SEMANA DEL LIBRO. OCIO Y CULTURA

Ferrer Lerín: “En un tiempo de prisas como el actual, la poesía podría ocupar el espacio de la novela”

El escritor y teórico del arte casual, que presenta dos libros en Cálamo, cuenta su conexión con los libros, los autores y la creación literaria

Francisco Ferrer Lerín nació en Barcelona en 1942 y lleva más de 30 años viviendo en Jaca.
Francisco Ferrer Lerín nació en Barcelona en 1942 y lleva más de 30 años viviendo en Jaca.
Vicente Almazán.

¿Cuándo se dio cuenta de que el 23 de abril era un día importante para usted? 

No soy de celebraciones, no soy de festejos sean del tipo que sean. Para mí todos los días son iguales. Recuerdo, en mi infancia, el Día del Tuberculoso Pobre y otro, no sé a quién dedicado, cuyo lema era “siente un pobre a su mesa”. Claro, el sector editorial y el de los libreros, importantes no cabe duda, es lógico que organicen el evento por sus réditos de imagen y económicos. En cualquier caso hay algo sumamente triste en torno a esa jornada, la sensación de que, muchos, el libro que compran es el único que compran a lo largo del año y que lo hacen por tradición, que es como decir por rutina, igual que se compran los turrones y las palmas.

¿Es de Shakespeare, de Cervantes o de Pla? 

De Cervantes, sin duda. Con Shakespeare siempre he tenido la impresión de que se me hurtaban sus valores principales debido a las traducciones, por voluntariosas que fueran. Pla representa una forma de mediterraneidad muy alejada de la que pude disfrutar en los años en que estuve ligado geográficamente a ese territorio.

¿Lo más bello que le pasó en un 23 de abril con tus libros? 

Bello quizá no fue, pero sí divertido. Descubrí que en una conocida librería barcelonesa habían colocado ‘El Bestiario de Ferrer Lerín’ en el departamento de libros dedicados a la infancia

¿Cuáles fueron los libros, dos o tres o cuatro, de tu infancia? 

La saga de Guillermo el travieso y los cuentos de Hans Christian Andersen.

¿Es un escritor de autores o de libros? 

De autores, por ejemplo en Saint-John Perse, Ezra Pound, Borges y Faulkner, de libros por ejemplo en ‘Una temporada en el infierno’ de Rimbaud y en el mismo Quijote.

¿Por qué ama tanto la lengua y la etimología? 

Son la clave de la razón y el entendimiento, y son mis herramientas de trabajo.

Francisco Ferrer Lerín en su casa de Jaca.
Francisco Ferrer Lerín en su casa de Jaca.
Rafael Gobantes.

¿Qué tiene la literatura para Ferrer Lerín de juego? 

No toda la literatura es juego. Existe una literatura construida sobre ese recurso como puede ser la de Borges, Julián Ríos y, recientemente, la de Cortina Urdampilleta, y luego está el procedimiento de lectura orientado a la asimilación, tergiversación y utilización como material que, algunos destemplados como yo, aplicamos a determinados textos para convertirlos, mediante un juego de espejos y otros artilugios, en nueva literatura, de raíz plagiaria y levantisca.

¿Existe un escritor que, tras leerlo, le impulse a escribir? 

La literatura menos elaborada, virgen, es la que me impulsa al reciclaje; quiero decir que los textos no pretendidamente literarios permiten una reconversión, maniobra que no es posible en la literatura depurada, excelsa, que ha llegado a un punto de imposible tratamiento.

¿Cuál es el libro que más ha regalado en la vida?

No soy partidario de regalar libros, es difícil acertar. Lo que sucede a veces es que las editoriales, por error, me envían más de un ejemplar de determinado título y entonces el regalo es inevitable. En cuanto a mis libros las cosas han cambiado en los últimos años; cuando empecé a publicar era normal que el autor recibiera un número importante de ejemplares, lo que permitía cierto reparto, ahora ni se cubre la cuota familiar.

¿Hay un personaje o varios personajes en los que se reconozca? 

Sucede igual que con la militancia en los partidos, jamás podría encajar en uno, casi todos llevan en su programa alguna idea aceptable pero con ninguno podría compartir su disciplina. En el mundo literario es innegable que existen palabras, incluso sintagmas, que yo podría pronunciar pero, por ahora, no me he reconocido, íntegramente, en ninguno de sus emisores.

¿A quién cree que la posteridad no ha tratado con la suficiente justicia? 

A la poesía. Un género desprestigiado, objeto de burla, que, curiosamente, en un tiempo de prisas como el actual podría ocupar el espacio de la novela, incluso del cuento, pero que no ha sido nunca bien explicado, promocionado, quizá porque el mecanismo de lectura de un poema sea demasiado sofisticado. Además, y esto es fundamental, a la poesía se la ve muy alejada de esa condición fundamental que se exige al cine, a las series televisivas y a la narrativa, el que esté basada en hechos reales, que esté lejos de la ficción, este monstruo incomprensible para el común de los mortales.

Dice Carlos Saura, nonagenario, que a él solo le preocupa el porvenir. ¿A usted, cuántos y qué libros le quedan por escribir?

Mis tres últimos libros publicados, ‘Cuaderno de Campo’, ‘Casos completos’ y ‘Grafo pez’ se nutren, en buena parte, de textos no inéditos. Ahora en 2022, saldrá la reedición de ‘Papur’ y, por fin, quizá el volumen para mí más deseado, ‘Poesía completa’, que publicará Tusquets en la colección Nuevos Textos Sagrados. O sea que da la sensación de que se me está agotando la lírica y la narrativa, que estoy instalado en una etapa recolectora y manipuladora; otra cosa supondría caer en la ramplona repetición.

LA FICHA

Francisco Ferrer Lerín presenta el martes 19, a las 19.00, dos libros en Cálamo: 'Cuaderno de campo' y 'Casos completos', ambos de Contrabando. Conversará con el editor y escritor Wences Ventura y el periodista Antón Castro.                                  

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