Aterriza en el Gancho una máquina del tiempo hacia los años dorados del rock'n'roll

La ruta ‘rócker’ sigue muy viva en Zaragoza. Hoy mismo se inaugura el Tupé Asesino, una tienda especializada en la década de los 50 y los 60, y hay fiesta musical en el pub El Zorro

Sam Tejuelas, con una de sus camisas.
Sam Tejuelas, con una de sus camisas.
Paola Pizarro

Aquel movimiento de caderas de Elvis Presley vino a sacudir algo más que la moralidad de una época en la que la escenificación de los hogares felices y las amas de casa perfectas convivía con los primeros rebeldes juveniles. En aquellos años 50, nació la brecha generacional. Los jóvenes conectaron en una conciencia colectiva que desafiaba a sus mayores. El rock’n’roll fue el poderoso vehículo de un fenómeno cuyo inmenso y fascinante fulgor aún ilumina nuestras sociedades en la segunda década del siglo XXI. Con momentos especialmente reseñables, como en los 80, cuando los llamados ‘róckers’ formaron parte del bullicioso mosaico de las tribus urbanas en España y, con fuerza, también lo hicieron en Zaragoza con Mas Birras y el bar Kezka como recordados exponentes. Cuarenta años despúes, la llama sigue viva en la ciudad, como lo demuestra la apertura, hoy mismo, de la primera tienda especializada en la estética y la música 'rócker'. Aunque El Tupé Asesino, como se llama este nuevo proyecto, quiere (y puede) aspirar a públicos más amplios.

Luisa Alonso, más conocida como Lois O’Hara, es la dueña de este local, en el 26 de la calle de San Pablo. Cruzar su puerta es un viaje en el tiempo hasta los años 50, en una tienda decorada con objetos que esta zaragozana ha ido atesorando. Nada está al albur: los banderines de estrellas del Hollywood dorado, la caja registradora, el mostrador, el teléfono... hasta el dispensador del celo es antiguo. La música, por supuesto, siempre suena en los vinilos que giran en el ‘pick up’.

Aterriza en el Gancho una máquina del tiempo hacia los años dorados del rocknroll

En el Tupé Asesino hay objetos auténticos de los años 50. José Miguel Marco

"Aquellos años fueron mucho más que Elvis y se extendieron mucho más allá de la música", explica Lois. También su tienda pretende ir mucho más allá de los aficionados a esta estética. "Aquí vendemos de todo, vestidos, camisas, lámparas, parches, discos de Sleazy Records y El Toro Records, que ofrecen tanto reediciones como grupos actuales de rockabilly o ‘doo woop’, cojines, hasta cortinas de ducha..."enumera Lois, para quien esta estética se ha convertido ya en intemporal y "puede gustar a todo tipo de gente". "Porque es bonita", subraya. Y lo ejemplifica con la ropa: "Los cortes de los vestidos de los 50 son de los más favorecedores;o los vaqueros de talle alto, porque son cortes normales, los que favorecen a a la mujer. Pero ahora, lo normal se ha vuelto raro. Cuando me viene alguien y me dice que tiene caderas yo le respondo que en esta tienda eso es mucho mejor".

Aterriza en el Gancho una máquina del tiempo hacia los años dorados del rocknroll

Vestidos inspirados en la estética de los años 50 y 60. José Miguel Marco.

Sam Tejuelas está en dos de las bandas que ahora forman parte de la médula espinal de la escena musical rócker en Zaragoza: Los Twangs y Los Coringas. Además, desde hace casi tres años, regenta su propia marca de camisas, Tejuelas. Sam confirma que la estética rócker seduce a públicos cada vez más amplios: "Tiene el poder de las cosas eternas".

Aterriza en el Gancho una máquina del tiempo hacia los años dorados del rocknroll

Sam Tejuelas, con una de sus camisas. Paola Pizarro

Ese estilo clásico, asegura, "gusta a todo tipo de gente". Sus camisas se venden a través de Internet (y, desde hoy, en El Tupé Asesino) y las llevan desde Los Rebeldes a Tennesse, Loquillo o Jaime Urrutia. Tejuelas vende dos modelos:el ‘western’ y bolera, ambos, tanto para mujer como para hombre.

Aterriza en el Gancho una máquina del tiempo hacia los años dorados del rocknroll

Los Coringas. Marcelo Bonilla

Con Tejuelas, en Los Twangs está Francho Argás, otro de los nombres fijos en la ruta rocking zaragozana. Él, entre otras cosas, está detrás de las Shake-a-Round, unas fiestas bimensuales que se celebran en diversos locales de Zaragoza con la música de los 50 y 60 como centro. Hoy mismo,tiene lugar una en el pub el Zorro.

Aterriza en el Gancho una máquina del tiempo hacia los años dorados del rocknroll

Los Twangs. Beatriz Pitarch

Para Francho, "la escena rócker sigue estando muy viva en Zaragoza". Aunque "han cambiado las cosas, ya no estamos en los 80, cuando todo explotó musicalmente". "La gente se hace mayor y, aunque se sigue sumando adeptos, no es como antes"relata. Eso sí, la actividad sigue siendo frenética y la palabra nostalgia está proscrita. "Cuando un movimiento bebe del pasado, como es este, puede haber un tufo a nostalgia, pero no es el caso, porque ya es atemporal, son una estética y una música que han trascendido"opina. "El rock apareció en un momento entre aquella enorme elegancia de los 40 y la llegada de los hippies y, después,del sport"relata Francho. A partir de los 60, la elegancia se quedó por el camino. Nosotros la mantenemos".

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