“El sacrificio de los cubanos mereceuna recompensa en libertad y desarrollo”

Leonardo Padura recibe mañana jueves el premio del Festival Aragón Negro, en el Teatro Principal, y publica nueva novela: ‘La transparencia del tiempo’

Leonardo Padura, Premio Princesa de Asturias de las Letras de 2015, recibirá mañana 25 el galardón del Festival Aragón Negro en el Teatro Principal.
Leonardo Padura, Premio Princesa de Asturias de las Letras de 2015, recibirá mañana 25 el galardón del Festival Aragón Negro en el Teatro Principal.
Oliver Duch

Leonardo Padura (La Habana, 1955) es un hombre parsimonioso. Tiene por delante tres agotadoras sesiones, con muchas citas, en Zaragoza (este jueves, en el Teatro Principal recibe el premio del Festival Aragón Negro) y en Pina de Ebro, pero saluda a la niebla y al alba fría con un cigarrillo en los labios. Acaba de publicar ‘La transparencia del tiempo’ (Tusquets), donde recupera a su detective Mario Conde, nacido para la ficción en 1990 en ‘Pasado perfecto’, del que dice: “Conde es mis ojos, y es un hombre que se parece mucho a mí, un año mayor que yo. Refleja muchos de mis gustos, de mi sensibilidad y de mis preocupaciones. Sabía quién era el banquero español Mario Conde, pero no tiene nada que ver con él. Me gustó el nombre. Y se trata de alguien, insisto, con una formación pareja a la mía e interesado, como yo, por la historia y por La Habana, donde me formé, donde hice la carrera académica y la carrera personal de lecturas”.

Padura dice que estos dos asuntos, entre otros, son esenciales en la nueva novela que narra otro caso de Conde, que acaba de cumplir 60 años, centrado en una Virgen Negra que ha desparecido y en una indagación en el tiempo, desde la Guerra Civil española hasta los orígenes de la Corona de Aragón a través de otra criatura, un tanto enigmática, Antoni Barral.

España y Zaragoza en su corazón

“España ha sido importantísima en mi carrera y, además, me ha traído buena suerte. Empecé a venir, como periodista, en 1988, a la Semana Negra de Gijón. Y cerca de allí, en Oviedo, me concedieron el premio Princesa de Asturias de las Letras en 2015. Me produjo una gran emoción; no lo había ganado un hispanoamericano desde 2002, cuando lo obtuvo Augusto Monterroso”, explica el narrador. “Si España es importante, ¿qué le voy a decir de Zaragoza? De entrada, tiene un parentesco emocionante con Cuba a través de José Martí, pero además aquí me han dado el premio de Novela Histórica ‘Ciudad de Zaragoza’ por mi novela ‘Herejes’ y ahora recibo este premio. Me gusta mucho Zaragoza. Me gustan las ciudades con mar; Zaragoza no tiene, pero sí tiene río, o ríos, y eso me encanta y, además, es una ciudad con historia. Aunque suelo venir corriendo, con un programa intenso, mi colega y amigo Juan Bolea siempre encuentra ratos perdidos para llevarme de paseo”.

La forja de un narrador

A Leonardo Padura le gusta contar que el escritor que es nació de manera decisiva del lector que fue a mediados los años 70 en La Habana. “Hice como dos carreras, por decirlo así: la académica, donde te aproximabas a los autores habituales: Homero, Dante, Shakespeare; la gran novela francesa, inglesa y rusa del siglo XIX, y dimos también toda la literatura española, desde el ‘Poema de Mío Cid’ hasta la Generación del 27. Y luego estaba la carrera de las lecturas. Aquellos eran los años del ‘boom’, y tenías que leer a García Márquez, Vargas Llosa, Cortázar, Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, etc., pero también mis paisanos. Entre ellos destacaría dos influencias clave: Alejo Carpentier, que me contagió la pasión por la novela y por el sentido de la historia del Caribe, de Cuba, de la música, etc., y Guillermo Cabrero Infante, por el lenguaje, en concreto, por el uso del lenguaje habanero. Creo que él escribe en habanero”, señala. Recuerda que compañeros suyos, que apostaban por una nueva novela, eran Abilio Estévez (que reside en Barcelona desde hace años) y Senén Paz. ¿Y Pedro Juan Gutiérrez? “Creo que el autor de ‘Trilogía sucia de La Habana entonces se dedicaba al periodismo y aún no había dado el salto a la ficción”.

En ese aprendizaje, entre curioso y voraz, descubrió la novela negra clásica, Raymond Chandler, Dashiell Hammett, Jim Thompson… “En Cuba, por decirlo así, la novela policiaca se puso de moda. Pero importaban más la historias, la trama, los detectives, que la novela en sí, la escritura, el estilo. Descubrí por entonces a algunos autores de novela negra contemporánea que fueron muy importantes para mí por su carga estética también: pienso en Rubem Fonseca, en Leonardo Sciascia y en Manuel Vázquez Montalbán, al que conocería más tarde. Hacían grandes libros. Ese era mi camino, lo que yo buscaba”. Apostó fuerte por la novela policíaca, con Conde, y también por la ficción histórica, como sucede en dos de sus mejores libros: ‘El hombre que amaba los perros’ y ‘Herejes’. En todos, casi siempre, de un modo u otro analiza la vida y la historia cubanas.

La historia, Cuba, la revolución 

“A mí me interesa la historia y sus circunstancias pero no en su sentido arqueológico, sino porque interviene y matiza el presente. ¿Cómo se huye del pasado? Eso se ve muy bien en ‘La transparencia del tiempo’, con esa Virgen negra que desaparece”. Leonardo Padura suele decir que Cuba y los cubanos se merecen mucho más. “Sin duda. Hemos vivido un gran experiencia, un largo proceso, un cambio, una revolución. En los últimos 20 o 25, las circunstancias han sido muy complejas. Se ha resistido como se ha podido, hemos conocido el doloroso exilio y muchos problemas. Y ya es hora de que este sacrificio tenga una recompensa. La vida de las personas es una sola y ha llegado el momento de que los cubanos tengas más posibilidades en todas las direcciones: en cuanto a libertad individual, a desarrollo intelectual, político y económico. Y es hacia ahí donde debemos ir”.

Esto también subyace en la novela. Igual que otro tema, “más o menos subterráneo”, como es la amistad entre Mario Conde y su amigo de la universidad, Roberto Roque Rosell, Bobby, “en este caso se trata de la amistad traicionada, que también es el tema de una de mis novelas favoritas: ‘El largo adiós’ de Raymond Chandler”. ‘La transparencia del tiempo’ incorpora otros temas: la santería, “las religiones cubanas africanas”, la homosexualidad, “aunque ha mejorado la situación, sigue siendo una asignatura pendiente en una sociedad tan machista como la cubana”, y por supuesto el amor y el sexo. “La sensualidad es una parte de la esencia de la espiritualidad cubana. La sensualidad que también da paso a la sexualidad. En Cuba, de 100 pensamientos, 99 son de sensualidad o de sexualidad, y el otro de otras cosas”, dice entre risas.

FICHA. Leonardo Padura en Zaragoza. Este miércoles, 24. De 17 a 19. Diálogo en el Centro de Negocios de la CAI. A las 20. Diálogo con Juan Bolea en el Teatro Principal. Jueves, 25. Entrega del Premio Aragón Negro. Teatro Principal. Viernes, 26. Pina de Ebro. Proyección de 'Vientos de La Habana' de Félix Viscarret, de 17.00 a 18.30, y diálogo con Leonardo Padura.

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