Manolo Cámara, escritor: “Tener un plan no garantiza el éxito; no tenerlo garantiza el fracaso”

El teniente coronel de infantería (Zaragoza, 1967) presentó ayer su libro ‘¡Prepárate!’ en el Ámbito Cultura de El Corte Inglés de Independencia.

El teniente coronel de infantería Manolo Cámara, ante un panel fotográfico, en el Ámbito Cultural del Corte Inglés.
El teniente coronel de infantería Manolo Cámara, ante un panel fotográfico, en el Ámbito Cultural del Corte Inglés.
Guillermo Mestre

La vida es riesgo. ¿Siempre?

Personalmente me interesa el tema de la supervivencia y la prevención de riesgos. El año pasado hice un curso de gestión de catástrofes en la Unidad Militar de Emergencias, y he orientado esta obra al concepto del preparacionismo; hay que ser previsores.

Desastres naturales y también sobrevenidos por la acción o inacción del hombre.

Por supuesto. Citando algunos recientes tenemos el volcán de La Palma, Filomena, terremotos, tsunamis… y por el otro lado, desgracias como la guerra de Ucrania o la pandemia. De pronto se hacen necesarias en nuestras casas cosas que antes se antojaban innecesarias en el día a día. Lo de ‘no me va a pasar a mí’ o ‘esto no va a ocurrir aquí’ ya no es tan seguro. Según dónde vives y en qué condiciones hay más riesgos, claro.

¿Cómo se hace para ser previsor sin caer en lo paranoide?

No hay que obsesionarse, pero tampoco cuesta nada mentalizar a quienes viven con nosotros de la conveniencia de tener en casa latas de comida con caducidad lejana o botellas de agua. Conviene disponer de un plan familiar de emergencias adecuado a donde vivas, desde un pequeño desastre como un fuego en casa a uno grande como un terremoto. Además, el pequeño desastre puede ser una catástrofe para las personas afectadas. Hay que saber qué hacer y qué no hacer, dónde ir. Tener un plan no garantiza el éxito; no tenerlo garantiza el fracaso.

Tiene una escuela de supervivencia en Canarias desde hace 10 años. ¿Qué le ha animado a detallar sus enseñanzas en un libro?

El hecho de que no vi nada en idioma español que hablase de este tema en un tono natural, sin alarmismos, dejando a un lado las historias de zombies, extraterrestres u holocaustos nucleares. En el libro se habla de cosas lógicas, un poco de andar por casa. Se trata de concienciar, no de asustar.

Más cerca del aprendizaje ‘scout’ que de McGyver o Bond.

Eso es. Son cosas tan sencillas como tener una linterna para prevenir un apagón, o llevarla en el coche para cualquier eventualidad en un viaje nocturno. Que no falten botellas de agua en prevención de un corte del servicio… y que se involucre toda la familia, niños incluidos. Que desde cierta edad aprendan nociones básicas de topografía en el campo, a hacer fuego, conocer frutos silvestres…

Hogar medio, en la Zaragoza urbana, familia de cuatro personas con perro. ¿Dónde deben insistir?

Si viven en la ribera de Ebro, por ejemplo, deben pensar en una posible crecida, ya sea de la vivienda o del garaje. Cualquiera debería contar con una mochila ‘72 horas’, fácilmente portable para una persona de complexión normal, con ropa de abrigo, muda limpia, linterna, una navaja, cargadores, medicinas básicas, útiles de botiquín, una manta térmica que no pesa nada… hay que tener fotocopias de los documentos básicos o mandar esas copias a la nube, o a un correo electrónico con una copia de los teléfonos guardados en el móvil, o guardarlos en un pendrive… en la escuela somos prácticos; en caso de accidente, conviene tener nociones básicas de primeros auxilios hasta acceder a ayuda especializada.

¿Se ha visto usted en alguna situación extrema que no fuese una práctica o simulacro?

En unas maniobras tuve un accidente con un cóctel molotov; ardí entero. Ahí hay que mantener la cabeza fría y escuchar al instinto de supervivencia, que en ese caso exigía echarse al suelo y rodar para apagar las llamas de mi cuerpo. En ese momento ni siquiera sentí dolor. Por suerte, sobreviví.

Aunque lo veamos lejano, ¿se ha imaginado aplicando lo aprendido en un tsunami como el de Phuket o en un terremoto devastador como el de Haití?

Todo lo que se haya aprendido en materia de primeros auxilios puede ser útil en una situación extrema. Los primeros auxilios son un capítulo entero del libro; todos deberíamos saber cerrar una hemorragia de manera rudimentaria o con un torniquete, resolver un atragantamiento, actuar ante un paro cardiaco, usar un desfibrilador, subir la temperatura del cuerpo ante una hipotermia… es un saber que nunca está de más.

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