De la Puríssima: "La polémica nace de un discurso poderoso que choca con el resto"

El estilo de De la Puríssima no ha parado de cambiar: napolitana, jazz, cuplé, electrónica... ¿Cómo lo definiría?

Un artista debe evolucionar. Es natural, tanto por inquietudes personales como por necesidad de expresión. En mi caso, la unión con Ithamar di Marco, un músico venezolano que combina un lenguaje electrónico con ritmos jazzísticos, ha catapultado la expresividad de De la Puríssima. Y ahora estamos en un camino más electrónico, aunque dentro del folclore, más que nada por mis letras, con un sabor español que está latente.

El álbum ‘Sonora’ se acerca más a ritmos latinos... ¿Qué cree que le aportan?

La música latina siempre me ha fascinado. ‘Sonora’ suma la personalidad que siempre imprimo en mis letras a la visión de Camilo Lara, que ha producido el disco en México. En Zaragoza podréis escuchar, entre otros temas, un bolero que he grabado con Joey Burns, el cantante de Calexico, en el desierto de Sonora. Este tiene esa parte mexicana, fronteriza, mezclada con nuestra música.

Las polémicas letras de algunos de sus temas, ¿le han causado algún problema?

No, al revés. Yo creo que es la autenticidad la que resulta polémica. Y no por el hecho de pensar una cosa extrema de otro, sino por verbalizarlo, cantarlo. Mis letras, a las cifras de asistencia me remito, tienen una resonancia en el pensamiento del otro. Pero nunca busco la polémica, aunque sí me permito ser yo misma.

Hace teatro, pintura, escultura... ¿Qué es arte para usted?

Es una pregunta profunda. El arte es una manera de entender la vida a nivel personal, social. Para mí, todas las disciplinas están ligadas. Y me puedo permitir, lo cual es un privilegio, vivir de ello.

La tauromaquia, ¿diría que es una de esas disciplinas?

A mí la tauromaquia, como el folclore, me conmueve. Es un espacio de ritual, con muchísimo respeto al animal. Entiendo que es violencia, puesto que se ve una muerte en escena, pero ese es el ritual en sí mismo. Y creo que los rituales son necesarios en esta sociedad. Pero, por supuesto, condeno el maltrato fuera de ese contexto.

¿Y la provocación?

La provocación no. Al menos, si es el objetivo. Una de mis referencias teatrales es Angelica Liddell, aparentemente una mujer polémica, pero que no lo busca. Tiene un camino artístico de una verdad arrolladora. Y creo que eso es lo que la hace polémica. Diría que la polémica nace cuando uno tiene un discurso poderoso que choca con el resto.