"Si algo me diferencia del resto de toreros es la cercanía con la gente"

Jesulín de Ubrique, que sigue ostentando el récord de corridas firmadas en una temporada, actuará este sábado en el Festival de Alagón.

Jesulín, tras torear en el Festival de la Vendimia de Cariñena.
Jesulín, tras torear en el Festival de la Vendimia de Cariñena.
AYT

Quiso ser futbolista, pero una lesión de rodilla le robó el sueño. Así surgió una de las figuras más singulares que ha dado el mundo del toro. Con solo 13 años, Jesús Janeiro (Ubrique, 1974) dio sus primeros muletazos, emprendiendo una brillante trayectoria novilleril que concluyó recién cumplida la mayoría de edad. En Nimes tomó (septiembre de 1990) la alternativa y, previo paso por los infiernos, se convirtió en el dominador de la década. Ídolo de masas; despreciado por los más puristas. Firmó un récord de corridas que perdura en nuestros días.


-¿Cómo se llega a torear 161 tardes en una misma (1995) temporada?


-Si algo me diferenció del resto fue la cercanía. Fuera del ruedo siempre fui accesible. Eso es fundamental. Ni el éxito ni el fracaso me hicieron cambiar. Me rodeé de la misma gente cuando estuve arriba y cuando, entre la toma de alternativa y la eclosión, me tocó vivir el ostracismo. El público valoró mucho eso, que fuese un tipo corriente.


-¿Perjudicó a su estilo el torear tal cantidad de corridas?


-No cabe duda de que el esfuerzo es mucho mayor y requiere una preparación física extraordinaria. Pero la clave está en la cabeza. Uno tiene que estar psicológicamente muy preparado, y ser consciente de lo que se le viene encima. A mí se me exigía por igual en las capitales y en los pueblos, y supe corresponder con lo que cada escenario reclamaba. Desde la responsabilidad, fui capaz de adaptarme a cada situación.


-¿Tuvo algún espejo en el que mirarse?


-Rafael de Paula, por su manejo de capote y muleta, y Paco Ojeda. De este segundo destacaría su valor frío en la cara del toro. Son dos artistas tan diferentes como extraordinarios. Fueron mis referentes en los comienzos, pero después tuve personalidad. Un concepto muy particular.


-En mitad del éxito, ¿era consciente del peligro que conllevaba afrontar tantos compromisos?


-Cuando te enfrentas a un toro, sean cuales sean tus circunstancias, eres plenamente conocedor del riesgo que estás corriendo. Antes de abrirme hueco en el escalafón -lo lideró entre 1994 y 1996- recibí varias cornadas que me hicieron recapacitar, pero dije 'aquí estoy yo'. Uno tiene que mirar hacia adelante si quiere ser alguien en esto.


-¿Añora aquella etapa o prefiere la calma actual?


-Cada momento tiene lo suyo. Cuando toreaba más de 100 corridas, el cuerpo me pedía eso: torear, torear y volver a torear al día siguiente. Pero el tiempo te marca las pautas y te coloca en tu sitio. Ahora mismo, mi ilusión en el mundo del toro está puesta en sentirme a gusto en los festivales. No tengo tanta responsabilidad y disfruto de diferente forma la vida.


-Viene de actuar en San José del Valle (Cádiz) y antes lo hizo en Baza (Granada), desmontando un viejo mito.


-Así es. Siempre se dijo que me negaba a acartelarme con mujeres y es rotundamente falso. Toreé con la novillera -desde ayer matadora- Conchi Ríos y sin ningún problema. Respeto mucho a las mujeres que han tenido el valor de saltar al ruedo.


-Y las que viven el espectáculo desde la barrera, ¿hasta qué punto han marcado tu carrera?


-Siempre tuve un 'feeling' especial con el público femenino; mucho más que con el masculino. De ahí que quisiera agradecerles su cariño incondicional matando corridas exclusivamente para ellas. Entendí que merecían un homenaje y salió ese.


-¿Con qué actitud se presenta Jesulín en Alagón?


-Con la de disfrutar de lo que ha sido mi vida. Me sigue motivando ponerme delante de un animal, y me es indiferente recorrer 1.000 kilómetros para ello. A diferencia de otros compañeros, prefiero torear en público que en fincas privadas. Más aún, cuando me rodeo de jóvenes que me hacen recordar mis comienzos.


-Será su segunda actuación en tierras aragonesas en menos de un año.


-Así es. En septiembre, participé en la Feria de la Vendimia de Cariñena y quedé muy satisfecho. Ahora, la empresa Arruga y Tacheli ha vuelto a confiar en mí. Espero poder corresponder con una buena tarde, pero eso siempre va en función del ganado. En este caso, de los novillos de La Galana.


-¿Qué le viene después de este festival?


-El 25 de junio toreo en un pueblo de Ciudad Real y, tras tomarme un descanso en julio, me vendrán unos intensos meses de agosto y septiembre. Espero culminar la temporada con casi 25 actuaciones. No pasaré de ahí. No entra en mis planes.

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