Antonio Fernández: "El público debe perder el miedo a no entender el arte"

Tras exponer en Francia y en la feria Arco, el oscense de 41 años empleó el engaño en su pieza ‘Elementos de un discurso’ para ganar el premio Santa Isabel de Aragón.

El artista oscense Antonio Fernández posa junto a su obra.
El artista oscense Antonio Fernández posa junto a su obra.
Aránzazu Navarro

¿Qué quería conseguir con esta pieza?

Elaborar una obra con la que el espectador se plantee el modo en que miramos, analizamos e interpretamos las imágenes que nos rodea. Las imágenes se nos muestran muy condicionadas para que las veamos de un modo, pero al final siempre hay una lectura que nos obligan a hacer y que nosotros mismos legitimamos como real. Me interesa que nos planteemos hasta qué punto las imágenes que se nos muestran son reales.

¿Y puede describírnosla?

La pieza es una distribución mediante una cuadrícula que sigue un orden lógico. También hay un orden cromático de más claro a más oscuro. Este orden nos parece algo lógico y, por ello, nos sentimos cómodos. Pero realmente, si nos fijamos, nos damos cuenta de que en esta obra que parece de cemento, también hay elementos de madera que condicionan la pieza. En las esquinas también hay otro material distinto, e incluso un color totalmente distinto a todo lo demás. Esta obra remite a los museos donde se colocan elementos para poder realizar una continuidad visual necesaria, pero que también la condiciona. Al final, todo esto es un ‘fake’, un engaño. Estas piezas que parecen arquitectónicas, realmente son fragmentos que encontré en la carpintería. Lo que hice fue repetirlas todo el rato, pero cambiando el material. Al cambiar el objeto, su material y su composición, la lectura también cambia.

¿El arte nos ayuda a hacernos preguntas sobre las imágenes que vemos?

En cierta manera, sí. Lo que me gusta de mi trabajo es hacer uso del engaño visual, del trampantojo. Mostrar imágenes que se perciben de un modo, pero que cuando se miran mas allá se percibe el engaño, la falsedad. La imagen que te parecía real, es falsa. Quiero que el espectador se plantee ese sentimiento con mi obra y con otros aspectos del día a día.

No es la primera vez que emplea engaños en su trayectoria...

Efectivamente, el trampantojo es un elemento que se repite continuamente en mis trabajos, ya sea de forma secundaria o principal. Siempre me ha interesado la construcción de imágenes y el trampantojo me gusta usarlo como herramienta. Cómo nos engañan o cómo creemos que estamos sabiendo una cosa es parte de mi obra.

¿Cree que hay algo de crítica social en su obra?

Es una critica al modo de construcción de todo lo que nos rodea, a cómo nos tragamos todo lo que nos presentan sin pararnos a reflexionar.

Su obra se expone hasta el día 2 de septiembre en el Palacio de Sástago. ¿Cómo afecta este lugar a su obra?

Como todas, esta es una pieza que, en función de cómo se muestre, puede destacar más o menos, o pasar de forma más desapercibida. Dependiendo del lugar se pueden producir incluso nuevas o diferentes lecturas.

Su pieza compitió con otras 35 obras. ¿Qué opinión tiene del resto de trabajos?

En conjunto me pareció que había mucha obra pictórica y bidimensional. Yo conocía a muchos de los artistas porque son aragoneses. Esta es una muestra representativa del arte aragonés actual, aunque hay muchos artistas que como ya han ganado, no se presentan.

¿Y en el resto de España? ¿Cuál es la situación de los artistas y del arte?

El mundo del arte es un mundo complejo y complicado, y solo atrae a una minoría de público. Además, creo que no hay una implicación suficiente de las instituciones para promoverlo. El arte es un asunto educacional: si te llevan a ver exposiciones, te habitúas a ir a ver exposiciones. En otros países he visto muchas diferencias. En Francia, por ejemplo, me sorprendió que la cultura se valora mucho y el público valora más lo que ve. Echo en falta que aquí la gente no pierda el miedo a no entender lo que ve en una exposición, preferimos echarla por tierra. Pero cuando le explicas ciertas piezas al público, las ven con otra mirada y de repente les gustan. Falta poso cultural y perder el miedo a ir a los museos. Hay gente que tampoco sabe lo que ven en el Prado, pero como pueden identificar figuras o elementos, les parece mas cercano a su realidad, cuando el arte conceptual trata temáticas más cercanas al público.

Este premio está dotado con 9.000 euros, ¿qué nuevos proyectos se plantea con ese dinero?

Este premio me permite producir un proyecto más ambicioso que estoy preparando y costearme el mantenimiento de mi estudio. Yo vivo en Madrid, y la ciudad es muy cara. Este dinero me permite poder producir, y no poder producir es una de las cosas que más agobian. Tener esa posibilidad gracias a este premio, es algo maravilloso.

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