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Sale a subasta en París una valiosa crucifixión del Maestro de Torralba

Será subastada el 28 de junio en la Sala francesa de Aguttes junto a "El Buen Pastor", un lienzo de Bartolomé Esteban de Murillo.

El precio estimado de venta para la obra del Maestro de Torralba se sitúa entre los 200.000 y 300.000 euros.
El precio estimado de venta para la obra del Maestro de Torralba se sitúa entre los 200.000 y 300.000 euros.
Mohammed Badra/Efe

Una valiosa crucifixión del Maestro de Torralba (Aragón) del siglo XV será subastada el próximo 28 de junio en la Sala Aguttes de París junto a "El Buen Pastor", un lienzo de Bartolomé Esteban de Murillo considerado como una de las tres piezas conocidas de la obra creada por el pintor para la iglesia de Santa María la Blanca de Sevilla.

El precio estimado de venta para la obra del Maestro de Torralba se sitúa entre los 200.000 y 300.000 euros, según ha explicado a Efe el director de Maestros Antiguos de Aguttes, firma independiente situada a las afueras de París, Grégoire Lacroix. "Es un cuadro matriz para Aragón porque después de él encontramos una serie de realizaciones de menor formato, retablos simples con la misma composición y el mismo conjunto de personajes", ha dicho.

Esta crucifixión, de 160 centímetros de alto, se encontraba en un excelente estado en una colección belga tras ser comprada en Barcelona en 1908, cuando había sido atribuido a otro artista de la escuela catalana, pero los recientes análisis de la casa Aguttes, cuya venta se realizará en la sede de Drouot el 28 de junio, han permitido establecer la autoría de Maestro de Torralba.

El taller del que salió la obra se ubicaba en Torralba de Ribota, localidad próxima a Calatayud, en la diócesis de Tarazona, y de él salieron pinturas importantes, entre las que se encuentra el Retablo de la Virgen, actualmente en el Museo del Prado.

Por su parte, la pintura de Murillo, tras permanecer durante 200 años en manos de la misma familia, saldrá a la venta con un precio estimado de entre 300.000 y 400.000 euros, una cantidad importante que refleja la voluntad de la casa de subastas Aguttes de venderlo en buenas condiciones. Grégoire Lacroix asegura que ya tiene a varios clientes interesados por esta pieza del Siglo de Oro español, que no es frecuente encontrar en ventas privadas y que podría atraer a instituciones francesas.

"Desde hace varios años hay un interés vivo por la pintura española porque nuestra colección es un poco exigua por razones históricas", cuenta Lacroix, refiriéndose al amplio lote expoliado por Napoleón que fue subastado más tarde y vendido principalmente a Inglaterra, donde acabó también la colección de Luis Felipe de Orleans. Es uno de los cuadros españoles más antiguos de los que se conservan en el territorio francés, probablemente desde finales del siglo XVIII.

Restaurado durante dos años

En su gama de tonos cromáticos característica, con los azules y grises pálidos endulzados por toques de pastel, el Cristo o Juan Bautista retratado parece brillar con luz propia. El lienzo ha sido restaurado durante dos años y analizado por el especialista Enrique Valdivieso, cuyas conclusiones saldrán en un catálogo paralelo a la venta. Una de las hipótesis presentadas por el historiador de arte vallisoletano es que esta obra podría incluso ser la original de Santa María la Blanca, que hasta ahora se consideraba que era la versión expuesta en Oxford.

"Hay una sorprendente rapidez en la ejecución del cuadro, se aprecia una brocha eficaz mientras que en la versión de Londres el trazo es más pronunciado. Al principio nos planteamos si no sería este el que se encontraba en el retablo efímero de la iglesia", plantea Lacroix, abriendo una nueva teoría.

Su pasión por las obras raras e inéditas lo ha convertido en un conocido de los coleccionistas de arte y fue la razón por la que una familia francesa, asentada en un castillo de la Borgoña desde finales del siglo XIX lo llamó hace dos años. Allí se encontraba el cuadro, un tanto estropeado por una transposición atrevida, de la que ya no quedan rastros aparentes tras la restauración. Según los archivos, el cuadro fue adquirido por un mercader de arte a finales del siglo XVII, probablemente en el mismo taller de Murillo. A su vejez, la hija del comerciante lo vendió a Paon de Monthelon, en manos de cuya familia ha permanecido.

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