La narrativa según Eduardo Mendoza

El Premio Cervantes inicia una trilogía, de sustrato autobiográfico, con ‘El rey recibe’, que publica Seix Barral

Eduardo Mendoza, Premio Cervantes de 2016.
Eduardo Mendoza, Premio Cervantes de 2016.
Oliver Duch.

El transcurso del tiempo ha convertido la obra de Eduardo Mendoza en patrimonio común de sus lectores. Quienes no han leído las llamadas novelas “serias” ('La verdad sobre el caso Savolta' (1975), 'La ciudad de los prodigios' (1986), 'Una comedia ligera' (1996)…); han leído su serie del detective anónimo, que arranca en 1978 con 'El misterio de la cripta embrujada' y concluye, por ahora, con 'El misterio de la modelo extraviada' (2015). La principal virtud de Mendoza, Premio Cervantes en 2016, durante todo este tiempo ha sido la de conjugar calidad literaria con popularidad, sin que ninguna de ambas hayan decaído a lo largo de las décadas.

'El rey recibe' inicia una trilogía que lleva por título 'Las tres Leyes del Movimiento”'. El personaje central es un periodista sin título llamado Rufo Batalla, héroe por excelencia de Mendoza: ambicioso, soñador, ingenuo y “con el certificado de buena conducta grabado en el rostro”. La acción de esta primera parte se inicia en 1968, cuando Batalla acude al hotel Formentor en Mallorca para cubrir la boda del príncipe Tukuulo, heredero legítimo del antiguo reino de Livonia -convertido ahora en república soviética-, y personaje de las revistas del corazón.

La narrativa según Eduardo Mendoza

Eduardo Mendoza en una reciente visita a Zaragoza. Oliver Duch.

Con semejante comienzo, adivinará el lector que nos encontramos ante una más de las sátiras disparatadas del autor. El príncipe ha vivido un duro exilio en París, Inglaterra y Suiza y se prepara ahora para tratar de recuperar el trono. En plena Guerra Fría, deberá doblegar nada menos que a la URSS, a través de sutiles tácticas de propaganda y espionaje. Quizá los personajes más hilarantes del libro sean el staretz Protasio y su discípulo, el staretz Porfirio, sendos clérigos de la iglesia de Livonia que reprenden al heredero al trono por su vida licenciosa y, al mismo tiempo, administran sus cuentas secretas en el extranjero; porque, “en la práctica, el 'homo politicus', el 'homo economicus' y el 'homo religiosus' son una misma persona. Dinero y moral van estrechamente unidos”.

'El rey recibe' se compone de dos partes. La primera se desarrolla en Barcelona, Rufo Batalla trabaja para una revista de papel 'couché' llamada 'Gong', puesto que consigue gracias a su relación con el príncipe. En la segunda parte se marcha a Nueva York, donde trabajará en el corazón de Manhattan para una aburrida oficina comercial del Gobierno de España.

Mendoza emplea la técnica del folletín para narrar la historia de Rufo a lo largo de los años sesenta y setenta, en un relato donde se mezcla lo individual con lo social para contar el final del régimen franquista y los anhelos de democracia que todavía no se acaban de materializar. En toda esta narración está presente la tradición de la literatura satírica española, que arranca con el Lazarillo y con Cervantes y continúa en el siglo XIX y XX con Galdós y Baroja.

La narrativa según Eduardo Mendoza

Pero la novela generacional no se muestra de un modo deliberado, sino que el autor va desarrollando su relato como al azar, de una forma digresiva, acumulando materiales diversos que van de lo ensayístico a lo narrativo, mezclando historia y relato; escribiendo, por ejemplo, sobre el caso Watergate y, al mismo tiempo, contando las 'parties' de Rufo Batalla en Nueva York. Todo con un lenguaje irónico y próximo.

'El rey recibe' es, en suma, una novela más de Mendoza en la cual recupera todas sus obsesiones y todos los temas que le resultan más gratos: la sátira social, la parodia de las novelas de intriga, la ciudad de Barcelona -que ahora comparte espacio con Nueva York-; los temas que, a buen seguro, llenarán las páginas de la segunda parte y la tercera de la trilogía.

Mi obra preferida de Eduardo Mendoza sigue siendo 'La verdad sobre el caso Savolta'. Revisando ayer noche esta y otras novelas suyas que pueblan mi estantería advertí que es quizá la única -al menos entre las que yo he leído- en la cual el escritor practica una ironía sutil, sin la comicidad deliberada que imperará a partir de la ya citada 'El misterio de la cripta embrujada'.

LA FICHA

‘El rey recibe’. Eduardo Mendoza. Seix Barral. Barcelona, 2018. 366 páginas.

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