Las redes sociales: marañas sociópatas

Ojos. Orejas. Nariz. Antenas. Lo peculiar de Eloy FP son sus antenas, invisibles. Hay un eco doloroso del activismo marxista de los 70 en su proceder.

El ensayista y esteta Eloy Fernández Porta, en la sede de HERALDO días atrás.
El ensayista y esteta Eloy Fernández Porta, en la sede de HERALDO días atrás.
Aránzazu Navarro

"Las redes sociales son marañas sociópatas, hilaturas de ansiedad, dispositivos obligatorios de sobresocialización compulsiva, protagonizados por personas que se han atrapado a sí mismas entre la sociofilia y la sociofobia", se dice en un momento dado de ‘En la confidencia’ (Anagrama, 2018), último libro publicado por Eloy Fernández Porta.

Escrita por Eloy Fernández Porta, esa frase me importa. Me importa mucho. Y leo su libro, como los anteriores, con un interés que no tendría si, por ejemplo, se tratase de un libro de Fernando Savater sobre el mismo asunto. ¿Es más sabio o más listo Eloy Fernández Porta que Fernando Savater? La pregunta no es ésa, y la contestación a la pregunta correcta sería el año 1974, año de nacimiento de Eloy Fernández Porta. No voy a tratar del contenido del libro en estas líneas. Quiero entrar, más bien, en el terreno de las confidencias sobre su autor, mis confidencias. Quizá con ellas ayude algo a entrever las raíces, nada o muy poco visibles pero muy presentes, de los ensayos de Eloy Fernández Porta.

En los años 80, un Eloy FP entre los 6 y los 16 años se asoma a internet con la misma naturalidad con que se asoma a las páginas de un periódico, a la pantalla de un cine o a la ventana de su casa: es, en España, prácticamente un "nativo digital". Y eso marca profundamente los circuitos cerebrales de un individuo… inserto en un fenomenal cruce de generaciones.

Especialmente si es un individuo nacido en una familia de intelectuales (el más conocido, su padre: Francisco Fernández Buey), a su vez rodeada de un amplio círculo de amistades intelectuales (la figura central: Manuel Sacristán) y de dirigentes de la izquierda marxista (comunistas "a su manera" después de intensas militancias en el PSUC, en el PCE, en el PCF y el PCI de la cercanas Francia e Italia...).

Traté intermitentemente a Eloy FP desde sus seis hasta sus diez años y puedo asegurar que en la vida de aquella criatura confluían torrentes y ríos de conocimientos acumulados durante generaciones. No sólo generaciones "de sangre", sino de pensamiento y obras. La espontánea luminosa risa de su madre, Neus Porta Tallada, no ocultaba lo que sus negros ojos habían leído y visto, a su vez, desde niña, como no lo ocultaban las de varias docenas de activistas intelectuales de movimientos comunistas, feministas y ecologistas. En ese ambiente, el niño Eloy era tratado con total naturalidad y absorbía, como niño atento, toda la riqueza de matices que afloraba en las conversaciones de sus mayores. Y, precisamente, los matices no eran entonces ni lo son ahora, un tesoro valorado por la sociedad española... Y mucho menos por la izquierda española.

Generaciones de pensamiento y obra, adolescencia digital, acceso directo a la información y a la creación cultural de un Occidente lanzado hacia el futuro a toda máquina y sin conductor. Ojos. Orejas. Nariz. Y antenas. Lo peculiar de Eloy FP son sus antenas. Invisibles, orientan sus búsquedas intelectuales y sentimentales con la precisión de un reloj atómico. Cada vez más, conforme ajusta con precisión su escritura, me recuerda más a un Walter Benjamin en su peregrinaje por todos los intersticios de lo que tratan apenas la Historia, la Sociología, la Política o el Arte. ¿"Temas menores"? Ustedes, entonces, no han entendido nada.

Sus ‘Rulers Of Your Feelings’ son las sesiones de spoken word + música + vídeo, con las que Eloy Fernández Porta presenta su ensayo ‘Emociónese Así’ (Anagrama) –como pudimos ver en las salas de La Casa Amarilla (Sagasta 72: Chus Tudelilla y Juanjo Vázquez al frente)– y otras intervenciones escénicas puede que respondan a un caudal intelectual y moral ("político") cuya expresión no resisten los límites materiales de la escritura ni de la charla y han de presentarse, o más bien arrojarse con cierta agresividad como una pedregada emocional que envuelve los finos alambres candentes de una elaboración hipercerebral.

Son, seguramente, su personal forma de dar salida a las tensiones del viejo activismo político de aquellos "mayores" de su infancia y primera juventud (los principales desgraciadamente pronto destruidos por las enfermedades: Eloy FP es, desde hace ya unos años, un huérfano multiplicado por lo menos por cuatro, lo que ya es mucha orfandad).

En su activismo, una labor de agitación directa cargada de denuncia y rabia, hay un eco doloroso del activismo marxista de los años 70. La sola idea del libro, explicaba hace unos días a su entrevistadora de ‘elpais.com’ (Laura Fernández) en ‘Babelia’, partió de su obsesión por el momento en que se confiesa un secreto, y el reflexionar sobre "la onda expansiva de la confidencia". La onda expansiva. La onda expansiva. Las redes.

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