Jerónimo Tristante: "El ser humano tiene la fascinante capacidad de reinventarse"

El escritor (Murcia, 1969) logró el Premio Ateneo de Sevilla con ‘Nunca es tarde’ (Algaida), una novela negra que transcurre en parajes aragoneses.

Jerónimo Tristante pasó por Zaragoza para presentar su libro 'Nunca es tarde'.
Jerónimo Tristante pasó por Zaragoza para presentar su libro 'Nunca es tarde'.
Toni Galán

¿Cuáles son sus vínculos con Aragón?

Muchos. Soy un enamorado de Teruel, del Matarraña, por ejemplo, y del Maestrazgo: he estado de vacaciones en Beceite, es una zona muy bonita, he ido mucho a la Universidad de Verano de Teruel, y alquilé una casa en Miravete de la Sierra para estar cerca del Parque Geológico de Aliaga. Conozco el nacimiento del río Pitarque… Teruel es una provincia desconocida pero fascinante.

¿Y el Pirineo?

Me encanta. He estado muchas veces. Vine muchas veces a practicar senderismo: Ordesa, Bujaruelo y, fundamentalmente, Benasque. Es un decorado que conozco bien. Yo vivo en una zona muy árida y Aragón me seduce mucho. Esta novela la ubiqué inicialmente en Oregón, pero no me sentía cómodo. Decidí trasladarla a El Valle, un pueblo imaginario del Pirineo.

¿Qué necesitaba?

Un paisaje que conociese bien, que me gustase, con historia, etcétera, pero además que pudiese tener una hemeroteca. Me inventé un pueblo que estuviese en la linde con Cataluña, porque el marido infiel iba mucho a Barcelona. Benasque, por cierto, ya salía en dos novelas mías: ‘El tesoro de los nazarenos’ y ‘El rojo y el azul’.

Es clave en ‘Nunca es tarde’. Ahí, en buena medida, se desenvuelve Isabel Amat, la protagonista.

Sí. Todo empieza un día de Halloween cuando desaparece una niña. No pensé en nada, partí de esa imagen, pero luego un periodista y crítico literario me dijo que el arranque se parecía a ‘Twin Peaks’.

¿Era su intención?

No. Pero soy adicto a las series. Me gustan mucho. Las sigo para aprender y mejorar mi inglés, pero escribir el guión de una serie es difícil y laborioso. Esta novela nace de una especie de parón de una tentativa, casi extenuante, para escribir guiones. Un guión es muy distinto a una novela, pero me doy cuenta de que he aprendido mucho de los guiones y de las series. Por ejemplo, he aprendido que las novelas si pueden tener 300 páginas mejor que tengan 600.

Le han adaptado su personaje del siglo XIX, Víctor Ros.

No querría, como le pasó a Arthur Conan Doyle, ser el autor de un único personaje, Víctor Ros, de ahí que alterne sus ficciones con otras. Y en concreto esta. Me siento muy cómodo con Víctor Ros: me lo planteo como una creación literaria y como una aventura de conocimiento del siglo XIX. Isabel Amat, la protagonista de ‘Nunca es tarde’, es una mujer un poco vencida por la vida, engañada por su marido, y de repente la desaparición de la niña la lleva a investigar y a vincular ese caso, y otros que se producirán, con otras muertes que habían sucedido en El Valle hace 43 años.

¿Qué le interesaba abordar?

Primero que las historias están en el ambiente, que el misterio vive entre nosotros y que tenemos un miedo atávico al bosque desde niños. Por su interior, pueden andar desde el asesino en serio al depredador sexual; ahí dentro pueden ocurrir algunas cosas increíbles. Y luego hay otra cosa importante: la vida siempre da una segunda, una tercera o una cuarta oportunidad. De ahí el título ‘Nunca es tarde’.

Isabel Amat lo intenta…

Sí. La oportunidad de investigar le da una segunda vida. Una de las cosas más fascinantes del ser humano es su capacidad de reinventarse. De vez en cuando, como sucede con los ordenadores, tenemos que resetearnos. Y ella hace una inmersión en un montón de historias inquietantes con instinto policíaco y con coraje.

Hay otro personaje atractivo, que es Enar, el profesor de ciencias y el novelista policiaco nórdico, que parece sacado de una historia real.

La novela es ficción, pero ese personaje me gusta mucho. En el fondo vive un proceso parecido al de Isabel. Fue famoso, tuvo mucho éxito, se creyó que era Dios, fue soberbio o fracasó, y un día descubrió que no era nadie. Y viene al Pirineo a reencontrarse, a darse otra oportunidad. Isabel y Enar colaboran y hablan consigo mismos en una novela que también tiene mucho se crónica del tiempo que vivimos, de crónica familiar. Ninguno de los dos se resigna a ser un juguete roto o un puro holograma del destino.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión