de la CÍA, rechazo social… Y aun así, ha sobrevivido. Es un ejemplo de vida y dignidad.

Para ti, para la escritora, para Celia Santos, ¿qué poso, qué reflexiones te deja la novela? El método es muy distinto a lo que habías hecho hasta ahora.

Siempre digo que Teresa me ha vuelto el corazón del revés. Me ha hecho reflexionar sobre la capacidad de resistencia y tolerancia del ser humano. Cuando en marzo de 2020 nos encerraron un mes y medio, pensábamos que era el fin del mundo. Ella, sin embargo, permaneció en su casa viendo el mundo paralizado desde su balcón. Una persona que tuvo que comer cola de carpintero mientras trabajaba sacando cadáveres de las casas en Leningrado, te da una lección de vida en cada encuentro.

Es una novela, es una crónica, una biografía novelada, un fragmento de vida escindida de una española. ¿Cómo habría sido esta novela si la hubiera tenido que inventar? ¿Qué no se le hubiera ocurrido jamás?

Muchas cosas de las que le suceden a Teresa serían imposibles de imaginar para cualquier ser humano y un fabulador. Este libro es la verdad y bondad de un ser humano en estado puro, que sería desde los grandes filósofos y poetas, la sustancia de la belleza. Creo que es muy importante que llegue a la gente la memoria y la verdad de Teresa.

¿Cómo se resiste a tanto dolor? ¿Qué le decía Teresa?

Una de las cosas más curiosas que me contó, cuando me relataba el Cerco de Leningrado, fue que el secreto para sobrevivir era mantenerse ocupada. “Si te parabas, te morías”, me decía. Y esa máxima la ha acompañado toda su vida. Es una guerrera.

Retrato de Teresa Alonso, a la que sorprendió el bombardeo de Guernica, en 1937, con doce años.
Retrato de Teresa Alonso, a la que sorprendió el bombardeo de Guernica, en 1937, con doce años.
NA-AN

¿En qué medida sería una novela sobre la pérdida y la necesidad de la libertad?

Sobre la pérdida porque Teresa, y muchos otros perdieron sus familias, su patria y su infancia, y jamás las recuperaron, y eso les pesa en el corazón. Sobre la libertad, porque la guerra arrebata todo atisbo de independencia personal y social y sólo deja el instinto de supervivencia y la muerte.

"Teresa ama al pueblo ruso y, en cierto modo, siempre se ha sentido un poco rusa. 'Otra cosa es la política', dice ella. No está de acuerdo con Putin ni con lo que está haciendo. Los tres primeros años que pasó en la Unión Soviética vivió en Kiev, Ucrania. Para ella son sus dos patrias", explica Celia Santos

Más allá del comunismo, de Siberia, de la represión. ¿Qué le deben de verdad los republicanos, o republicanas como Teresa, a Rusia y a los rusos?

La acogida, la educación y los cuidados. Los niños españoles estaban casi mejor tratados que los propios rusos. Cierto es que el cariño de los padres y la patria no se sustituye con nada, pero ellos recibieron un sucedáneo que fue la protección y la solidaridad. Y eso, pase lo que pase, ellos no lo olvidan.

¿Qué piensa hoy Teresa, a los 97 años, de la invasión de Rusia, tiene opinión?

Por supuesto que la tiene. Teresa ama al pueblo ruso y, en cierto modo, siempre se ha sentido un poco rusa. “Otra cosa es la política”, dice ella. No está de acuerdo con Putin ni con lo que está haciendo. Los tres primeros años que pasó en la Unión Soviética vivió en Kiev, Ucrania. Para ella son sus dos patrias. No entiende como, dos países que eran hermanos, pueden actualmente estar enfrentados. No lo concibe.

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