Cajas de mariposas

El Museo de Ciencias Naturales es una de las maravillas del Paraninfo de Zaragoza.

Una de las salas del Museo de Ciencias Naturales de Zaragoza.
Una de las salas del Museo de Ciencias Naturales de Zaragoza.
Aránzazu Navarro

Hay tesoros en cada esquina, en cada casa, en cada rincón. Pueblos y ciudades están repletos de detalles sin importancia que duermen abotargados en pequeños lugares y cubículos, y que ocupan un sitio en esa realidad que nos envuelve y en la que desarrollamos nuestra vida.

Uno de los espacios que más tesoros guarda es el Paraninfo de la Universidad de la ciudad de Zaragoza. Ese espacio me parece maravilloso, por su arquitectura y por su contenido.

Su arquitectura y sus espacios me admiran: desde sus airosas cristaleras, sus medias lunas, su preciosa biblioteca, su jardín. Me gusta desde el suelo de madera hasta la gran altura de sus techos.

Pero en el interior del edificio hay una cosa que todavía me cautiva más: el Museo de Ciencias Naturales. Cómo se muestra el transcurrir de los distintos periodos de la tierra a través de sus fósiles. Cómo van apareciendo los diferentes seres vivos. Cómo el poder de transformación a lo largo de millones de años y la energía de la propia vida fueron modelando una naturaleza tan rica y diversa. Tan maravillosa que ha sido capaz de crear 920.000 especies de insectos. Entre 14.000 y 18.000 especies de mariposas y polillas. Una pequeñísima, mínima muestra de mariposas en sus cajas se nos muestra de forma exquisita para dejarnos boquiabiertos ante la grandísima obra de la naturaleza. Y nada más bello. O poco.

Pequeños tesoros, sí, pero qué grandes son para quien disfruta mirándolos.

Isabel Soria es documentalista