verano. leyendas y personajes

Marcelina Poncela, una tumba en Quinto de Ebro

La pintora, madre de Enrique Jardiel Poncela, cultivó el paisaje, el bodegón y el retrato, y pasó muchos veranos en le pueblo, donde murió en 1917

Uno de los cuadros más conocidos de Marcelina Poncela: 'Arco de San Roque'.
Uno de los cuadros más conocidos de Marcelina Poncela: 'Arco de San Roque'.
Marcelina Poncela.

La bibliotecaria Pilar Bes fue al cementerio de su pueblo, Quinto de Ebro, y tomó unas fotos de la tumba de Marcelina Poncela, pintora que nació en Valladolid en 1864 y falleció allí en julio de 1917, a los 52 años. Era la madre de Enrique Jardiel Poncela. Para él fue su consejera y su mejor lectora, en un soneto le dice: «No dejes de tomarme de la mano / y muéstrame hábilmente, sin rodeos, /el áspero camino de la gloria». Su vínculo con Aragón nace de la unión con Enrique Jardiel Agustín, delineante en los Ferrocarriles de Madrid y periodista.

Marcelina Poncela fue desde niña un joven especial. Su padre pasó de jornalero a carpintero, era sensible y abierto: quiso que estudiase y a los 15 años ya era maestra de Primera Enseñanza. Poco después, huérfana de madre ya y dotada para el dibujo, se matriculó en la Escuela de la Academia, y realizó estudios durante un lustro, de 1876 a 1882. En ese año murió su padre, y se trasladó a Madrid con una tía paterna. Aprovechó el tiempo, amplió sus estudios de Magisterio. Ingresó en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid (que era el embrión de la actual Academia de Bellas Artes), recibió varias becas de su ciudad y acudió varios veranos a la colonia artística Escuela Pictórica de la Pumariega, dirigida por el pintor Casto Plasencia, en Muros de Nalón (Asturias), donde se pintaba del natural. 

A la vez que disfrutaba de la vida bohemia de Madrid, concursaba y exponía sus obras; tuvo de profesores a los paisajistas Carlos de Haes y Sebastián Gessa, y Alejandro Ferrant fue su maestro a la acuarela. Se independizó y en 1894, ante la oposición familiar, se casó con Enrique Jardiel Agustín. Su suegra le conminó a dar a luz en Quinto (Zaragoza) y allí tuvo a sus dos primeras hijas; vendrían dos vástagos más: otra chica y el dramaturgo Enrique Jardiel Poncela.

Todos los veranos, desde la boda, Marcelina, una mujer de carácter, con determinación y muy trabajadora (daba clases particulares de pintura) pasaba uno o dos meses en Quinto. Es una pintora naturalista, obsesionada por la luz, casi impresionista ya, especializada en paisajes, bodegones y secuencias costumbristas, pero también le interesó mucho el retrato. Fue una buena acuarelista, y Quinto de Ebro ocupa una parte sustancial de su obra: pintó calles, fiestas, vistas, interiores de un lagar, arquitecturas, como el ‘Arco de San Roque’, que se subastó en la galería Durán en 2014. Falleció el 31 de julio de 1917 en Quinto de Ebro, donde está enterrada. María Dolores Cid en la revista (http://www.aacadigital.com) recuerda que su tumba fue profanada durante la Guerra Civil.

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La tumba de la pintora naturalista, próxima al impresionismo, Marcelina Poncela.
Pilar Bes.
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