Redescubierto un goya en paradero desconocido desde 1928

La pieza, una 'Visión' que el pintor realizó hacia 1801, se expone desde este lunes en el Museo de Zaragoza

La pintura, que nunca ha salido de Aragón, se expone en el Museo de Zaragoza
La pintura, que nunca ha salido de Aragón, se expone en el Museo de Zaragoza
Guillermo Mestre

El Museo de Zaragoza expone desde este lunes una pintura de Goya de la que se desconocía su paradero desde 1928. La obra, un óleo sobre lienzo de 26 por 17 centímetros, pertenece a una colección privada aragonesa y ha sido 'redescubierta' por el historiador del arte Arturo Ansón. "Se trata de un 'borrón', palabra que se emplea para calificar a un apunte realizado por el propio artista, una pintura rápida e inmediata que los pintores realizaban para plasmar alguna de sus ideas pero que no tenían por qué llegar a ser bocetos ni pinturas". El historiador fecha la obra hacia 1801 y señala que fue regalada por el pintor a su amigo Juan Martín de Goicochea.

En el cuadro aparece en primer plano una figura fantasmal o demoniaca, junto a otras dos similares, mucho más abocetadas. A su alrededor, una serie de figuras humanas realizadas con pinceladas cortas y empastadas. Se conocía por una fotografía que realizó Juan Mora Insa para el número del 31 de abril de 1928 de la revista 'Aragón', del S.I.P.A.

La publicación era un monográfico dedicado al pintor de Fuendetodos con motivo del centenario de su muerte. En sus páginas aparecía la pintura, con un pie de foto que decía 'Visión (boceto)/Zaragoza (Col. Conde de Gabarda)'. Desde entonces hasta hoy no había vuelto a aparecer, hasta que en tiempos recientes el historiador del arte Arturo Ansón la ha redescubierto y ha confirmado la autoría de Goya.

En la misma colección había otras dos pinturas importantes, que también se exponen desde este lunes en el Museo de Zaragoza. Se trata de 'El martirio de San Eugenio' de Bayeu y de un 'San Lucas' de Antonio González Velázquez.

La primera de ellas es un boceto acabado, de 64 por 56,3 centímetros, preparatorio para la escena al fresco con el mismo tema que plasmó el artista aragonés en el claustro de la catedral de Toledo. Está fechado en 1777.

La segunda es una pintura inédita, boceto preparatorio para una de las pechinas que el pintor madrileño decoró en la iglesia madrileña dedicada a los antos Justo y Pastor, actual basílica pontificia de San Miguel

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