Pablo Serrano, como retratista y como retratado

El museo que lleva el nombre del escultor celebra una exposición que plantea una doble mirada a su figura

La exposición podrá visitarse hasta finales de julio
La exposición podrá visitarse hasta finales de julio
Guillermo Mestre

El IAACC ha inaugurado este miércoles la exposición ‘Pablo Serrano, retratista retratado’, en la que se plantea una doble mirada en torno al escultor de Crivillén, tomando el género del retrato como eje central desde el que se observa al escultor, pero también al hombre. La muestra ha sido comisariada desde el propio centro a partir de fondos propios y del préstamo de tres piezas, pertenecientes a las colecciones de Valeria Serrano Spadoni, de la Fundación Ibercaja y de la Fundación Alberto Schommer. La Universidad de Zaragoza ha colaborado también facilitando la documentación del Legado Miguel Labordeta conservado en la Biblioteca María Moliner.

La exposición se estructura en dos partes, la primera de las cuales está dedicada al Pablo Serrano retratista, a cómo miró, reinterpretó y modeló la personalidad de sus coetáneos, e incluye 18 retratos que conforman una galería de personajes que narra las relaciones personales y profesionales que entabló el artista.

Entre las piezas que se muestran al público, acompañadas de documentación diversa, se incluyen los retratos del que fuera director del MOMA René D’Harnoncourt, del coleccionista Joseph Hirshhorn, de los artistas Juana Francés y Manolo Millares, de los intelectuales Gaya Nuño y Aranguren, del poeta Miguel Labordeta, o la de José Camón Aznar, prestada por la Fundación Ibercaja.

La segunda parte de la exhibición se centra en el Pablo Serrano retratado, cómo le vieron y le inmortalizaron en sus reportajes algunos de los fotógrafos más importantes de la época y que constituyen la cara pública que el autor quería proyectar de sí mismo. Entre la nómina de fotógrafos están Sánchez Millán, Nicolás Muller, Juan Dolcet, Núñez Larraz, Henry Ries, Waintrobe, Marvin Bolotsky o Alberto Schommer.

Las fotografías que se reúnen muestran al escultor en distintos contextos: en su estudio, en el taller en pleno proceso de creación, en la intimidad de su casa o en sesiones fotográficas de estudio, entre otras.

A través de ellas, y vistas en conjunto, asistimos a las distintas etapas vitales del autor. También hay espacio para el género de la caricatura para la prensa diaria, una especie de interpretación al retrato, que muestra una visión más popular de Pablo Serrano, a través de los dibujos de autores como el aragonés Ugalde o el canario Eduardo Millares ‘Cho Juaa’.

La exposición se cierra reflexionando sobre la manera en cómo Pablo Serrano se vio a sí mismo, a partir de dos autorretratos, uno fechado en 1950, y otro depositado en el centro por Wifredo Rincón. A través de esta selección de autorretratos descubrimos esa ‘automirada’ en la que se incluye también la presencia de Unamuno.

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