Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Silvia Hernández: "En España no hay cultura científica ni conciencia social"

La química (Zaragoza, 1983) ha vuelto a investigar a su tierra gracias al programa de Araid. Ahora trabaja en el Instituto de Nanociencia de Aragón (INA).

Silvia Hernández, investigadora del Instituto de Nanociencia.
Silvia Hernández, investigadora del Instituto de Nanociencia.
J.M. Marco

¿Cómo surgió su amor por la ciencia?

Me empezó a gustar en el último año de COU. Empecé la carrera y me interesaba más la bioquímica, pero al final depende mucho de la motivación del profesorado. En mi caso, me decanté más por la rama de la química orgánica, sobre la que hice mi tesis doctoral. La verdad es que no nací diciendo «voy a ser científica», de hecho de pequeña me gustaba mucho crear.

¿Hay espacio para ello en su trabajo?

Sí, de hecho, yo creo que los científicos entre otras muchas cosas para innovar e investigar se nos exige que seamos creativos. Además de tener inquietud, curiosidad, motivación… descubrir cosas y buscar retos para encontrar la solución.

¿En qué está investigando ahora?

He traído lo que investigaba en Inglaterra. Lo focalicé en la bioquímica pero aplicada a la medicina. En mi caso concreto para detectar tumores cancerígenos.

Después de presentar su tesis se fue a Cambridge... ¿fue elección u obligación?

Obligación porque yo quería desarrollar una investigación académica y creo que para ello es bueno marchar fuera. No tiene que ser al extranjero, pero sí cambiar de laboratorio para ver cómo se trabaja en otros sitios, copiar lo bueno, cambiar de aires…

¿Encontró muchas diferencias entre Cambridge y Zaragoza?

La cultura científica que hay, la concienciación social y la importancia que le dan a la ciencia. En los colegios se motiva mucho a los niños para que sepan lo importante que es la ciencia y la investigación. En la televisión se habla de ello y la gente en la calle también. Sin embargo, en España no.

Pero quería volver y lo ha hecho gracias al programa de contratos de la Agencia Aragonesa para la Investigación y el Desarrollo (Araid).

Sí, me costó seis años regresar a mi país, concretamente a mi ciudad, y creo que he tenido suerte. Conozco compañeros que llevan más tiempo y al final deciden quedarse donde están. Es un poco frustrante. Es un problema vivir en un sitio y creerte que estás de paso porque al final no vives en ningún lugar. La idea de marchar al extranjero es poder volver después e implementar lo que has aprendido fuera en beneficio de tu país.

Pero sin financiación no se puede investigar.

Se puede contratar al mejor panadero del mundo, pero si no tiene horno... La investigación es una carrera de fondo a nivel mundial, si no te ponen los medios que necesitas para desarrollar tus líneas de investigación te vas a quedar atrás. Sin financiación no se puede hacer ciencia puntera. Los investigadores en España son buenísimos y es sorprendente que con el recorte de recursos que hay se siga haciendo ciencia de calidad. Ya no solo hace falta dinero para captar talento español, sino también alimentarlo. Si no me dan material poco puedo hacer.

El domingo fue el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

Los líderes de grupos de investigación y los catedráticos son la mayoría hombres, las niñas pueden pensar que esa carrera no está hecha para ellas, pero todo el mundo puede ser científico. Esta profesión te exige motivación, trabajo y persistencia y da igual que seas hombre o mujer para que lo puedas tener.

¿Se ha sentido discriminada por el hecho de ser científica?

No. Aunque sí que he visto otras compañeras a las que han hecho de menos o han preferido darle un proyecto a un hombre antes que a una mujer.

¿Tiene algún investigador de referencia?

Admiro a todos. Unos salen en los libros porque han tenido impacto social y otros no llegan a eso y han trabajado igual o más. Pero eso es la ciencia, todo son miguillas para conseguir algo al final.

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