La primera promoción en España de rock y músicas urbanas tiene ritmo aragonés

El batería zaragozano Pablo Posa es uno de los profesores de este grado universitario pionero en el país.

Pablo Posa, profesor en el primer grado universitario de rock, tocando la batería.
Pablo Posa, profesor en el primer grado universitario de rock, tocando la batería.
Escuela Jam Session

"Creíamos que la oferta docente de música moderna estaba muy cargada hacia el jazz y vimos que faltaba algo más actual". Por eso decidieron hacerlo ellos mismos.

Pablo Posa es Jefe del Departamento de Batería y Percusión de de la barcelonesa Escuela Superior de Música Jam Session y uno de los profesores de la primera promoción del grado universitario de Rock, Músicas Urbanas y Nuevas Tendencias.

Estos estudios, que algunos medios ya han denominado como la ‘Universidad del Rock’, han sido pioneros en nuestro país, ya que hasta ahora los alumnos universitarios de música solo podían optar entre los estudios clásicos y la música jazz si querían continuar con su carrera académica. "Con este grado tenemos más libertad para poder impartir otro tipo de mensaje", afirma Posa. El grado está certificado por la Agencia de Calidad del Sistema Universitario y cuenta con 240 créditos ECTS.

La promoción ha tenido que enfrentarse a las dificultades propias de la novedad, como el abultado número de alumnos y alumnas interesados en aprender los secretos de la guitarra eléctrica y la raquítica cantidad de jóvenes que buscan tocar otros instrumentos menos populares como el bajo o el contrabajo.

Sin embargo, según los profesores, uno de los mayores retos a los que se enfrentan es combatir el estigma que todavía pesa sobre la música rock, que aún es vista como un género más bien alejado de la universidad y relacionado con el jolgorio y la noche.

"A la gente le cuesta aceptar un grado como este, lo ve poco académico. Pero es solo una cuestión de tiempo que se normalice", aventura el músico, que también relata cómo en el pasado los músicos amantes del jazz, ante la falta de educación académica para este género, "aprendían a tocar en garitos de mala muerte". "Con el rock pasará lo mismo, aunque todavía se asocie con la marcha y el alcohol, ya está más profesionalizado", añade Posa.

Formarse, clave para un músico

Pocos mejor que él conocen el mundo académico musical, ya que Pablo Posa, es licenciado en Educación Musical por el Rock School de Londres, completó sus estudios en Estados Unidos y Francia y tiene una veintena de entradas en el apartado de formación de su currículum.

"La formación es muy importante para un músico porque te abre muchas puertas, como la docencia", afirma Posa que, por otro lado, también asegura que "cuando eres estudiante notas carencias: ves que salen bandas nuevas y lo académico no lo refleja".

Esa misma necesidad fue detectada por el director de la escuela, Luis Blanco: "Nuestros alumnos eran vanguardistas, querían fusionar estilos y ser alternativos. Así surgió la idea de realizar este grado".

A pesar de esas dificultades, el grado goza de buenas perspectivas. Blanco asegura que el equipo docente está "muy concentrado en seguir mejorándolo". En esta primera promoción cinco alumnos –que además ya estaban vinculados con la escuela– han logrado graduarse, pero el año que viene serán quince y está previsto que el número siga aumentando.

Sin embargo, para el director del centro es más importante "la calidad de los alumnos que la cantidad". En un ámbito con tanta competencia como la música, la calidad es una de las claves, aunque a Posa lo que realmente le gustaría transmitir a sus pupilos es que "vean que todo cuesta, que para ser un profesional hay que sacrificarse porque nadie regala nada". El próximo mes de septiembre la escuela Jam Session albergará las pruebas de acceso a este particular grado para seguir engrosando las listas de músicos dedicados al rock.

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