La música y el teatro, con la mente al sol y el traje de gala

Esta semana han coincidido las galas de los Premios de la Música y del Teatro de Aragón. Además de galardones y homenajes, la trastienda de las dos citas ha estado cargada de curiosidades..

Mariano Bazco, de Starkytch, en un momento de los ensayos previos con Bvocal.
Mariano Bazco, de Starkytch, en un momento de los ensayos previos con Bvocal.
Guillermo Mestre

“Poned la mente al sol y disfrutad de la gala”. De esta forma Mariano Bazco y Carlos Higueras, los Starkytch, invitaron al público a vivir la entrega de los XVII Premios de la Música Aragonesa. Y, efectivamente, así sucedió. Covah y Rampa, responsables de las luces, el sonido y el ´backline`, transformaron el Principal en muchos Principales. Se recrearon ambientes intimistas, cañeros, cálidos, fríos... Fue un detalle más (importante) del nivel de la gala, que el año que viene, el de la mayoría de edad, merecería una retransmisión televisiva.


Entre bambalinas se vivieron pocos nervios. La cantante Silvia Solans bordó una versión de Dinah Washington: en el ensayo y con el teatro lleno, mientras el guitarrista Alejandro Monserrat prefirió encerrarse con los suyos en un camerino minúsculo. Le acompañaron Carlota Benedí, Nacho Estévez, Noelia Gracia, Josué Barrés y Javier Fernández. 20 años llevan como equipo. “Aunque nos intentamos separar, al final acabamos encontrándonos en camerinos como este; es donde mejor nos concentramos”, comentó Alejandro.


Fermín, Carlos, Juan Luis, Alberto y Augusto, o lo que es lo mismo, Bvocal, vivieron los momentos previos al homenaje por sus 20 años de trayectoria como si la cosa no fuese con ellos. Especularon con la ilusión de, tal vez, recibir el reconocimiento de manos de Beyoncé y anunciaron que el 25 aniversario casi prefieren no celebrarlo: “Es una fecha redonda, pero tiene peor rima”, apuntaron entre risas. Y a la hora de la verdad, lo bordaron: en poco más de cuatro minutos resumieron “lo que somos y seguiremos siendo”.


De que la peluquería, el maquillaje y el estilismo estuviesen a la altura se ocupó Mariata Salaver, de Belagua. El trabajo más fino lo hizo con Carla Rivas, la azafata rockera a la que cosió unos pinchos al pelo con hilo y aguja. En fin, que antes, durante y después de la gala todo estuvo controlado, así que a Diego Chapín y Sergio Falces, el dúo de Aragón Musical que la dirige, se les vio muy relajados.


Durante su desarrollo hubo de todo: datos de interés como los 1.200 conciertos celebrados en Zaragoza el año pasado; alguna pincelada reivindicativa de rechazo al 21% de IVA cultural y de apoyo a la plataforma Queremos Entrar, y humor somarda. Pepín Banzo y Diego Peña comentaron en animado diálogo que “17 años de gala no son muchos; al venir hemos ido a coger el autobús y en la parada ponía que faltaban 15 años para que llegase”.


Entre lo menos controlado, sin duda, emociones, sorpresas y despistes. El DJ Carlos Hollers se acordó de su familia y durante toda la velada se le vio muy emocionado. Pero la carga emotiva más fuerte llegó al recordar al agitador cultural Rafa Angulo, fallecido el año pasado. Su hermana Ana viajó desde Jerez para entregar el Premio Global de la Música Aragonesa, que el propio Rafa había impulsado. No pudo articular palabra tras dárselo a Julio de la Rosa. En el patio de butacas, su intervención la vivió intensamente el pintor Luis Díez.


Este homenaje colectivo se cerró con Sergio Falces sobre el escenario afeitándose la cabeza. Tal cual quedó como un clon de su amigo Rafa. Solo David Chapín conocía el detalle, así que, cariacontecida, su pareja, la periodista María Ordovás, asimiló poco a poco la nueva imagen. De la Rosa llegó con el tiempo justo y se fue con prisa antes de terminar la gala; tanta, que se olvidó el dinero, así que como el taxista no admitía tarjetas, David Chapín y la trabajadora de control del teatro tuvieron que rascarse el bolsillo.


La fiesta continuó en el Gran Café Zaragozano, donde Enrique Torguet, de La Zaragozana, regó con buena cerveza la música aragonesa que se escuchó de la mano de Jaime Oriz, ´Palomo Pinchadiscos`. Pero lo mejor fueron algunos de los corrillos que se vieron, como el de Kase O departiendo con los miembros de Bvocal y la asociación vecinal Arrebato. En fin, que al margen de credos, gustos y tendencias, la Música con mayúsculas fue la gran triunfadora.


Sensaciones parecidas se vivieron el jueves en el Teatro de las Esquinas en la gala organizada por la Asociación de Empresas de Artes Escénicas de Aragón (ARES) para celebrar el Día Mundial del Teatro. Su presidenta, María López-Insausti, y su equipo integrado, entre otros, por Carlos Martín, Ana Abán, Raquel Anadón, Elena Millán, Joaquín Murillo y Alfonso Plou, coordinando la ceremonia, ofrecieron un buen espectáculo cargado de premios, reconocimientos, humor, reivindicación y buenos deseos.


Con el patio de butacas lleno. Así se inició la VIII Gala del Teatro. Hubo más políticos que en otras ocasiones y, alguno, hasta tuvo un pequeño papel. Fernando Rivarés entregó un premio y ya que al lado había un diván no puso pegas para ser psicoanalizado por un presunto trastorno de doble personalidad, como gestor que es de la hacienda y la cultura de la ciudad.


Más allá del buen ritmo de la velada, las emociones las pusieron tres grandes actores: Ricardo Joven, Javier Anós y José Luis Gil, además del recuerdo de un cuarto protagonista, Ángel Anadón, al que rindió homenaje la actriz María José Moreno sumándose el público con una cálida ovación.

Esteban Villarrocha, Santiago Meléndez, José Luis Esteban, Ignacio Escuín, Sergio Falces, Paco Simón, Ignacio Fortún, José Luis Cano, Eugenio Mateo… Se acercaron invitados de todos los ámbitos de las artes escénicas y la cultura que concluida la gala, durante el ambigú, brindaron con vino de la Denominación de Origen Somontano por una larga vida del teatro aragonés.

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