“En el mundo de la improvisación no existen los errores”

Los aragoneses Sergio Domínguez, Luis Marturel, Jorge García y Alberto Salvador se han proclamado subcampeones del primer torneo nacional de Match de Improvisación.

Los aragoneses,tras quedar segundos en el Match de Improvisación de Castellón.
“En el mundo de la improvisación no existen los errores”
Heraldo.es

¿Conocen la leyenda urbana de que los humoristas son payasos las 24 horas del día? Pues los zaragozanos Sergio Domínguez (43) –más conocido como Sergio Jabaten- y Luis Marturel (31) –que responde al nombre artístico de Luisal Martu-, lo corroboran con creces. No reírse durante una conversación con ellos se convierte en una misión prácticamente imposible.

Estos cómicos aragoneses acaban de regresar de Onda, Castellón, donde hace unos días tuvo lugar el primer torneo nacional de Match de Improvisación, en que se hicieron con el segundo puesto de la competición junto a Jorge García y Alberto Salvador. Se trata de cuatro integrantes de las compañías más álgidas en cuanto a improvisación se refiere en Zaragoza: Club Desastre, Punto Je, Improbicha y Teatro Indigesto.

Un match es un formato de competición que asemeja a un partido de fútbol y en el que los participantes cuentan hasta con un árbitro encargado de controlar que se cumpla el reglamento. ¿Lo más importante? El público es el que decide quién gana. Algo que guarda relación con la naturaleza propia de este género humorístico que goza de tan buena salud en nuestros días.

“La verdad es que no tuvimos que prepararnos en exceso porque todos somos improvisadores en activo. Más bien refrescar las normas y las faltas”, reconoce Marturel cuando se les pregunta por los ‘entrenamientos’. Durante este tipo de pruebas, importadas de Canadá, los participantes –en total los integrantes de los equipos procedentes de seis comunidades autónomas: Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana, Castilla, Andalucía y Aragón- se tuvieron que enfrentar a pruebas como Idioma inventado, representación de estilos –entre los que se incluyen western, gestual, musical o Disney-, la prueba contrarreloj o la impro libre.

“En el mundo de la impro hay un ambiente muy sano porque la propia técnica te exige trabajar sobre tu ego y siempre en equipo. Sobre el escenario nunca estamos solos y siempre jugamos para el público, todos”, explica Domínguez, asegurando que esta es, sin duda, una de las claves de su éxito.

Los improvisadores aragoneses, durante la competición en Castelllón en la que quedaron segundos.

En opinión de los actores, cualquiera puede convertirse en un buen improvisador siempre que cumpla una serie de premisas fundamentales: escuchar, divertirse, y tratar de no pensar. “Y, sobre todo, no negar. Nosotros siempre decimos que si uno se equivoca tiene que hacerlo fuerte, y llevarlo hasta el final”, explican. “En la impro no hay errores, hay que defender las cosas hasta el final y cualquier equivocación se pueden convertir en una oportunidad”, explican.

Pero, para eso, hay que tener una buena base y muchas horas de entrenamiento a las espaldas, como si de un deporte se tratase. “La clave es soltar la mente, agilizarla y dejarte llevar. En realidad se trata de volver a ser un niño cuando estás sobre el escenario, sin juzgar y sin exigirse demasiado”, explica Domínguez. “Muchas veces la gente nos dice que somos muy rápidos y valora nuestra agilidad, y eso es gracias al trabajo que hay detrás”, añade Marturel.

El poder de la risa

En un mundo como el actual, marcado por las prisas, el estrés y la falta de tiempo, estos cómicos aseguran que la risa es más necesaria que nunca. “El poder de la risa es alucinante. Hoy necesitamos ese oasis, es como un salvavidas”, afirma Domínguez. Y si esa risa puede ser compartida gracias a las grandes dosis de interacción con el público, su efecto se multiplica. “Otra de las claves es que el público se siente parte del show, y eso engancha. Tiene tirón porque es algo efímero, único e irrepetible, y sobre todo muy fresco”, advierte Marturel.

Además, ambos improvisadores coinciden en que Zaragoza se está convirtiendo en referente en el campo de la improvisación, sobre todo gracias a la gran cantidad de humoristas que apuestan por este formato, a locales como el Juan Sebastian Bar que lleva 16 años ofreciendo improvisaciones a sus visitantes, o a los chicos de Teatro Indigesto, precursores del ‘Zaragoza Improvisa’ –primer encuentro nacional de España- y del match de Castellón.

Además, y aunque tanto Domínguez como Marturel viven actualmente del mundo del espectáculo, ambos coinciden en que se trata de un mundo muy sacrificado. “Es algo extremadamente vocacional, pero la mayoría de las veces lo compaginamos con otros trabajos más técnicos o con la docencia. Somos payasos y profesores de payasos”, bromea Domínguez.

Los improvisadores Sergio Jabaten y Luis Marturel, en Zaragoza.

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