Un antiguo proverbio latino reza ‘pedes in terra ad sidera visus’. Y esa es la filosofía de Manuel de la Cueva, líder, vocalista y guitarrista de la banda Manuel de la Cueva & The Breeze: mantener los pies en la tierra, pero mirar siempre hacia el cielo, no ponerse límites. La única frontera que no está dispuesto a cruzar es la que le obligue a modificar su "ecléctico" estilo, que navega por "la música afroamericana del último siglo", a causa de una oferta económica: "No queremos pasar a ser los títeres de ninguna discográfica". Tres años hace del nacimiento de una banda que ha vencido en los últimos dos el concurso Popyrock y el Ambar Z Music. Y que, hace unos meses, lanzó su primer epé profesional en formato digital: ‘Mumbo Jumbo adventures chapter I’, el capítulo inicial de una prometedora historia de la que "habrá un capítulo dos próximamente, aunque quizá no con el mismo nombre".

El trabajo suena con un estilo difícil de clasificar: "Tiene tintes de blues, balada, rock, pop, funky...". Un variopinto cóctel de géneros que posee, sin embargo, un hilo narrativo: "Al tocar las canciones, me transformo en Mumbo Jumbo, un ‘alter ego’ que comparte nombre con el ‘single’ que lanzamos como anticipo. Los cuatro temas –‘Mumbo Jumbo’, ‘Stanley Barrister’, ‘The blue’ y ‘The valley’– componen un poco su personalidad".

El crisol de géneros nace del amplio abanico de referentes en los que se fija el zaragozano, que compone cada una de las letras: los guitarristas Steve Ray Vaughan o John Mayer, las potentes voces de Frank Sinatra o Peter Gabriel, grupos clásicos como The Beatles o más actuales, como Artic Monkeys.

La banda, que se conoció a través de carteles que colgó el cantante por la ciudad, está compuesta por cinco miembros, además del propio De la Cueva: José García, al bajo; Pedro Simón, a la guitarra; María Murillo, a los coros; Sergio Pérez, a la batería, y Luis Ventura, a los teclados.

Por el momento, todos sus temas son autoproducidos. Y el vocalista explica que su intención es seguir trabajando así mientras les sea posible. "Sí que es verdad que si llega una oferta que nos respete musicalmente, nos plantearemos aceptarla. Pero lo que no queremos es pasar a ser los títeres de ninguna discográfica", asevera De la Cueva.

"Empezamos a disfrutar"

Lejos queda ahora el grupo de novatos que empezó a hacer "conciertillos" hace tres años. "Nos hemos quitado mucha presión. Y eso que nos falta mucho todavía. Estamos empezando a disfrutar, a pasárnoslo bien", apunta. En su opinión, es obligatorio "saber qué estás haciendo si quieres lograr algo importante". Y, por este motivo, considera "imprescindible" tener nociones básicas musicales.

¿Su secreto? Trabajo y descaro. No conocen otro método. "En esta vida, en este mundo, si eres tímido, es complicado". Pero también existe otra clave:la valentía, algo que le sobra a De la Cueva, que el año pasado terminó el grado en Derecho, pero que "aún así, tengo claro que me quiero dedicar a la música, de una manera u otra. Los demás igual son un poco más realistas". En cualquier caso, todos siguen estudiando.

En septiembre, volverán a sonar en distintas salas zaragozanas. También ofrecerán un concierto en las próximas Fiestas del Pilar. Y, de cara al futuro, participarán en varios festivales nacionales, como el Villarock de Bilbao o el Bala Perduda de Barcelona. "Queremos movernos en un circuito cada vez más profesional", concluye el músico.