Muchos españoles aún ven muy lejos el Parlamento Europeo.

Sí, pero los grandes problemas de esta época, desde las criptomonedas a las nuevas formas del crimen organizado, no se pueden afrontar desde el pequeño observatorio de un parlamento regional. La mayoría de los grandes retos son transnacionales.

Ha impulsado el ‘Libro blanco y negro del terrorismo en Europa’. Parece que, si no hay atentados, es como si no existiera.

Hoy el terrorismo es un amenaza híbrida, proviene de una ideología contraria a la democracia y sus valores, y no tiene las características del terrorismo convencional. Hemos realizado un buen trabajo parándolo, pero la amenaza está ahí.

Europa tiene también otros problemas.

En algunos países, como Hungría o Polonia, se está haciendo una demolición de la separación de poderes, una erosión del estado de derecho. Por eso la Comisión se está planteando activar el artículo 7.1 del Tratado de la Unión Europea, que sería el equivalente al artículo 155 de nuestra Constitución. Por otro lado, los partidos populistas, con un discurso antiliberal, están proponiendo mentiras, en lugar de soluciones, para problemas sociales reales y que nos preocupan a todos.

El problema catalán, ¿tiene solución?

Todos los problemas la tienen, pero hay que evaluar su carga de responsabilidad. Se puede arreglar, claro, pero necesitamos líderes íntegros, tiempo, inteligencia e intentar no herir innecesariamente a los demás. Una cosa está clara: hay un discurso común antinacional, hay gente que quiere reventar España, y el Gobierno de Sánchez se está dejando arrastrar. Por ejemplo: se está poniendo en cuestión la monarquía, y una de las primeras obligaciones de un Gobierno sería apuntalarla, porque hay que impedir que un poder regional insulte a la jefatura del Estado.

En el País Vasco aún hacen pintadas insultándola a usted.

Cuando el Tribunal Constitucional legalizó a Sortu la sentencia impuso unas líneas rojas que las están incumpliendo. Para blanquear su pasado están equiparando a la Policía con los etarras, a la legítima defensa con los asesinatos. Y eso no es inocente. El nacionalismo no terrorista sabe que, cuanto más débil sea la reputación de nuestro país, más podrá sacar en las negociaciones con el Gobierno. Y esas negociaciones acaban generando más desigualdad, porque el Estado acaba invirtiendo más en los lugares más ricos. Eso es una barbaridad.

Compromiso con la libertad

Nacida en Hernani en 1965, es licenciada en Filología Hispánica y en Filología Vasca por la Universidad de Deusto. Durante su juventud estableció su residencia en San Sebastián y mostró ya un indesmayable compromiso con la libertad, que se acentuó en 2003, cuando ETA asesinó a su hermano Joseba. Referente en el activismo por la libertad y los derechos humanos, desde 2014 es diputada de UPyD en el Parlamento Europeo.