Red Dead Redemption 2: La aventura más grande jamás jugada
La secuela de este juego de vaqueros en mundo abierto es un derroche de realismo y consistencia, una aventura inmensa que ya descansa en el panteón de las obras maestras del videojuego.
Hay algunos videojuegos que no son juegos. Es difícil de explicar, sobre todo a aquellos que no juegan habitualmente. Se trata de grandes superproducciones que crean todo un universo consistente y verosímil en el que el jugador se sumerge. Porque cuando entras en el mundo de Red Dead Redemption 2 (RDR2) no entras a jugar, entras a vivir.
Puede que un día te apetezca disfrutar de la historia principal, pero, tal vez, otro día solo entres a cazar un poco, a dar una paliza al póquer a una panda de ricachones o a emborracharte en una taberna y liarte a puñetazos con el primero que te mire mal.
Porque en RDR2 entras a sobrevivir, a morir y a convivir; a cabalgar, cazar, despellejar, cocinar, saludar, bacilar, pelear y, por supuesto, a disparar; a conversar, a vender y comprar, a apostar, aprender y enseñar, a correr, explorar, a nadar y pescar, a navegar, a beber hasta perder el sentido, a vomitar, reír, llorar, bailar; a cortarte el pelo, arreglarte la barba y a ligar, a amar o a odiar y, por qué no, a volver a disparar. Todo es posible en este juego que se desarrolla en el mapa más grande y más lleno de vida que Rockstar -reyes del 'sandbox'- ha creado nunca, una auténtica obra maestra con más de 100 horas de diversión y emoción para todo aquel que se atreva a desenfundar.
La banda de Arthur es, en realidad, la banda de Dutch, un carismático líder que guía a los suyos hacia una vida mejor, sin importar si tienen que romper algunos huesos y algunas leyes para conseguirla. Dutch y los suyos viven en un campamento itinerante que establecen allá donde encuentran una buena explanada y poblados o ciudades repletas de oportunidades para conseguir dinero y huir de los agentes de la ley que les pisan los talones.
En RDR2 hay, por supuesto, una historia principal. Más de 2.000 páginas de guión y 500.000 líneas de diálogo interpretadas por más de 700 actores de doblaje. Cifras astronómicas que tejen una aventura sin igual y no lineal, en la que el jugador puede elegir siempre cuál es el siguiente paso, pero en la que también parece que todo se desarrolla de forma natural, como si no pudiera ser de otra forma.
Más allá de la aventura principal, que se desarrolla en un tono muy serio y a veces trágico, hay también un sin fin de historias secundarias y microaventuras que aparecen casualmente en el camino, desviándonos momentáneamente de nuestros objetivos o, simplemente, complicándonos un sencillo paseo por el bosque. Estos microrrelatos ayudan, por un lado a apuntalar la coherencia de todo el universo RDR2 y, también, a poner un toque de humor con las disparatadas historias de un sinfín de secundarios de lo más divertidos que nos llevarán a buscar huesos de dinosaurio, desenterrar tesoros, coleccionar cajetillas de tabaco o dedicarnos al placentero arte de la pesca.
La magia de un mundo de una belleza espectacular y cargado de vida, se completa con más de 200 especies animales que corretean a nuestro alrededor y a los que podemos dar caza, despellejar y cocinar. En cualquier otro juego, tras abatir una presa veríamos una animación estándar, tras la que el personaje obtiene como por arte de magia los diferentes recursos, el equipo de RDR2 ha creado una animación diferente para cada animal, y ese es solo un ejemplo del mimo por el detalle que derrocha esta gran obra maestra.
Mención aparte, merece el trabajo que Rockstar ha conseguido con la luz y la meteorología. Ver el sol colándose al amanecer entre las hojas de un árbol, observar las sombras que proyectan las aves que nos sobrevuelan, estremecerse con el resplandor de una luna llena iluminando un manto de fría niebla que apenas nos deja ver lo que tenemos delante En RDR2 podemos recorrer un mismo camino una y otra vez, y en cada ocasión será una experiencia nueva dependiendo de la hora del día o de si el sol sonríe sobre nuestros pasos o si una tormenta eléctrica asusta a nuestro corcel.
Pero cuidado, conviene cubrir nuestro rostro cuando vayamos a cometer una fechoría, ya que, si dejamos testigos y nos reconocen, pondrán precio a nuestra cabeza y los cazarrecompensas y agentes de la ley no descansarán hasta darnos caza. Si nos ven, podremos escoger entre hacerles frente a golpe de gatillo o rendirnos y pasar unos días entre rejas. También se puede optar por pagar nuestra propia recompensa y limpiar así nuestro historial delictivo.
Durante el combate Arthur puede hacer uso de un arsenal variado que va desde sus puños desnudos, hasta las armas de fuego -pistolas, escopetas y rifles- pasando por las siempre sigilosas flechas y cuchillos y la escandalosa dinamita o los cócteles incendiarios.
El apuntado de nuestras armas puede ser automático o manual, su realismo es tal que tendremos que pulsar dos veces el botón del mando, una para amartillar el arma y otra para disparar, y el red eye -una habilidad que ralentiza el tiempo y permite disparar a varios objetivos de forma consecutiva- será siempre nuestro mejor aliado cuando nos veamos rodeados.
Por si fuera poco, el modo multijugador está todavía por llegar, así como la versión de PC y todos los DLCs y ampliaciones que Rockstar quiera brindar a sus fans. Tras batir todos lo récods, con más de 725 millones de dólares recaudados en solo tres días, estamos seguros que Red Dead Redemption 2 tiene aventuras para muchos años.
65 horas de historia principal
192 temas musicales
200 especies animales
700 actores de doblaje
1.200 actores de captura de movimientos
2.000 páginas de guión
2.200 días de grabación
300.000 animaciones
500.000 líneas de diálogo
725 millones de dólares de recaudación en 3 días