Pepe Lirrojo y Pepín Banzo rescatan en un libro la memoria de los magos aragoneses del siglo XX

Los gestores de El Sótano Mágico publican una obra con la biografía de los 24 ilusionistas más destacados.

Los autores del libro, Pepín Banzo y Pepe Lirrojo, con un ejemplar entre las manos en El Sótano Mágico de Zaragoza.
Los autores del libro, Pepín Banzo y Pepe Lirrojo, con un ejemplar entre las manos en El Sótano Mágico de Zaragoza.
Franciso Jiménez

Los buscadores de abracadabras Pepe Lirrojo y Pepín Banzo publican el libro ‘Magos aragoneses en el siglo XX’, en el que rescatan la memoria de los 24 más importantes. La lista podría incluir más nombres, pero el trabajo recoge la biografía de aquellos que fueron reconocidos con un premio o aportaron algún tipo de invento o número especial. Y lo hicieron, además, desde esta tierra, donde la Asociación Mágica Aragonesa, nacida en Zaragoza en 1954 como una de las sociedades de ilusionismo más antiguas e importantes de España, acogió a muchos de los protagonistas que aparecen en esta obra.

¿Quién fue Numa? ¿Qué fue Pepe Carroll antes de ser presentador de éxito? ¿Por qué José Florences Gili tiene un festival en Tamarite de Litera (Huesca) con su nombre desde hace cerca de 20 años? Todas las respuestas a estas preguntas, y muchas más, se encuentran en las 200 páginas de este ejemplar, prologado por el periodista Javier Vázquez Ezcurdia. El libro es un compendio de la vida de los magos aragoneses en el siglo pasado, sus éxitos, invenciones, premios y alabanzas mundiales, sus mejores números... Todo lo que les llevó a la fama y les hizo merecedores de un lugar en la historia de la cultura y de la magia españolas y, más, de Aragón.

"Empezamos a recopilar datos, fotografías, anécdotas y hacer entrevistas en 2012 con la intención de recoger toda la información posible sobre la magia en Aragón para que no se perdiera porque, hasta la fecha, no había nada parecido. Tan solo existía un tratado pero a nivel nacional, obra de Miguel Ángel Gea", cuenta Pepe Lirrojo. De hecho, añade, de aquí surgió la idea de crear El Sótano Mágico, la sala zaragozana del Gancho nacida en 2014 con una programación específica dedicada al ilusionismo que dirige junto al polifacético artista Pepín Banzo. El libro, que no revela secretos ni trucos, está pensado para aficionados a esta disciplina, pero también para cualquier persona interesada por la historia de Aragón reciente.

Los años dorados

Aragón vivió su edad de oro de la magia entre los años 60 y 80 del pasado siglo y, particularmente, en torno a 1975, cuando, incluso, se convirtió en un foco principal a nivel nacional. Triunfó en aquella época gracias a las salas de fiestas de Zaragoza que incluyeron este arte en sus programaciones habituales. Cancela fue una de las más importantes, donde los magos Enrique Arellano ‘Rahma Kan’, Revi, Roger, Peter Diz, Javier Mainar ‘Jav-May’ o Chulilla actuaron en numerosas ocasiones. "Fueron una buenísima academia para aprender, coger tablas y forjarse como magos", cuenta Banzo. Además de Cancela, hubo otros escenarios donde la magia tuvo su espacio como Aída, Capri, Pigalle, Rumbo, Corinto, Venus, Zapico, Río Venus o Cosmos. Esta última, inaugurada en 1962 justo enfrente del Teatro Principal, fue una de las más importantes de la ciudad. Por ella, además de ilusionistas pasaron vedetes, cantantes, ventrílocuos... En Zaragoza triunfó en esta época dorada la magia de escena o de pista, a media distancia del público, esa que recuerda al mago vestido con un elegante frac con sus números de apariciones y desapariciones de palomas u otros objetos de su chistera, por ejemplo.

Nombres para la historia

Entre la relación de magos que aparecen en el libro, los autores destacan algunos de los más importantes. Por ejemplo, José Florences Gili (1872-1944), el único de España que tiene dedicado un monumento, ubicado en su Tamarite natal. "Fue el inventor de los números con cigarros encendidos, el David Copperfield de principios de siglo pasado, prestidigitador de reyes y rey de los prestidigitadores que llegó a actuar incluso ante el zar de Rusia", cuenta Lirrojo.

Otro artista importante fue Javier Antón (Zaragoza, 1947), único aragonés que ha conseguido el Gran Premio Internacional de Magia hasta el momento. Aún hoy en activo, Antón inventó, entre otros números, el efecto de las luces encendidas en los dedos.

Antón y Florences Gili son solo dos ejemplos de la importante historia de la magia en Aragón, pero no los únicos.

Rosita ‘Ya-O-Min’, la única mujer
Pocas mujeres ha dado la magia en Aragón y Ya-O-Min puede presumir de ser una de ellas. A pesar de su nombre oriental y misterioso, todos la conocían como Rosita (Zaragoza, 1942-2006). En 1975, en el transcurso del VII Congreso Mágico Nacional, celebrado en Oviedo, María Rosa Calvo Perna –su nombre real– se convirtió en un referente al ser reconocida con el Premio especial al estímulo de la magia femenina. Conocida como la maga de Aragón, fue la única representante femenina. Hasta entonces, las mujeres habían trabajado como ‘partenaires’, pero ninguna había sido la figura principal. La revista de la Asociación Mágica Aragonesa describía su número en 2004 en una sesión en el Auditorio de Zaragoza así: "Apareció vestida de china y moviéndose al ritmo de una música oriental. Realizó numerosos efectos con pañuelos; como la lavadora, una atractiva fuente y un enorme pañuelo final que decía: feliz congreso a todos".
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