Malikian desarrolla la maravillosa historia de su violín tricentenario en el Principal

El libanés llenará tres días en el teatro del Coso zaragozano, con dos sesiones mañana.

Ara Malikian, durante un concierto de la misma gira, el pasado día 4, en Gijón.
Ara Malikian, durante un concierto de la misma gira, el pasado día 4, en Gijón.
José Luis Cerejido/efe

Con la última gira, Ara Malikian se pasó dos años recorriendo escenarios de medio mundo en un repaso a su vida, para el cual se sirvió de composiciones propias y versiones de clásicos del rock llevados a su terreno, Led Zeppelin incluido. El pasado otoño, el virtuoso y extrovertido músico se afanó en un nuevo proyecto, ‘La increible historia de Violín’, en el que asumía personalmente (por primera vez) todas las composiciones. Además de la música, tuvo el buen gusto de buscar al zaragozano Óscar Sanmartín para el arte del disco, que incluye ocho láminas interiores; una razón de peso para la compra analógica, aunque luego se simultanee el disfrute de la música sin comprimir con la vertida en las plataformas de escucha internauta. Con este material se lanza ahora a la carretera, en un trasiego que se detiene hoy (y todo el fin de semana) en el Teatro Principal de Zaragoza. No busquen entradas: ya no quedan.

El protagonista del disco y también de este nuevo libreto escénico es Violín, el compañero fiel de Ara Malikian desde hace 46 años: tenía 3 cuando su padre se lo dejó por primera vez. Violín nació en Módena hace 300 años, pero acabó en el Líbano a principios de los 70 después de haber vehiculado la sensibilidad de artistas muy diversos, que lo sometieron a una multitud de aventuras, géneros musicales y retos profesionales. De la mano de Violín, y gracias a un padre ducho en el frotado artístico de cuerdas, Malikian descubrió a Paganini y contrajo el virus de la música, del que no se ha curado jamás, siempre con su instrumento como compañero fiel.

Reside en España desde hace casi dos décadas, pero Malikian no olvida sus raíces armenias; de hecho, está emparentado con el guitarrista estadounidense de origen armenio Daron Malakian, miembro de System of a Down.

Todo un espectáculo

Como siempre pasa con él, las piezas en directo se complementan con un histrionismo que mosquea a los puristas y encandila a las masas. El punto de humor que caracteriza al artista hace que sus recitales sean algo vodevilescos y efectistas (la velocidad, los saltos, los atuendos), sin que falte un desempeño intachable con su instrumento. La gente lo conoce y lo busca, los peques adoran sus espectáculos y, muy importante, genera interés entre públicos legos.

Para todos aquellos que se hayan quedado sin entrada, dentro de un mes habrá otra oportunidad de ver este espectáculo en Aragón. Será en la plaza de toros de Calatayud, el 29 de julio. Dos días antes habrá tocado en un festival en Byblos (Líbano) y en septiembre irá a México DF; ya ha pasado recientemente por tierras aztecas. A finales de año tiene un concierto en Roma. Las entradas y la información de la gira están disponibles en aramalikian.net.

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