Hace 35 años, las sesiones cinematográficas tenían, generalmente, los mismos horarios (5.00, 7.00, 9.00, 11.00) y en la cartelera de un miércoles, 9 de noviembre de 1983, se anunciaba por primera vez: “Hoy, día del espectador, cine a mitad precio”. Toda una novedad que convirtió este día en el favorito de aquellos amantes del séptimo arte que tenían que rascarse el bolsillo a menudo para disfrutar de los filmes del momento.

Entre las películas que podían verse a un precio de 125 pesetas, en lugar de las 250 (un euro y medio) que costaba la sesión, figuraban ese día ‘Juegos de guerra’, en el cine Coliseo; ‘En los límites de la realidad’, en el Don Quijote; ‘Staying alive’, en el Fleta; ‘El pico’, en el Palafox; o ‘Vivir sin aliento’, en el Rex, entre otras. Desde ese momento, la promoción se repetiría cada miércoles, excepto aquellos que coincidiesen con un estreno, cayeran en festivo o fueran víspera de fiesta.

A partir de aquel día, varios cines de Zaragoza se sumaron a una iniciativa, surgida unos años antes en Estados Unidos, que ofrecía un 50% de descuento en el precio de la entrada para que los espectadores redescubrieran el gusto por acudir a las salas de cine y, de paso, hacer frente a la dura competencia que suponía el auge de la televisión y el vídeo doméstico.

La idea se puso en marcha en la capital aragonesa a través de la Asociación de Empresarios de Cine de la provincia de Zaragoza. Varios representantes de este colectivo coincidían en señalar que “la televisión siempre ha sido enemiga del cine, pero esta enemistad se agrava por el hecho de que TVE está programando en la actualidad buenos ciclos y buenos películas y porque ha caído en desuso la cláusula según la cual las películas que se emitiesen en televisión debían tener cinco años de antigüedad”, recogía una información de la periodista y crítico de cine, Carmen Puyó, publicada en las páginas de HERALDO aquel primer día del espectador.

Los empresarios de cines también apuntaban como amenaza la piratería del vídeo, ya que películas que todavía estaban en cartel en los cines se exhibían en vídeo en locales públicos, pubs y bares.

Cine vs cine en casa

Las salas de cine siempre han necesitado a los espectadores para garantizar su supervivencia y, por este motivo, a lo largo del tiempo han surgido fórmulas como la fiesta del cine, promociones y precios reducidos para sesiones en versión original, matinales, programa doble, el carné joven, mayores de 65 o el citado día del espectador.

Si hace más de tres décadas las amenazas eran el vídeo, la televisión o la imposición de la cuota de protección al cine español -un día de película española por cada dos de extranjera., que no coincidía con las preferencias del público- hoy, la competencia se encuentra, principalmente, en plataformas digitales que ofrecen cientos de títulos cinematográficos y series mediante suscripción o alquiler (Netflix, HBO, Amazon, Filmin, Wuaki…).

Pese a todo, las proyecciones en las salas de cine se mantienen, aunque por el camino sufran algún que otro descenso. Según el Anuario SGAE 2018, el cine experimentó leves caídas en relación con 2017 en todos sus indicadores. A nivel nacional, ha perdido el 1,5% de las sesiones, el 2,22% de los espectadores y el 2,31% de la recaudación, que fue de 593 millones de euros frente a los 607 millones de 2016.

En Aragón, las cifras muestran un retroceso en 2017 con respecto al año anterior: baja un 1% el número de sesiones, un 2% el de espectadores , y la recaudación cae un 1,4%. En 2017, las salas aragonesas registraron 2.753.372 espectadores, una cifra sensiblemente inferior a los más de 2.800.000, en 2016.

Tampoco fueron alentadores los datos de la XV Fiesta del Cine -entradas a 2,90 euros-, celebrada el pasado octubre con 1.339.946 espectadores, una de las cifras más bajas que se han registrado desde hace seis años.

En la actualidad, en las salas de la capital aragonesa el precio de la entrada en el día del espectador oscila entre los 4,50 y 4,90 euros y, aunque lejos de aquel 50% de descuento, del año 83, mantiene el pulso para incrementar el número de espectadores y que no se extinga esa manera única de disfrutar del cine.