Goya da una nueva oportunidad

La conmemoración en 1996 del 250 aniversario del nacimiento de Francisco de Goya, si bien tuvo carácter nacional, con una sociedad estatal impulsándola, fue aquí donde más hizo notar su fuerza transformadora. Se impulsó mucho el conocimiento y la valoración de su etapa de juventud; se montaron rutas con sus huellas biográficas y artísticas en Fuendetodos, su pueblo natal, y los otros municipios zaragozanos donde pueden rastrearse; sobre todo, se creó el ambiente propicio para que la colaboración público-privada pudiera culminar en un centro museístico donde atar para siempre el nombre del pintor al de su tierra.

Este soñado Espacio Goya estuvo a punto de materializarse, pero es hoy una idea abandonada, como el edificio que fue elegido en la zaragozana plaza de los Sitios para ser su sede, la antigua Escuela de Artes. La crisis de 2008 y los cambios que trajo en la política cultural le dieron la puntilla al proyecto. Otro igualmente valioso, el de abrir un gran Museo de Grabado Contemporáneo en Fuendetodos, corrió también una triste suerte al quedar sus obras paralizadas indefinidamente, cuando estaban muy avanzadas.

Pero aquel magma del 96 sí ha dado algún fruto tangible. El más evidente es el Museo Goya Colección Ibercaja, desde 2015 en el antiguo Camón Aznar, con toda su obra gráfica, con estimables pinturas y con una instalación permanente y unas exposiciones temporales que lo relacionan con el arte aragonés y universal. En el Museo de Zaragoza, que atesora una preciada colección que iba a sustentar el Espacio Goya, esta ha cobrado importancia y sus salas dedicadas al pintor, según ha anunciado el Gobierno aragonés, pronto van a ser remodeladas.

Más logros ‘palpables’: la Fundación Goya en Aragón avanza en un catálogo razonado de toda su producción, disponible en su web; los murales de la cúpula ‘Regina Martyrum’ del Pilar fueron salvados tras su restauración y la reparación de las cubiertas de la basílica; y las mujeres pueden entrar por fin a la cartuja de Aula Dei, primero por la construcción de un túnel para sortear el veto de los monjes y luego, tras la marcha de estos en 2011 y su sustitución por el grupo religioso francés Chemin Neuf, formando parte de unas visitas que, aunque todavía limitadas, acceden hasta las pinturas goyescas por la puerta principal de la iglesia donde se encuentran. Y en el futuro inmediato se hablará del proyecto municipal para la Lonja de Zaragoza, donde, sin más precisión de momento, se ha anunciado recientemente la apertura de un nuevo centro dedicado a Goya.

La conmemoración de los 275 años transcurridos desde el nacimiento del artista va a ser menos ambiciosa que la de hace cinco lustros y, como todo estos meses, estará limitada por la pandemia de la covid. Pero, seguro, moverá nuevos ánimos y recursos en torno a su memoria. Más aún, cuando se adivina ya otra cita goyesca de números muy redondos: el 200 aniversario de su muerte, en 2028.

En estos próximos meses va a haber grandes exposiciones en distintos países. Siempre atraen multitudes y darán ocasión a avanzar en el conocimiento y la difusión de su obra. Francisco de Goya sigue siendo muy importante en todo el mundo. Y, todavía, también muy discutido, con una sucesión de atribuciones y descatalogaciones de sus obras que, lejos de amainar, va a más. Establecer qué es y qué no es Goya es el gran tema pendiente.

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