La catedral de Jaca vuelve a vibrar con los sonidos de su órgano romántico

La restauración del instrumento ha sido costeada por César Alierta y se presenta al público el 25 de agosto

La restauración ha corrido a cargo de Acitores Organería y Arte
La restauración ha corrido a cargo de Acitores Organería y Arte
Antonio García Omedes

El órgano de la catedral de Jaca ha vuelto a la vida. El instrumento, emblema de la organería romántica española, acaba de ser restaurado por la empresa palentina Acitores, y se presentará al público el próximo 25 de agosto, en una ceremonia religiosa y cultural presidida por el obispo, Julián Ruiz Martorell.

Culminará así un proceso iniciado hace ahora 12 años, cuando la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón encargó al organista e investigador aragonés Jesús Gonzalo la redacción de un proyecto que permitiera la recuperación y puesta a punto del instrumento. Gonzalo redactó el proyecto y lo entregó en 2007. Y, pese a que se encontró disposición en varias instituciones para costear los trabajos (presupuestados en 300.000 euros), la llegada de la crisis económica lo paralizó todo.

Los esfuerzos de Domingo Jesús Lizalde, canónigo organista y archivero de la catedral de Jaca, por encontrar quien financiara la restauración, acabaron dando fruto el año pasado, y ello permitió relanzar el proyecto, que acaba de culminar ahora. Ha sido un particular, y no una institución, quien ha aportado todo el dinero necesario: el empresario y abogado aragonés César Alierta. Su aportación es personal, y en ella no tiene nada que ver la Fundación Telefónica de la que es presidente ejecutivo. Se debe a que sus abuelos maternos, Francisca Labat y Mariano Izuel, eran vecinos de Jaca y grandes entusiastas de la catedral y de su órgano.

La restauración se adjudicó a la empresa Acitores Organería y Arte S. L., radicada en la localidad palentina de Torquemada, y ha estado dirigida por el maestro organero Federico Acitores, uno de los principales especialistas de España en este tipo de trabajos. De hecho, en los últimos meses ha realizado también diversas restauraciones en la catedral de Vigo o en órganos históricos de Portugal. Atesora más de 35 años de experiencia en esta delicada tarea.

«El órgano estaba mal, y ‘revuelto’ –asegura Jesús Gonzalo–. La caja es de 1703 y está reutilizada, el segundo teclado había tenido varias intervenciones y había un conjunto de tubos con su secreto colgados de una viga... Se ha recuperado todo, se ha puesto orden. El trabajo de restauración ha sido extraordinario, de un 10 sobre 10, y el órgano va a sorprender a todo el mundo».

Lo hará, entre otras cosas, por su calidad. Los especialistas lo califican como un emblema de la organería romántica española. Lo construyó Hermenegildo Gómez, un burgalés asentado en Tafalla, que entregó el instrumento en 1860. Posteriormente fue objeto de varias reformas e intervenciones que no lograron desvanecer del todo su espíritu romántico.

«En el Romanticismo los órganos cambian su forma de ‘cantar’ –asegura Gonzalo– y los órganos se vuelven más ‘orquestales’. Para explicar esto a un aficionado a la música, podríamos decir que la diferencia que hay entre una orquesta barroca y otra romántica es similar a la que separa un órgano ibérico de otro como el de la catedral de Jaca. Un instrumento que es importante por muchos motivos, pero también porque en España apenas hay órganos románticos».

La pieza, cuya recuperación está totalmente terminada, se está ahora asentando. Se le está poniendo a punto para que el 25 de agosto pueda escucharse en su plenitud.

Y a partir de ahí se le quiere dar todo el uso posible. «Va a ser un instrumento que sonará todos los días –subraya Gonzalo–. Porque la catedral tiene una canongía de órgano, así que se utilizará en las principales ceremonias religiosas. Y, además, como Jaca es una ciudad volcada con todo tipo de manifestaciones culturales a lo largo del año, también servirá para ofrecer conciertos. Sabemos ya, por ejemplo, que se incorpora a la nueva edición de las Jornadas de Órgano».

Gonzalo destaca que haya sido un particular, de su propio bolsillo, el que haya costeado la restauración. «Aunque en los últimos años se han restaurado muchos órganos, queda mucho por hacer. La provincia de Zaragoza, por ejemplo, no tiene aún hecha la catalogación de estos instrumentos. La cultura necesita dinero. Hace poco se restauró el órgano de Luco de Jiloca y se hizo, también, a expensas de un particular».

Y, mientras, el especialista prepara el programa del concierto que devolverá el órgano de la catedral a los jaqueses. Estará centrado principalmente en el repertorio romántico español.

«Es un periodo muy olvidado por la historiografía pero en el que se escribió música de muy buena calidad –asegura–. Yo lo he delimitado entre los años 1853 y 1909, y he acompañado durante dos años a Pedro Calahorra por iglesias y catedrales para recuperar composiciones en sus archivos. Quiero reivindicar la escuela romántica española y, entre sus compositores, a Valentín Metón, que fue organista de la catedral de la Seo de Zaragoza».

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