Una diva de la ópera, tres museos

Valderrobres, Calaceite y Zaragoza tendrán espacios expositivos dedicados a recordar la figura de la soprano Elvira de Hidalgo, maestra de María Callas

Elvira de Hidalgo, durante una de sus estancias en Nueva York.
Elvira de Hidalgo, durante una de sus estancias en Nueva York.
Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. Colección George Grantham Bain

Ni uno, ni dos, sino tres. La soprano turolense Elvira de Hidalgo (Valderrobres, 1891-Milán, 1980) va a tener dentro de unas semanas tres espacios expositivos destinados a honrar su memoria. La cantante, hasta hace poco únicamente recordada por los entusiastas Amigos de la Música de la Biblioteca de Aragón, está protagonizando estos días un rocambolesco desencuentro, esperpéntico, casi, entre quienes quieren rendirle homenaje.

Mientras sus restos, repatriados de Italia, permanecen en una funeraria barcelonesa a la espera de ser trasladados a su localidad natal, Valderrobres se afana en pulir los últimos detalles de la sala de exposiciones dedicada a su memoria.

El proyecto es antiguo. Después de dos años de intenso trabajo, sin apenas apoyos económicos, la Fundación Valderrobres Patrimonial ha diseñado un completo programa de actos que acompañará el último fin de semana de julio su ‘regreso’ a la localidad que la vio nacer. La sala, en realidad, es operativa desde hace un tiempo, pero incorpora nuevo material, como la Cruz al Mérito Civil que le otorgó el Gobierno, un collar de plata que fue de su propiedad (cedidos por dos de sus sobrinas) o cuatro de sus trajes, que han tenido que restaurarse (con cargo a la Fundación) antes de ser mostrados al público.

La procedencia de sus trajes supone un valor añadido a su exposición. Porque no han llegado solos. Corresponden a un préstamo por 10 años por parte del Institut del Teatre catalán, y a ellos hay que añadir 23 dibujos, algunos de artistas como Mariano Benlliure, de escenografías y figurines de producciones en las que participó la soprano; además, una amplia colección de fotografías; o un retrato que le realizó el pintor belga Gaston Potmans en 1932. Entre los trajes, que han sido restaurados en el Museo Textil de Tarrasa, se encuentra el vestuario completo que utilizó la cantante para una producción de ‘Manon’ de Massenet.

El Museo de Valderrobres es un edificio de tres plantas, dos de ellas destinadas a difundir el arte comarcal. El semisótano está dividido en cuatro salas, de las que la exposición permanente dedicada a Elvira de Hidalgo ocupa una. Al material cedido por el Institut del Teatre hay que añadir otras piezas de diversa procedencia, como del Teatro de la Scala de Milán, que ha cedido una fotografía inédita de Elvira de Hidalgo niña, retratada junto a una de sus hermanas, e imágenes de varios carteles de óperas en las que cantó la soprano.

Todo está listo para la inauguración de la sala y la reinhumación de los restos, actos a los que acudirán dos sobrinas de la soprano, Elvira y Raquel Sala, de 96 y 92 años, respectivamente, hijas de la hermana mayor de la soprano. Será el último fin de semana de julio. Y un imprevisto de última hora –el adiós de Juanjo Puigcorbé como diputado delegado de Cultura en la Diputación de Barcelona, cargo desde el que impulsó el convenio para prestar las piezas del Institut del Teatre– no parece insalvable: en los días previos a los actos el actor confirmará si finalmente acudirá a los actos o no.

Hasta este punto, todo parece normal. El problema es que hay un conflicto soterrado que, si nadie lo remedia, acabará desdorándolo todo. Hace una decena de años, una vecina de Valderrobres que investigaba la vida de Elvira de Hidalgo recibió una maleta-baúl con 38 piezas de vestuario de la diva. Se las entregó Luis Miguel Fontanillas, sobrino-nieto de la soprano, según algunas fuentes con el deseo expreso de que se expusieran en su localidad natal.

Cuando la Fundación Valderrobres Monumental supo de la existencia de la maleta-baúl intentó incorporar su contenido a la sala de exposiciones que estaba diseñando. Contó con la mediación del Ayuntamiento de la localidad, pero no hubo acuerdo y la vecina acabó depositando todo en el Museo de Zaragoza.

Fuentes del Gobierno de Aragón, de quien depende el museo, han asegurado que no existe ningún tipo de condición previa en la cesión en depósito de las piezas por un periodo de cinco años. Al parecer, entre esas 38 piezas textiles hay seis atuendos completos, y la idea del Gobierno de Aragón es que, una vez concluida la restauración de las que presentan daños, cinco de ellos se expongan al público en el Museo Juan Cabré de Calaceite, y uno en la sede del Conservatorio Superior de Música de Aragón.

Aunque Elvira de Hidalgo no tuvo relación alguna con Zaragoza, llevar uno de los trajes completos al CSMA, para hacer con su figura algo similar al Espacio Pilar Bayona ya existente, puede tener su explicación en el hecho de que este año se retoman las clases de canto en el centro. Pero resulta más difícil encontrar argumentos, más allá de la cercanía geográfica, para que cinco trajes se lleven a Calaceite. Porque el Museo Juan Cabré gira en torno a la figura del arqueólogo e historiador que le da nombre y los fondos expuestos provienen de sus excavaciones.

Carlos Boné, alcalde de la localidad turolense de Valderrobres, se mostró ayer muy sorprendido al saber que cinco de los trajes completos de Elvira de Hidalgo se exhibirán en el Museo Juan Cabré de Calaceite. «Si se confirma el dato, me parece un auténtico despropósito», aseguró. Según relataba, «al diseñar el Museo de Valderrobres quisimos dedicarle una sala a la soprano por ser una de nuestras hijas ilustres y poco conocida aún. Nos enteramos del tema de los trajes y nos pusimos en contacto con la persona que los tenía. Aunque nosotros entendíamos que pertenecían a Valderrobres, ella nos dijo que eran suyos. Se planteó entonces una especie de donación y nosotros aceptamos todas las condiciones que nos puso salvo una, que su nombramiento como comisaria de la exposición fuera hereditario y pasara a sus descendientes. Nos parecía algo fuera de lugar: no solo a nosotros, sino a todos los grupos políticos del Ayuntamiento. Intentamos buscar la ayuda del Gobierno de Aragón pero no ha sido posible. Visto lo visto, nosotros seguimos adelante con nuestro proyecto tal y como estaba organizado. A finales de este mes inauguraremos la sala».

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