El regreso de Eduardo Mendoza con su novela 'El rey recibe': "No son unas memorias disfrazadas"

Eduardo Mendoza posa en la presentación de su novela 'El rey recibe'.
El regreso de Eduardo Mendoza con su novela 'El rey recibe': "No son unas memorias disfrazadas"
Enric Fontcuberta/EFE

El escritor barcelonés Eduardo Mendoza comprendió que ha llegado a un punto de su vida en el que debía cambiar de registro y plantearse hacer "algo" con sus memorias. "Es un triste privilegio de la edad; hay que ir dejando constancia de lo que hemos vivido", ironizó en la presentación de su último libro, 'El rey recibe', que ya está a la venta. Es su regreso a la arena editorial tras ser galardonado con el premio Cervantes hace dos años. Pero ni por asomo se le ocurriría escribir unas memorias al uso, ya que si mira a su pasado comprende que a veces fue "un gilipollas". Así que repasa la segunda mitad del siglo XX en clave irónica a través del periodista Rufo Batalla.

"Al llegar a cierta edad, uno se da cuenta de que ha sido testigo de acontecimientos que en su momento parecieron trascendentales", apuntó el escritor, quien a partir de esa reflexión se embarcó en una aventura narrativa que pretende recorrer notables fenómenos y acontecimientos políticos y culturales.

"No son unas memorias disfrazadas", advierte reconociendo que las tres novelas tienen elementos autobiográficos y que "parten de la misma idea que podría haber dado lugar a unas memorias". "Hay dos formas de contar la historia: como sucedió y como la hemos vivido", reflexionó en la presentación, tras lo cual aclaró que que no pretende "contar cómo fueron las cosas, que eso ya lo hacen los historiadores", sino "cómo las vivió el protagonista".

"Escribir mis memorias sería aburrido, dado que exigiría rigor", señaló. Por eso se le ocurrió convertir lo que sería el relato cronológico de unos acontecimientos en tres novelas, tres crónicas que no pretenden ser exhaustivas y no rehuyen lo subjetivo ni lo dogmático.

Mendoza reconoció que pasa una cierta vergüenza cuando recuerda las cosas que pensaba y que decía hace años. "¡Cómo sentaba cátedra!", se admiró autocrítico. "Por eso no quería escribir mis memorias", admitió entre risas.

La primera entrega de la trilogía, que transcurre a caballo entre Barcelona y Nueva York, comienza en la década de los sesenta y concluye a principios de los setenta, con el atentado contra el almirante Luis Carrero Blanco. Batalla es testigo de fenómenos sociales como la igualdad racial, el feminismo o el movimiento gay, "movimientos transversales que reclamaban un respeto, un protagonismo y un derecho para unos grupos que ya no eran homogéneos".

Su pretensión es que la tercera parte de la trilogía concluya en el año 2000. Le extrañaría llegar hasta la actualidad. "Hay que pararse cuando el pasado deja de ser pasado y se convierte en el anteayer", dijo risueño y sin descartar que haya un cuarto libro.

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