Los restos de la soprano Elvira de Hidalgo, repatriados para su inhumación en Valderrobres

La cantante, maestra de la gran diva María Callas, falleció en Milán en 1981 pero una fundación cultural prepara ahora su entierro en su pueblo natal de Teruel.

Extracción de los restos mortales para su traslado a Valderrobres.
Extracción de los restos mortales para su traslado a Valderrobres.
F. V. P.

Los restos mortales de la cantante de ópera turolense Elvira de Hidalgo, conocida mundialmente por su condición de maestra y descubridora de María Callas, están de nuevo en España. La soprano, nacida en Valderrobres en 1891 y cuyo nombre real era Elvira Rodríguez Roglán, falleció en 1981 en Milán (Italia) tras una brillante, aunque corta, carrera como intérprete y una prolífica labor pedagógica. La Fundación Valderrobres Patrimonial ha logrado, tras un complejo proceso de negociación y colaboración con los familiares de la soprano, que sus restos, depositados en un nicho del Cementerio Mayor de la ciudad italiana, fueran exhumados el pasado 26 de febrero y se encuentren ya en una funeraria de Barcelona a la espera de que se fije la fecha para recibir sepultura en su localidad natal.

El gerente de la Fundación, Manuel Siurana, adelantó que la inhumación en un panteón del cementerio de Valderrobres podría tener lugar entre finales de julio y principios de agosto. Anunció que el entierro coincidirá con la inauguración de las dos salas que el Museo de Valderrobres va a dedicar a su hija ilustre –una de ellas ya abierta al público–.

El desplazamiento a Italia para recuperar los restos de Elvira de Hidalgo sirvió a Siurana para sondear la posibilidad de que la Scala de Milán ceda las piezas que almacena vinculadas a la cantante de ópera. En fechas cercanas, la Fundación Valderrobres Patrimonial remitirá al famoso teatro milanés una solicitud formal para la cesión de ropa, documentación o cartelería relacionadas con la soprano turolense.

El traslado de los restos mortales a Valderrobres cerrará el largo y accidentado periplo del cadáver. Inicialmente, fue sepultado bajo tierra en una tumba sin identificar. Un grupo de discípulos trasladó el cuerpo a un nicho con una lápida identificativa. En los próximos meses, los vestigios de Elvira de Hidaldo harán un último viaje al pueblo donde nació.

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