Rosa Blasco: "Casi ni me creo que Planeta haya publicado mi primera novela"

Su libro, ‘El sanatorio de la Provenza’, con referencias a Alcañiz, su cuna, registró más de 1.000 descargas legales en internet en solo dos años.

Rosa Blasco, en un parque de Tudela (Navarra), donde vive.
Rosa Blasco, en un parque de Tudela (Navarra), donde vive.
B. Aldanondo

Planeta colgó su libro en internet en 2013 y más de 1.000 personas se lo descargaron legalmente en dos años. ¿Qué cree que es lo que engancha tanto de ‘El sanatorio de la Provenza’?

Los lectores me transmiten que los personajes son creíbles, que la ambientación, en un hospital del siglo XIX en una región maravillosa como es la Provenza, les gusta y que la historia les atrae.

Su obra es una de las apenas 10 que la gran editorial ha pasado al papel tras tantear resultados en las redes en los últimos 4 años. La primera edición se agotó a las dos semanas de salir el pasado 10 de octubre. ¿Estará contenta?

Casi ni me lo creo. Si ya es un sueño publicar en este país, más todavía es hacerlo con la editorial número uno. Cuando me dieron la noticia fue una gran alegría. Creo que aún estoy soñando.

Primera obra y primer éxito. ¿No se habrá equivocado de profesión dedicándose a la medicina de familia?

Pues, no; no me he equivocado. La medicina es mi vocación y la literatura mi pasión. Estoy feliz siendo médico de familia, la profesión más bonita que existe, y tengo la satisfacción, en esta época de madurez, de haber iniciado el camino de la literatura, que siempre me entusiasmó como lectora.

No obstante, el mundo de los galenos está presente en su libro.

Mi tesis doctoral trató sobre la historia del hospital San Nicolás de Bari de Alcañiz, de 1418. Para elaborarla, leí mucho sobre historia de la medicina y esto me ha servido para enmarcar bien el argumento. También mi vertiente de médico actual me fue útil para afinar la relación entre los personajes de la obra.

Alcañiz, su tierra natal, también parece haberle servido de inspiración. El protagonista se llama Galo, como el oftalmólogo, Galo Leoz, que nació en esa ciudad en 1879 y murió 110 años más tarde en Madrid.

Leoz fue uno de los discípulos de Ramón y Cajal, un gran científico del que los alcañizanos deberíamos sentirnos muy orgullosos.Para mí fue un referente. A lo largo de la novela se va descubriendo que el protagonista tiene vínculos con Alcañiz y, de hecho, un capítulo transcurre allí. La ciudad forma parte de la trama.

Misterio, amor, intriga y celos, el cóctel perfecto para una novela. Pero ¿por qué la Provenza?

Viajé allí con mi familia y el último día, por casualidad, visitamos en Saint-Rémy, el sanatorio donde estuvo ingresado Van Gogh en 1889. Fue muy emocionante y, al salir, se me encendió una luz y me dije que tenía que escribir una historia sobre esto.

Presentó recientemente su libro en Zaragoza. ¿La literatura sigue despertando interés entre la sociedad o sucumbe poco a poco ante el torrente de información que circula por internet?

La gente, incluidas las nuevas generaciones, sigue leyendo, pero menos que en otros países. En España siempre se ha leído poco. Ocurre que ahora tenemos otras distracciones, como son las redes sociales, pero también es verdad que estas nos ayudan a los autores a promocionarnos. Es cierto que se publica muchísimo y es difícil que la gente te lea siendo novel.

¿Son malos tiempos para los escritores, con un escaparate, las redes sociales, en el que todo cabe pero que reporta menos beneficios que la imprenta?

He de decir que con las descargas legales en internet el autor no sale mal parado económicamente, porque hay menos intermediarios que en un libro. Y en época de rebajas mi libro se ha podido llegar a leer por 1,5 euros. Nadie podrá decir que no puede leer a ese precio. Lo que mata la cultura en este país es la piratería. A este paso, nadie escribirá ni cantará, ni nada, porque el trabajo ha de ser remunerado.

Vive en Tudela (Navarra). ¿Echa de menos Aragón?

Sí, sigue siendo mi patria. Pero Navarra es una tierra maravillosa, limítrofe con Aragón y muy parecida a ella, que apoya a los suyos y a los que vienen de fuera. A mí me consideran una más.

¿Y cómo han acogido el libro sus nuevos paisanos?

Con un apoyo incondicional. En Navarra son así, me paran por la calle y me preguntan por la obra.

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