Salou: noche de baile en línea

Las coreografías en línea se han convertido en un fenómeno social. En Salou, las noches de establecimientos como Price, Olimpos o Da Vinci se llenan de aragoneses que ponen allí a prueba sus coreografías aprendidas durante el invierno.

Un momento de baile en línea, con una coreografía del grupo de Nati.
Un momento de baile en línea, con una coreografía del grupo de Nati.
HERALDO

Los zaragozanos Nati Tizné y Jesús Gasca tienen un apartamento en Salou desde hace ya 33 años, tres décadas de sol y arena a las que se une ahora un tercer elemento:la noche. Porque Nati y Jesús reconocen que no paran, que tienen plan casi a diario para ir a bailar a los diferentes hoteles de la costa, donde demuestran todo su talento en el baile en línea, coreografías que se realizan formando una fila para disfrutar de todo tipo de estilos musicales, desde un pasodoble a un rock and roll, pasando por country, merengue, tango, salsa, bachata... «Esta noche vamos al Price, ayer estuvimos en el Olimpos... ¿O era el Da Vinci?», comenta Nati, que reconoce que antes de jubilarse ni ella ni su marido eran de bailar. «Eso es lo más curioso, que ahora no paramos y antes apenas pisábamos la pista. Pero es que el baile en línea tiene algo que te engancha, unas coreografías con las que disfrutas, además de crear un ambiente muy distendido para hacer amigos, charlar...», resume.

Porque, efectivamente, Nati y Jesús no paran de bailar. En Zaragoza son voluntarios de la DGA y del Ayuntamiento en la realización de talleres de baile en línea. Están en el Centro de Mayores de San José a través del Gobierno de Aragón y en el Barrio de San Gregorio con el Ayuntamiento. Además, tienen una asociación con un grupo aparte y ensayan en el Centro Cívico Estación del Norte. «El baile en línea es algo más que un divertimento, es la posibilidad de socializarse, de hacer ejercicio... –destaca Nati–. Su promoción comenzó hace unos años, cuando se analizó el comportamiento de los mayores cuando viajaban con el Imserso. Apenas realizaban actividades, muchos se quedaban en los salones de los hoteles durante horas... Yse decidió crear talleres para enseñar el baile en línea».

¿Por qué precisamente ese estilo? «Porque no toda la gente está casada o tiene pareja. En esos viajes podía haber viudos o separados, divorciados... En un baile en línea todos pueden unirse. Si no tienes pareja, pues bailas igual. Ysi tu marido o tu mujer no quiere moverse, tú sí puedes unirte a la línea. Lo importante es que se pueda participar. La moda de canciones de Coyote Dax o la ‘Sopa de caracol’ también contribuyeron a que más gente se sumara al baile en línea».

Y esa moda no terminó en verano, continuó en invierno. Desde entonces, se han creado en muchos centros cívicos y de mayores en muchos municipios de Aragón talleres para aprender las coreografías, y ahí fue donde Nati y Jesús quedaron «enganchados». Pero no todo queda en bailar, en realidad es una excusa para salir, para que los mayores salgan y se socialicen, que hagan amigos, que conozcan a otras personas... Un rato puedes bailar, pero después toda la pandilla nos vamos a tomar una cerveza y un bocadillo, y así varios días a la semana», asegura la zaragozana.

‘Guerra’ de coreografías

Cada maestrillo tiene su librillo y en los talleres y cursos se aprenden ciertos pasos de baile para un tema en concreto. ¿Qué ocurre, sin embargo, cuando en un hotel se encuentran diversos grupos que están convencidos de que su coreografía es la correcta? Según explica Luis, un amigo de la pareja, «empiezas con tus pasos en la pista de baile, pero a veces otro grupo empieza a abusar, y quiere ocupar más espacio con sus propios pasos. Entonces es importante que tengas al grupo de amigos cerca y se unan a ti para que no te avasallen o tendrás que abandonar la pista. Al final, se hace la coreografía del grupo que tenga mayor número de personas». Y otras, como Martina, de la misma pandilla, cree que el baile en línea está bien, «pero a veces se echa de menos bailar agarrado. Desde que empezó esta moda ya no puedo ni echarme un pasodoble con mi marido». Y, medio en broma, medio en serio, añade: «A veces creo que el baile en línea es de lo peor que ha pasado a los matrimonios».

Pero Nati Tizné se ríe al escuchar esas opiniones. «Ni siquiera he visto yo tantos líos con la coreografía. Pero sí que es cierto que disfrutas más cuando estás en un grupo grande. Con unas 10 o 12 personas. Aquí en Salou da gusto porque los hoteles tienen muy buenas orquestas. Los bailes empiezan alrededor de las 21.00 y duran hasta las 23.30. No hay que trasnochar para nada. Y tampoco sale muy caro. Sí que hay que pedir una consumición, pero se paga a gusto porque pasas un buen rato en compañía de amigos».

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