Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Unos restos fósiles alumbran una ancestral nueva especie de perro

Según el principal autor del estudio, Steven E. Jasinski, este nuevo cánido se habría comportado de una manera similar a las hienas de nuestros días.

El cynarctus wangi
Unos restos fósiles alumbran una ancestral nueva especie de perro
Universidad de Pennsylvania

Un estudiante de la Universidad de Pennsylvania ha identificado una nueva especie de perro fósil. Hallada en Maryland, habría vagado por la costa este de América del Norte hace 12 millones de años.


Las especie ha recibido la denominación de cynarctus wangi, en reconocimiento a Wang Xiaoming, conservador en el Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles y renombrado experto en mamíferos carnívoros. Este perro del tamaño del coyote era un miembro de la subfamilia extinta borophaginae, conocidos comúnmente como perros rompehuesos debido a sus poderosas mandíbulas y anchos dientes. Primero fue asimilado a la conocida especie Cynarctus, pero análisis de las mandíbulas confirmaron que era una nueva especie.


"A este respecto, se cree que se han comportado de una manera similar a las hienas de hoy", dijo el autor principal del estudio, Steven E. Jasinski, un estudiante en el Departamento de Tierra y Ciencias del Medio Ambiente de la Universidad de Pennsilvania.


Los perros borophagine se extendieron de forma generalizada y diversa en América del Norte desde hace 30 millones de años hasta hace unos 10 millones de años. Los últimos miembros se extinguieron hace alrededor de 2 millones de años durante el Plioceno tardío. C. wangi representa uno de los últimos supervivientes y probablemente fue desplazado por los antepasados de algunos de los cánidos que viven hoy en día: lobos, coyotes y zorros.


A pesar de sus fuertes mandíbulas, los investigadores creen C. wangi no habría sido enteramente dependiente de la carne para mantenerse. "Sobre la base de los dientes, probablemente sólo alrededor de un tercio de su dieta habría sido carne," dijo Jasinski. "Habría complementado su alimentación con el consumo de plantas

o insectos, viviendo más como un pequeño oso que como un perro."


El trabajo ha sido publicado en 'Journal of Paleontology'.

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