ZARAGOZA. Fernando Estallo forma parte del paisaje cultural de Barbastro desde hace muchos años. Y Barbastro, ya se sabe, es tierra de escritores, de artistas, de músicos, de diseñadores, de periodistas, de anticuarios o de activistas culturales, y citaremos a dos, tan inolvidables, que ya no están como Enrique Gómez y Joaquín Coll. Y, es, claro, tierra de fotógrafos, como se ve en ese gran festival que es Bfoto.

Nacido en el Coso en 1952, Fernando ha hecho muchas cosas: fue peluquero, pintor de brocha gorda, y es, ante todo, pintor, artista, buscador de colores, de materias y relieves. Es un pintor que habla de sí: de su intimidad y sus emociones, de sus miedos y esperanzas, de la rabiosa alegría de vivir y de conversar, de la sinceridad irreductible del arte. Y habla de las conexiones entre la poesía y la creación plástica.

Fernando Estallo es un hombre rodeado de amigos. Es curioso, buen contertulio, gran lector e hiperactivo. Es fiel a sus citas con ciudades en las que le gusta exponer: Zaragoza, Huesca y su Barbastro, asomada al Vero y quizá al recuerdo de Julieta Always. Fernando Estallo empezó siendo un artista más bien figurativo, admirador de Francis Bacon y de Goya, tan lúcidos y atormentados ambos. Poco a poco, ha ido dando un giro hacia un expresionismo abstracto envuelto en diversos matices: el uso de los ocres, el impacto de los rojos, los juegos del azar sobre la tela.

Su mascarilla refleja su mundo, su gestualidad, sus signos, y también su advertencia: estamos en peligro. La amenaza de la covid es contundente y demoledora. La mascarilla, la suya o la de otros, es necesaria y nos alivia.

PERFIL

Fernando Estallo Sánchez (Barbastro, 1952) tiene ese aire distraído de los que llevan un poderoso mundo dentro y lo ponen a dialogar con el de afuera. Ha realizado numerosas exposiciones en diversas ciudades. Ahí están proyectos como ‘Lo que dejan los días’, en Ibercaja(Huesca) o hace muy poco ‘De lo sacrificial’ (Centro Matadero.Huesca), donde indaga el vínculo entre la lírica y su propia producción pictórica.