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Una exposición explica el expolio de Aratis y el valor del patrimonio arqueológico

El Museo de Zaragoza acoge hasta el próximo 22 de enero esta muestra que incluye los cascos celtibéricos recuperados por Aragón.

Uno de los cascos celtibéricos que se muestran en el Museo de Zaragoza.
Uno de los cascos celtibéricos que se muestran en el Museo de Zaragoza.
Guillermo Mestre

"Es importante que los aragoneses sepan que debemos preservar y divulgar nuestro patrimonio histórico y cultural. La prioridad del Gobierno de Aragón es recuperar todas esas obras que por diversos motivos, la mayoría delictivos, habían salido de la Comunidad. Como es el caso de estas piezas de la ciudad celtíbera de Aratis". Con estas palabras, Javier Lambán, presidente de Aragón, ha sintetizado este viernes en el Museo de Zaragoza la filosofía que alimenta ‘Aratis. Anatomía de un expolio’, una exposición que explica a la sociedad el perjuicio irreparable que causa el expolio arqueológico, no solo a las piezas, sino al conocimiento de la historia.

Los cascos que se exhiben proceden de la ciudad celtíbera de Arátikos, ubicada en la Comarca del Aranda y erigida en la Edad del Hierro entre los años 4.000 y 800 antes de Cristo, y que fue posteriormente destruida por el ejército de Roma entre los años 74 a 72 antes de Cristo, con motivo de las guerras sertorianas. Este asentamiento se situaba en el llamado Cerro de Castejón, sobre la localidad de Aranda del Moncayo, en la provincia de Zaragoza. Desde finales de los años 80 y principios de los 90 del siglo XX, la necrópolis fue expoliada de manera sistemática por dos vecinos que llegaron a reunir una extraordinaria colección de piezas metálicas celtíberas correspondientes a la Edad del Hierro.

La exposición, comisariada por Luis Fatás y Francisco Romeo, se vertebra a partir de una selección de unos 150 elementos pertenecientes a un conjunto de más de 9.000 piezas incautadas en distintas operaciones policiales destinadas a recuperar patrimonio expoliado. Se organiza en dos grandes ámbitos y un epílogo.

La primera estancia aborda el expolio de Aratis y la cultura celtibérica junto a una muestra de los materiales recuperados. La visita comienza con una introducción sobre el expolio y sus consecuencias. A continuación, se presenta Aratis, tanto lo que se conoce sobre la ciudad como el expolio sufrido. Por último, se tratan algunos aspectos de la sociedad celtibérica a partir del material recuperado (artesanía y armamento). La transición al segundo ámbito se realiza con la proyección de un vídeo sobre todos los sucesos relacionados con la salida de los cascos y su posterior vuelta.

El segundo de los espacios recoge una selección de materiales y presenta un gran mosaico de fotografías de más de 10 metros en el que se ofrece una muestra del resto de materiales no presentes en la exposición para evidenciar la importancia y el volumen del expolio sufrido. La parte central de este ámbito está ocupada por un ‘bosque’ de cascos, donde se muestran de manera individualizada los cascos depositados en el Museo de Zaragoza.

El epílogo de la muestra funciona en torno a tres ejes: las falsificaciones (también a partir de los materiales incautados), la continuidad en la lucha contra el expolio y la labor de concienciación social, así como las actuaciones arqueológicas en el yacimiento de Aratis para revalorizar el territorio. Esta última zona arranca con dos cascos hispano-calcídicos más, entregados al Museo de Zaragoza en fechas posteriores. También se muestra el proceso de falsificación de cascos, espadas, monedas y otras piezas mediante los materiales incautados que lucen en dos grandes vitrinas.

Navarra y Sijena

La lucha por recuperar el patrimonio no acaba aquí. Javier Lambán anunció resultados en breve. "La buena relación entre Navarra y Aragón nos ha llevado a acuerdos en cuanto al patrimonio cultural de origen aragonés que hay en el Museo de Pamplona y el de origen Navarro que tenemos en Aragón. Antes de fin de año se expondrán en el Museo de Zaragoza todas las piezas procedentes de tierras navarras", prometió. 

Y también esbozó planes para Sijena. "En 2023, en el centenario de la declaración del monasterio de Sijena como Patrimonio Nacional, vamos a invertir para que la sala capitular y otros espacios estén en perfecto estado para que cuando los jueces nos den la razón, acojan las pinturas que ahora están en Cataluña", concluyó.

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