La DGA pagará 550.000 euros por los grabados de Goya adquiridos a la Fundación CAI

Las estampas llegaron a Aragón en el año 1996 y fueron compradas por la entidad financiera en una subasta. Son primeras ediciones de las cuatro grandes series del artista.

Estampa de 'Los Desastres de la Guerra' de Francisco de Goya.
Estampa de 'Los Desastres de la Guerra' de Francisco de Goya.
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El Consejo de Gobierno aprobó ayer la compra por parte del Departamento de Educación, Cultura y Deporte de una colección de 211 estampas de Goya que pertenecían a la Fundación Caja de Ahorros de la Inmaculada por un coste de 550.000 euros, que se sufragará en distintas anualidades.

El Consejo autoriza el gasto plurianual que permitirá a la Administración autonómica hacerse con esta valiosa colección, compuesta por 80 estampas de los ‘Caprichos’ (año 1799), otras 80 de los ‘Desastres de la guerra’ (año 1863), 33 de la ‘Tauromaquia’ (año 1816) y 18 de los ‘Proverbios’ o ‘Disparates’ (año 1864), todas ellas primeras ediciones estampadas por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

De esta forma, el Gobierno aragonés aumenta sus fondos de Francisco de Goya con unas piezas que destacan por su calidad y edición y su buen estado de conservación, y posibilita que estas obras de arte no salgan de la Comunidad.

La llegada a Aragón de estas cuatro series de grabados se remonta a 1996, cuando la Caja de Ahorros de la Inmaculada las adquirió para sumarse a los actos conmemorativos del aniversario número 250 del nacimiento del pintor.

La compra fue un proceso meticulosamente diseñado. Los grabados salieron a subasta en la Sala Retiro de Caja Madrid en mayo de 1995. La CAI recabó la ayuda del Ministerio de Cultura que, en primer lugar, declaró inexportable el conjunto, con lo que que se excluía la posibilidad de que fuera comprado por algún museo japonés o norteamericano, que ya habían mostrado interés en hacerse con las obras.

En segundo lugar, el Ministerio de Cultura ejerció el derecho de tanteo, por el que la Administración tiene prioridad ante la puja de un particular. Luego, según una posibilidad que contempla la ley, cedió este derecho a la CAI, reconociendo así que se trata de una entidad benéfico-social. Así, la entidad financiera aragonesa logró traer a Aragón un conjunto de más de 200 grabados de Goya al precio más módico posible, 65 millones de las pesetas de entonces (unos 400.000 euros en el cambio que se estableció en 2002). Se estima que, de haber sido subastado, el conjunto se hubiera adjudicado al menos por el doble de dinero.

Facsímil y exposición

La colección tiene un valor especial porque se trata de una primera edición (las planchas se van deteriorando con cada tirada y los grabados pierden detalle y pureza) y porque se encuentra en perfecto estado. Además, cada serie conserva la encuadernación original de la época.

"Para nosotros es una enorme satisfacción traer a Aragón esta colección de grabados", señalaba Manuel Solá, el presidente de la CAI, durante la presentación. Y el director general de la entidad, Juan José Grávalos, añadía que la decisión de la compra había sido sometida a la aprobación de la asamblea de la entidad.

De las piezas se realizaron dos ediciones facsímiles, y la sala Luzán organizó poco después una exposición con estas reproducciones. La muestra, que llevaba el título de ‘Goya. ¡Qué valor!’, se exhibió también en otros puntos de la Comunidad.

Las dos colecciones facsímiles, con hojas numeradas y sello en seco –de la CAI y del Colegio de Notarios–, fueron realizadas por la editorial Casariego a partir de fotografías de Oronoz y fotomecánica de Lucam, sobre papel especial Tintoretto de Fedrigoni.

Una de las colecciones se destinó a celebrar exposiciones y la otra ha sido custodiada estos años por la CAI como copia de seguridad.

El material empleado en la confección de las copias también ha sido guardado por la entidad, tras ser dispuesto en cajas selladas por el notario Jesús Martínez, que supervisó todo el proceso de elaboración.

La CAI publicó un catálogo de la exposición, con textos de Juan Carrete Parrondo, Guillermo Fatás y Ricardo Centellas.

A mediados de 2016, la Fundación Caja Inmaculada (continuación de la Obra Social de Caja de Ahorros de la Inmaculada de Aragón) empezó a buscar comprador para las cuatro series de grabados originales y tanteó a varias instituciones, siempre con el objetivo claro de que las obras no abandonaran Aragón.

La DGA manifestó de inmediato su interés por hacerse con el conjunto, y acabó anunciando su compra a finales del año pasado. La aprobación por parte del Consejo de Gobierno culmina el proceso de adquisición de estas importantes obras.

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