Sergio Abraín: "La duda alimenta el vértigo y la curiosidad porque no tenemos certezas"

Inaugurada en la Lonja una exposición que recorre 45 años de compromiso creativo del artista aragonés.

Sergio Abraín, ayer, ante una de las obras de gran formato que ha llevado a la Lonja, 'El diablo llega tarde', de 1983/1984.
Sergio Abraín, ayer, ante una de las obras de gran formato que ha llevado a la Lonja, 'El diablo llega tarde', de 1983/1984.
Aránzazu navarro

"Antes los movimientos artísticos duraban una década; ahora son cuatro meses, o incluso una primavera y un verano. Al final, uno tiene que mantener su propio registro y dejar que todo lo que está a su alrededor sea lo que cambie". Lo decía este viernes el artista Sergio Abraín (Zaragoza, 1952), minutos antes de inaugurar una gran exposición de su obra en la Lonja. Y su afirmación resultaba paradójica teniendo en cuenta que él, que ha seguido un camino personal, ajeno a modas y modos, se ha metamorfoseado varias veces a sí mismo.

La muestra lleva por título ‘Rompiendo el tiempo’, reúne obras realizadas entre 1974 y 2018 (de hecho, la última pieza, ‘Eurístico. Emisor II’, incluye una maqueta empleada en la preparación de la propia muestra) y cualquiera que la recorra puede caer en la tentación de pensar que está ante una colectiva y no visitando una individual.

"Una pintura tiene que aportar siempre una manera diferente de ver el mundo. Cuando hablamos de pintura hablamos de libertad. Ahora, cuando se juzga la obra de un artista, se suele decir que trabaja con una ‘mirada oblicua’ a la realidad. A mí me gusta más hablar de una ‘mirada frontal’".

Nueva York en Zaragoza

Y es ese cara a cara con la realidad el que explica toda la obra de Abraín. El recorrido se abre con piezas de mediados de los años 70, en blanco y negro, que transpiran surrealismo y se remiten al mundo de los sueños; se adentra posteriormente en el campo de la crítica social y política; se abre al color y a lenguajes cercanos al cómic; y lo abandona todo para centrarse en la pintura rápida y expresionista. Llegan los grandes formatos, y luego el sosiego, y la pintura antinarrativa y compositiva, para dar un giro y ocuparse del cuerpo humano. Y la depuración, los dioramas... "Yo siempre he querido ‘romper’ con la pintura, hacer cosas nuevas. Nunca he sido de esos artistas que miraban con admiración lo que se hacía en Berlín o Nueva York. Yo quería tener ‘mi’ Berlín o ‘mi’ Nueva York en Zaragoza. La pintura es avanzar, crear un mundo nuevo".

‘Rompiendo el tiempo’ reúne más de 80 obras, algunas de gran formato, rotundas; otras delicadas en sus proporciones más reducidas. El conjunto quizá sea la mejor definición que se haya hecho nunca de Sergio Abraín, y eso que es una figura poliédrica y sin la cual no se puede explicar el arte aragonés de las últimas décadas: pintor antes que nada, es también diseñador, cartelista, publicista, editor y decorador. Fundó el colectivo Plástico y las galerías Pata Gallo y Caligrama, dos bocanadas de aire fresco, desde el punto de vista artístico, durante la Transición.

Le intrigaba a Sergio Abraín ver cómo dialogaban sus obras. La muestra es, según asegura en el catálogo, "una visión necesaria que da un poco de vértigo (...) Cada etapa está asociada a un momento muy distinto y personal de mi vida, todos muy intensos, y de la historia que me ha tocado vivir durante estos años". Pero dialogan excepcionalmente bien. Un hilo casi invisible recorre toda la exposición, variada, rotunda, y es el del compromiso de Abraín con la pintura. El resto lo aporta cada visitante con la mirada.

La exposición fue inaugurada este viernes por el artista junto a Fernando Rivarés, concejal de Economía y Hacienda; y Romana Erice, jefa de la Unidad de Museos y Exposiciones.

Rivarés aseguró que Abraín, "más que un pintor, es un artista plástico, y tengo la sensación de que la última de sus obras expuestas aquí no es en realidad la última de nada, sino la primera de lo que está haciendo ya, de lo que le queda por hacer". Y el artista, evidentemente satisfecho por lo que puede verse en las paredes de la Lonja, aseguró: "Esta muestra, también, es un homenaje a la ciudad, a Zaragoza".

La muestra podrá visitarse hasta el 31 de diciembre (laborables, de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 21.00. Domingos y festivos, de 10.00 a 14.30. Lunes, cerrado).

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